Galleria Vittorio Emanuele II, el icono de Milán conquistado por las marcas de moda

Escapada con estilo

Ubicada junto al Duomo, la galería invita a levantar la vista y dejarse envolver por la historia de uno de los grandes iconos de la capital de la Lombardía

La Galleria Vittorio Emanuele II son unas de las galerías má antiguas del mundo

La Galleria Vittorio Emanuele II son unas de las galerías má antiguas del mundo

Viacheslav Lopatin

En el centro de la plaza del Duomo, entre tantos miles de turistas y los ecos de una performance de Pavarotti, una mujer luce erguida con la mano levantada. Alguien le ha dado pienso y, mientras apunta con su móvil, una paloma brota del gentío para posarse en su mano. Ya tiene la foto de Instagram perfecta.

De fondo las selfies, el trasiego, las agujas de obra abierta de la catedral, los tópicos irresistibles pero, especialmente, el sofisticado viaje al que invita uno de los grandes reclamos de la ciudad italiana. Con casi 47 metros de altura y una estructura formada por dos arcadas con bóveda de cristal en forma de cruz, la Galleria Vittorio Emanuele II conecta la Piazza del Duomo con la Piazza della Scala bajo el encanto chic que vinimos a buscar.

La Galleria Vittorio Emanuele II se encuentra junto al Duomo

La Galleria Vittorio Emanuele II se encuentra junto al Duomo

Getty Images/iStockphoto

Nos sumergimos en este túnel del tiempo donde los bolsos de Prada se integran a la perfección con los susurros de la historia.

Un paseo por 'el salón de Milán'

Siempre escuché que Milán era una ciudad industrial, gris y descafeinada en comparación a los grandes tótems turísticos de Italia. Sin embargo, esa no fue la primera impresión al llegar a la plaza del Duomo, admirar la catedral y extender la experiencia bajo las grandes bóvedas de vidrio de la Galleria Vittorio Emanuele II. La grandeza de este espacio no solo te retrotrae a una época llena de esplendor sino que también inspira el mayor capricho de un rey importante. En este caso, el primer monarca oficial de la Italia unificada.

Corría 1860 cuando, en un intento por modernizar la ciudad, el rey Víctor Manuel II encargó al arquitecto boloñés Giuseppe Mengoni la construcción de una galería basada en el nuevo esplendor italiano capaz de albergar diferentes tiendas y restaurantes. La construcción tuvo lugar entre 1865 y 1877 e implicó la presencia de más de 1.000 trabajadores, 365 toneladas de hierro y una desorbitada inversión. 

Conocida como 'il salotto di Milano', la galería se convirtió en punto de encuentro para la alta aristocracia italiana

Sin embargo, una especie de maldición parecía cernirse sobre la galería, ya que un día antes de la inauguración, el cuerpo de Mengoni apareció sin vida bajo los andamios en extrañas circunstancias y rumores aún más truculentos; uno de ellos, que se había suicidado debido a las constantes críticas del resultado final de su obra por parte del rey. Un rumor cuestionable cuando el 9 de enero de 1878, pocos días después de la inauguración, el rey también fallecía tras una larga enfermedad.

Con el paso del tiempo, la galería se convirtió en punto de encuentro para la alta aristocracia italiana, motivo por el que no tardó en ser renombrada como “il salotto di Milano" (el salón de Milán). Un poso histórico que ha perdurado en el tiempo gracias a la presencia de las tiendas de alta costura más exclusivas del mundo, escaparates dignos de universo pop pero, especialmente, una arquitectura fascinante.

La galería alberga tiendas as firmas más prestigiosas

La galería alberga tiendas as firmas más prestigiosas

Getty Images

“Solo vine a mirar (o no)”: un paseo por la Galleria Vittorio Emanuele II

La galería es un lugar concurrido durante todo el año, especialmente los fines de semana y las fechas de la Semana de la Moda. El acceso es gratuito durante las 24 horas del día e invita a perderse por todos sus encantos: el rosa Barbie inunda un escaparate de Louis Vuitton que podría ser nominado al Oscar, visitar Prada es lo más similar a hacerlo en un museo alternativo, Armani bien a la última y, en Gucci, uno teme resbalar cual Carrie Bradshaw en aquel capítulo de Sexo en Nueva York. Igualmente, bien merece la pena pasearse por uno de los ángulos del Triángulo de la Moda a través de un solo monumento.

En el Café Biffi, fundado en 1867 por Paolo Biffi, chef pastelero del rey, aún puedes probar un panettone digno de estancia real. Ostras en el restaurante Savini por precios desorbitados, el modernismo del bar Zucca, situado en la entrada o, especialmente, el Bar Camparino. Este local emblemático de la ciudad fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido poco después para prolongar el culto a un vermut del que todo el mundo habla en la ciudad.

En cualquier caso, el aperitivo aquí es compatible con otras experiencias más asequibles al bolsillo: asomarte a la famosa tienda de música Ricordi, con sus tres pisos colmados de música de cámara y obras de arte; o buscar el popular mosaico del toro de Milán en la Piazza del Ottagono, corazón de la galería. Este toro es famoso por su presencia en el escudo familiar de los Savoia, emblema de la ciudad de Turín y, según cuentan, si colocas el pie sobre el dibujo del animal y giras sobre ti mismo tres veces con los ojos cerrados, se cumplirá tu deseo.

Una mujer pisa el popular mosaico del toro de Milán en la Piazza del Ottagono

Una mujer pisa el popular mosaico del toro de Milán en la Piazza del Ottagono

Rodrigo M. Nunes

Si te entra hambre, puedes gastar el dinero de un mes de alquiler en una comida en la propia galería o acercarte al McDonald's de la plaza del Duomo. De nuevo, un cotilleo: el establecimiento de fast food se vio desplazado en 2012 a esta zona tras pujar por un local en la galería que le fue concedido a Prada. Los dramas del capitalismo.

Por último, también puedes acceder a la Highline Galleria, mirador y rooftop de la galería, por un preció de 12 euros para visitantes mayores de 25 años, y de 9,60 para menores de 25 y mayores de 65 con vistas que quizás no merezcan su precio. Una experiencia de vistas limitadas que no cumple las expectativas cuando hablamos de la Galleria Vittorio Emanuele II. Y es que aquí, como ocurre en el Duomo, en esa plaza donde una mujer alza la mano para atraer a las palomas, el mundo en todo momento invita a levantar la vista y apuntar al cielo.

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Alberto Piernas
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