La Palma sigue siendo la Isla Bonita seis meses después del volcán

Escapada

Han pasado meses sin erupciones. Es hora de quitarse aprensiones y disfrutar de la isla más íntima de Canarias

Un joven contempla las vistas desde el mirador de las Chozas de La Cumbrecita

Un joven contempla las vistas desde el mirador de las Chozas de La Cumbrecita

Unai Huizi

Tras meses de actividad y con el volcán de Cumbre Vieja dormido de nuevo, La Palma ha resurgido como el Ave Fénix; nadie ha conseguido robarle el título de la Isla Bonita. Su naturaleza única ofrece a quienes la visitan un paisaje exuberante, puro y amablemente salvaje que reúne todo tipo de experiencias, según los gustos del viajero: mar, montaña, una rica cultura e historia y una sabrosa gastronomía.

Con un turismo medido, lejos de las avalanchas de otros destinos, quienes la visitan suelen buscar tranquilidad, contacto con la naturaleza y desconectar del mundo. Si eso es lo que buscas, este es tu sitio. Hay muchos -y buenos- motivos para viajar a este paraíso secreto.

Sería difícil encontrar otro mirador tan idóneo como La Palma para observar el firmamento. El astroturismo es una experiencia diferente para conocer la isla, desde divisar estrellas fugaces y pedir deseos hasta aprendernos de una vez las principales constelaciones. Uno de sus secretos es que, desde su base en el fondo oceánico, es una colosal montaña de unos 6.500 metros y, desde el nivel del mar, sus picos superan los 2.000 metros con facilidad.

Los mejores telescopios del mundo la han elegido para instalarse cerca del punto más alto de la isla, en el Roque de los Muchachos, a 2.426 metros, y con cerca de 300 días despejados al año para observar las estrellas en medio del océano. En julio podemos contemplar la lluvia de estrellas Delta Acuáridas, más visibles en Canarias que en la Península, y las famosas Perseidas en agosto.

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En el centro de visitantes puedes profundizar más sobre los grandes telescopios, ver curiosidades de estos gigantescos observatorios y adentrarte en los misterios del universo. Si te ha sabido a poco, hay numerosos miradores y senderos astronómicos por toda la isla.

No os creáis que, por estar tan alejada, La Palma no tiene destinos exclusivos de primer nivel. Uno de ellos es el hotel Faro Punta Cumplida en Barlovento, al norte de la isla, cuyo alojamiento fue uno de los obsequios que recibieron los nominados de las categorías más relevantes de los Oscar de 2020. Tiene sólo tres habitaciones con los servicios más exclusivos, aunque lo mejor de todo es que permite dormir en un faro del siglo XIX. Está situado en un promontorio sobre el Atlántico que todavía sigue en activo, rodeado de plataneras y a varios kilómetros del pueblo más cercano.

Pasar la noche en Punta Cumplida es toda una experiencia. La estancia incluye subir los 158 escalones caracoleros que conducen a lo alto del faro cuando quieras. Aquí la privacidad es esencial. No hay servicio de habitaciones ni botones, tan solo confía en Pilar, la ama de llaves. Te dejarán diariamente una cesta de desayuno en la puerta, y si lo deseas, puedes encargar comida o cena.

La gastronomía de La Palma se basa en buena materia prima, sin pretensiones y sabrosamente casera

En la costa oeste, donde los vientos alisios soplan menos y el sol está casi asegurado, te puedes alojar en el hotel La Hacienda de abajo, en Tazacorte. Ha sido el exclusivo lugar escogido por George Clooney para alojar una semana a su familia durante el rodaje de Good night midnight, su última producción para Netflix.

El hotel era una verdadera hacienda dedicada a la caña de azúcar del siglo XVII, rehabilitada con sumo cuidado. Dispone de 32 habitaciones y suites decoradas con alrededor de 1.300 obras de arte y antigüedades, entre ellas, la colección de tapices franceses y holandeses más importante de Canarias. Es un verdadero hotel museo. También cuenta con piscina y zona de baños con un exuberante jardín de plantas exóticas.

Para más aliciente, este 30 de julio, en Tazacorte, vuelve el festival de música Isla Bonita Love con el lema "Amor sin etiquetas", con Alejandro Sanz, Pignoise, Vanesa Martín o Edurne, entre otros. 

Para comer bien en la isla es difícil equivocarse. Su gastronomía se basa en buena materia prima, sin pretensiones y sabrosamente casera. Destaca la carne y el pescado fresco, las verduras y las frutas, los quesos de cabra artesanales y guisos palmeros transmitidos generación tras generación, sin olvidar las papas arrugadas y el mojo canario.

Ten en cuenta que gran parte de la isla es húmeda y la carne de vaca está presente también en su gastronomía. De hecho, La Palma cuenta con una raza autóctona con denominación de origen, la vaca palmera, a menudo criada en libertad y alimentada con forraje.

El gofio es un alimento elaborado con harina de trigo o maíz tostada muy nutritivo y con numerosas propiedades beneficiosas

La parrilla es un clásico de los palmeros para chuparse los dedos, tanto con el chuletón como con el cabrito. Otro clásico es el cerdo en muchas de sus variantes, pero no te vayas sin probar los chicharrones, panceta frita a modo de torrezno rebozado con otro de sus productos estrella, el gofio. Y es que el gofio es un alimento prehispánico de los antiguos aborígenes canarios elaborado con harina de trigo o maíz tostada muy nutritivo, con poca grasa y con numerosas propiedades beneficiosas. Otro imprescindible es su pescado fresco, especialmente de roca, como la vieja, el cherne o el alfonsino. Otra exquisitez es el queso de cabra normalmente ahumado, hecho a la parrilla y con mojo por encima.

Para degustar estos productos nos dirigimos al norte, a un restaurante modesto pero con comida local auténtica, El asador del Campesino, en Barlovento, cuya especialidad es el gofio escaldado y su parrilla. Otra posibilidad es La Gaviota, al borde del mar, en las piscinas naturales de la Fajana, también en Barlovento. Siguiendo por el norte, El Bernegal, en San Bartolomé (Garafía), es una casa típica canaria rehabilitada con gusto, que obsequia con platos deliciosos ideales para reponer fuerzas, como la tortilla de plátano.

El puerto de Tazacorte es un buen rincón el que saborear buenos pescados

Tazacorte es un buen rincón en el que saborear buenos pescados

Getty Images/iStockphoto

En la costa este, en Mazo, hay un clásico para comer buen pescado y frutos del mar, el restaurante Goyo, sencillo y auténtico, que data de 1966. Nació como casa de comidas para los obreros del aeropuerto y hoy es uno de los restaurantes tradicionales de la isla.

Los quioscos y restaurantes en la playa de Tazacorte son también una buena elección para comer pescado fresco. Al igual que el restaurante Carmen, en El Paso, ideal para comensales que buscan platos más elaborados y con pescados exóticos. Y en el sur, encontramos El Jardín de la Sal, en las salinas de Fuencaliente, de tradición canaria y creativa. Y por último, cerca de la capital, probaremos buenas parrillas de carne en Chipi-Chipi, un clásico sencillo, especialmente familiar y con casetas de toques pop setenteros que lo hacen inconfundible.

Gracias a su naturaleza privilegiada, La Palma es el paraíso de los senderistas con una red de caminos de más de mil kilómetros. Excursionistas de todo el mundo vienen a recorrer la isla y recorrer sus senderos más alucinantes tanto a pie como en bici. La Unesco declaró La Palma reserva de la biosfera; tiene el parque nacional de La Caldera de Taburiente con cerca de 5.000 hectáreas salvajes, y dos parques naturales, el de Las Nieves y el de Cumbre Vieja, afectado en parte por la erupción.

Es aconsejable consultar la web oficial de Senderos del Cabildo de La Palma, donde encontrar las rutas oficiales de la isla y chequear el estado de sus caminos en tiempo real. Indispensable por los posibles cortes por lluvias, nieve, arreglos y demás contratiempos.

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Mirador de la Cumbrecita. La Caldera de Taburiente

Terceros

Empezamos con la Caldera y su impresionante horizonte de mar, montañas, nubes y cielo. Está formado por varios desagües fluviales naturales circundados por montañas de hasta dos mil metros, que confluyen en el barranco de Las Angustias, salida natural al mar por Tazacorte. El parque ocupa gran parte del centro de la isla y está cubierto por un espectacular manto de bosque de pino canario. 

La ruta que permite una visita exprés a la grandiosidad de La Caldera parte del mirador de la Cumbrecita, en el Paso. Su acceso en coche es limitado, por lo que debes pedir autorización previa online. Una vez llegues al mirador puedes optar por varios senderos muy bien señalizados. La ruta fácil comienza en La Cumbrecita hasta los miradores de Los Roques y el Lomo de las Chozas. El trayecto es de una hora de caminata con un desnivel de tan sólo 150 metros.

Otras rutas parten del mirador de los Brecitos, también en el Paso, pero su acceso requiere hacerse con los servicios de un taxi 4x4 para llegar. Sus senderos te guiarán al sagrado Roque Idafe o, ya más lejos, a la cascada de colores. Para los más expertos se puede recorrer La Caldera desde el mar hasta sus cumbres con más de 16 kilómetros solo de ida. 

Los Tilos en San Andrés es una ruta fácil para disfrutar de los bosques de laurisilva

Otros de los senderos imprescindibles son los del norte, donde los vientos alisios aportan una humedad extra que se percibe en el paisaje de sus montañas. Es el reino de los bosques de laurisilva, lo más parecido a una selva en España. Es un bosque mágico lleno de endemismos y compuesto por especies de árboles diferentes: laureles, tilos y hasta helechos gigantes.

Los Tilos en San Andrés es una ruta fácil para disfrutar de estos bosques, accesible en coche y con un centro de visitantes. En cuestión de minutos caminarás entre lianas trepadoras, árboles altísimos y helechos hasta culminar en la impresionante catarata de los Tilos, de película.

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Hay otros dos senderos espectaculares de medio recorrido, el primero es La Cuba de los Galgos, en Puntallana, de fácil acceso y te dirige hasta el mirador de Somada alta, un verdadero balcón al mar desde las montañas. El segundo es el nacimiento del río Marcos y el río Cordero, ruta más aparatosa al necesitar un taxi 4x4 e imprescindible llevar linternas, cascos y ropa impermeable. Hay empresas y guías que facilitan la excursión. Se trata de un sendero que sigue una bajada de agua canalizada, atravesando 13 túneles excavados en la roca hasta llegar a los nacientes del río Marcos y Cordero.

Por último, puedes ver una gran concentración de dragos en La Tosca, una pequeña pedanía de Barlovento, llena de flores y con unas vistas privilegiadas, ideal para darte un paseo diferente.

Santa Cruz de La Palma tiene un aspecto colonial, tradicional, coqueta y cercana. La ciudad ha tenido distintos ciclos de abundancia gracias a hechos históricos relevantes que han marcado su destino. El primero, durante los siglos XVI y XVII, cuando se convirtió en el tercer puerto del imperio español tras Sevilla y Amberes al instaurarse en la isla el primer juzgado de las Indias, regulador de las exportaciones e importaciones con América. Allí recalaron mercaderes del resto de España y de Europa, atraídos por su desarrollo económico y participando en la creación de una pequeña burguesía comercial y de terratenientes.

De esta época tenemos el conjunto arquitectónico renacentista más importante de Canarias, en la plaza de España. Cuenta con arquitectura civil como el Ayuntamiento, la iglesia de El Salvador o la fuente central, todo ello rodeado de bellas casas señoriales de las grandes familias isleñas.

En Santa Cruz es obligado un paseo por el mercado municipal La Recova, las calles de San Telmo, Real, o el paseo Marítimo

El segundo gran momento histórico comienza en el siglo XIX a través de la emigración palmera, en una conexión frecuente con Cuba. El regreso de los indianos con fortuna fue una inyección económica y modernizó una sociedad que estaba de capa caída desde el siglo XVIII. Se abrieron teatros, cafés y se constituyeron escuelas públicas. Tal fue el auge que Santa Cruz fue la primera ciudad en Canarias en tener alumbrado eléctrico en 1893, mucho antes que muchas capitales europeas. El paso de los indianos dejó su rastro en sus estancias y haciendas por toda la isla. Pero también en las costumbres, concretamente en su carnaval. En Santa Cruz es obligada una visita al mercado municipal La Recova, de 1886, o darse una vuelta por las calles con toques coloniales de San Telmo, Real, o el paseo Marítimo.

Es hora de ir a la playa y relajarse. Aquí no veremos kilómetros de arenas dorada, pero sí rincones de ensueño donde el azul del mar y los tonos negros de su arena los hacen únicos. 

La playa de Santa Cruz se tiene hoy 1.200 metros de fina arena negra y aguas tranquilas, algo que se agradece en el Atlántico. Otra playa muy popular es la de los Cancajos cerca del aeropuerto.  En el noreste, playa Nogales es de las más bonitas de la isla, poco frecuentada y aislada con más de 500 metros de arena negra. Es la preferida por los surferos palmeros. El océano aquí no se anda con rodeos, por lo que hay que tener cuidado a la hora del baño.

Otra opción muy diferente, resguardada del ímpetu del Atlántico, son las piscinas naturales de la Fajana y el Charco Azul, ambas habilitadas con escaleras y restaurantes cercanos, ideal para ir con niños, especialmente entre semana, cuando hay menos gente. Si lo que buscas, en cambio, es una playa nudista, la única oficial de La Palma es la de Tazacorte, al oeste. Es larga, pegada al dique del puerto, y con todo tipo de servicios cercanos.

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En el suroeste, en Fuencaliente, destacamos la playa de la Zamora, aislada y enclavada al fondo de un acantilado, donde tendrás el más bonito atardecer de la isla. Ha estado cerrada más de un año y ahora, por fin, está abierta. También en el sur, te proponemos la playa del Faro y la Echentive, próximas a las salinas.

Otro atractivo de La Palma son lo porís o proís, en el noroeste de la isla. No son playas, sino pequeños puertos naturales refugiados del oleaje de lo más pintoresco. En Tijarafe, el porís de la Candelaria es el más popular, con sus pequeñas casas encaladas en la roca dentro de una enorme y espectacular cueva. Otro menos visitado es el puertito de Santo Domingo, en Garafía, otro precioso secreto palmero. El sendero parte del mirador de Santo Domingo, desde donde se divisan sus acantilados e islotes. ¡No te olvides el bañador... ni la cámara!

Tres municipios de los catorce existentes en La Palma se han visto afectados por la acción del volcán y no en su totalidad, sino solo en áreas concretas. El resto de paisajes de la isla continúa igual que antes de la erupción.

Canarias y los volcanes están unidos irremediablemente, ya que sus islas se han creado por las múltiples y sucesivas erupciones. Por eso, La Palma junto al Hierro son las más occidentales y las más recientes. 

El mirador del Time ofrece impresionantes vistas panorámicas del valle de Aridane y la zona afectada por la erupción

Si te interesa ver el volcán, la colada y la nueva fajana marina, puedes detenerte en el mirador del Time, lugar donde muchos reporteros de televisión contaban sus crónicas. Tendrás unas impresionantes vistas panorámicas del valle de Aridane y la zona afectada. Desde la carretera del Paso a Los Llanos te acercas a la colada y puedes detenerte para contemplar el espectáculo de fábricas y casas semienterradas por la lava.

Recientemente La Palma ha autorizado las primeras rutas a pie en compañía de guías expertos a una distancia prudente de seguridad del volcán. También hay tours desde el mar que te acercan a la recién nacida fajana marina.

La lava del Cumbre Vieja alcanzó numerosas casas

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T.W. van Urk
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