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Mona Vale, al norte de Sydney, se encuentra a 30 minutos del centro de la ciudad. Formada por dos piscinas, cuando la marea es alta, la rodea por completo y da la apariencia de estar flotando en el marLeah-Anne Thompson/Istockphoto.com
La Maceta en la isla de El Hierro, Islas Canarias, está ubicada en el norte de la isla, sus charcos de diferentes dimensiones son totalmente naturales y están protegidos del oleaje. El hombre ha adaptado el acceso a través de unas escalerasGetty Images/iStockphoto
Una piscina de mar de 1929, con trampolín incluido fue construida en la playa del Casino, en Saint-Quay-Portrieux, FranciaThibault Poriel/Istockphoto.com
El Bogey Hole o Commandant's Baths, es una piscina de mar declarada patrimonio de la humanidad en Newcastle, Nueva Gales del Sur, Australia. Fue tallada en una plataforma de roca en la base de los acantilados en 1820 para el uso privado del teniente coronel James Thomas Morisset.Getty Images/iStockphoto
Porto Moniz es una de las ciudades más antiguas de la Isla de Madeira, en Portugal, situada al norte entre el mar y las montañas. Las piscinas creadas naturalmente por el mar son uno de los principales intereses turísticos. La entrada cuesta 1,25 eurosGetty Images/iStockphoto
Es Cau, en Begur, la Costa Brava, se encuentra entre las playas de Fornells y Fonda, fue creada por la comunidad de vecinos hace medio siglo, pero está tan bien integrada con el espacio que parece naturalGetty Images
Wylie's Baths, al este de Sydney, en Australia, tienen vistas paronímicas al Pacífico. Henry Alexander Wylie, un campeón de natación subacuática y de larga distancia, estableció Wylie's Baths en 1907Getty Images/iStockphoto
La playa de Bou-Scours ofrece vistas a la bahía de Saint-Malo, en la Bretaña francesa. René Lesaunier fue el gerente de la playa en 1930, pionero en la instalación de duchas y la creación de una piscina que renovaba su agua con la marea y permitía el baño todo el díaGetty Images/iStockphoto
A 5 kilómetros de Simon's Town, por la carretera costera, en Miller's Point, Ciudad del Cabo, hay una piscina de marea no solo ofrece un baño de mar sino también un divertido tobogán de agua. Además es un lugar popular para la observación de ballenasGetty Images/iStockphoto
En Cala Egos, Mallorca, el agua llega a esta piscina directamente del mar, pero consigue entrar en el agujero gracias a un sistema de bomba creado por el hombre. El fondo de la piscina ha sido pintado de azulTatiana Cahill/Istockphoto.com

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La naturaleza a veces nos regala espacios y momentos únicos, desde valles con lagos en forma de corazón, montañas de colores, arrecifes llenos de vida, auroras boreales y piscinas naturales en el mar. Más allá de las aguas de interior, de los lagos y ríos, si lo que nos gusta es el agua salada, podemos disfrutar sin peligro en piscinas delimitadas por las rocas que se llenan con agua natural del océano. 

El concepto es tan atractivo, que hay quienes las imitan. Por lo que podemos encontrar piscinas frente al mar que son artificiales, como en los casos de Mona Vale, en Sydney, que no lo ocultan, y otros como Es Cau, en Begur, realizada por el hombre pero que intentan que parezca natural. 

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Estos lugares se han popularizado a través de las redes sociales, son localizaciones que la gente visita para tomarse fotos y postearlas en Instagram por su atractivo único, da la sensación de estar en un lugar exótico y único, de difícil acceso, pero lo cierto es que la mayoría de estas piscinas se encuentran junto a la orilla o cuentan con su propio acceso a pie.

Con el verano tan caluroso que estamos pasando, es imprescindible buscar lugares donde refrescarse, los más afortunados pueden acceder a estas maravillas para sentir el mar, y cada día es diferente, depende de las mareas. Las piscinas en las rocas se encuentran por todo el mundo, desde Australia, hasta Francia, Las Islas Canarias o la Costa Brava. 

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