Fa hace ya unas semanas cuando salió a la luz la noticia de que la Reina Camila de Inglaterra, de 77 años, había cancelado su agenda pública debido a una infección en el pecho. Entonces, se dieron pocos detalles sobre su estado de salud, y se anunció que se perdería algunos eventos marcados en rojo en el calendario británico, como fue el caso del 'Día del Recuerdo'. En las últimas horas ha vuelto a cancelar su asistencia a un acto, en concreto a la recepción del emir de Qatar y su esposa.
Según apuntó la prensa británica, la soberana haría un esfuerzo para aparecer de forma puntual y poder así saludar a los invitados, no obstante sería momentáneo, pues debe seguir reposando y recuperándose. Esto ha generado una gran preocupación en el país, puesto que hace ya cerca de un mes desde el momento en el que la salud de la reina se vio comprometida, y todo apunta que no termina de curarse.
Dada la situación, el portavoz de la reina en Buckingham ha salido al paso para dar un nuevo parte sobre el estado de salud de la soberana. “Su majestad la reina se encuentra indispuesta por una infección en el fecho, por la que el equipo médico ha advertido que debe tomarse un breve período de descanso”, apuntan desde palacio, tal y como revela la prensa británica.
“Con enorme pesar, la reina ha tenido que cancelar los compromisos para esta semana. Pide disculpas a todo aquellos que puedan sentirse afectados como consecuencia de su decisión”, sentencia. Ahora, son muchos quienes apuntan que podría ser la duquesa de Gloucester quien la sustituya en los próximos actos, puesto que últimamente ha sido así.
La preocupación por el estado de salud de la reina se ha extendido por todo el país. A la poca información oficial se le suma el hecho de que son muchos los ciudadanos que opinan que no es buena señal que, a sus 77 años, la infección persista tanto. Creen que podría haber complicaciones.
2024 ha sido uno de los peores años para la monarquía británica. Cabe recordar que dos de sus miembros más populares, el rey Carlos III y Kate Middleton, fueron diagnosticados de cáncer a principios de año. En el caso del soberano, sigue inmerso en el tratamiento, mientras que la princesa de Gales lo terminó el pasado mes de septiembre. Ambos han tenido que ausentarse de varios actos debido a su enfermedad. Se trata de un año que parece que no terminará mejor de lo que empezó, puesto que ahora es la salud de la reina consorte la que preocupa.