Elena Anaya, feliz regreso a la pantalla: “La maternidad te lleva a otra dimensión”

Entrevista

Convincente en ficción, hermética con su vida privada, la actriz palentina vuelve a primera línea tras una etapa volcada en su doble maternidad. Su primer estreno es ‘Jaula’, el inquietante debut de Ignacio Tatay 

La actriz con vestido de Roberto Diz, anillos sellos Nomad X Lark & Berry 
y botas de Serena Whitehaven

Elena Anaya, reflexiva, con vestido de Roberto Diz 

Pau Palacios

Veintisiete años de carrera selectiva y un respeto por el oficio que reitera con cada trabajo hacen de Elena Anaya (Palencia, 1975) una de las actrices más valoradas del país, con un Goya y tres nominaciones y proyección internacional, con varias incursiones en Hollywood. Ahora vuelve al cine, tras una etapa más dedicada a sus hijos, de 1 y 5 años. 

Relajada tras unos días de descanso, hoy una otitis infantil le ha robado horas de sueño, pero se entrega a la sesión de fotos con entusiasmo y no escatima un minuto para hablar del trabajo y la vida. Con freno hacia lo íntimo, una privacidad que algunos medios en su día se saltaron (mientras ella llevaba sus embarazos con absoluta discreción) y que hoy, con la ley en la mano, está logrando preservar.

No tengo redes sociales, mis redes son las de tener gente cerca y mirarles a los ojos cuando les hablo”

Estrena Jaula, el thriller psicológico del cineasta Ignacio Tatay, para quien la actriz sólo tiene elogios pese a lo que la ha hecho sufrir en pantalla: Paula (Anaya) y su marido recogen a una niña que deambula en plena noche por la carretera. Tras dos semanas en el hospital, nadie la reclama y ellos la acogen en su casa hasta que se localice a su familia y se esclarezca por qué extraña razón se resiste a salir de un cuadrado dibujado con tiza en el suelo, aterrada por lo que le ocurrirá si lo hace.

Buen arranque y tensión hasta el final. ¿Qué le hizo aceptar el papel?

Ante un proyecto más que valorar si es thriller, comedia, director consagrado o novel intento hacer una lectura neutra y darle el valor al guión. Ver qué me pasa con esa historia, si me seduce. Y esta me atrapó. Tatay tiene una mirada superinteresante y mucho coraje. Ha creado una atmósfera especial, parece una película nórdica.

La actriz con vestido, guantes y botas de Dior

La actriz con vestido, guantes y botas de Dior 

Pau Palacios

Cuando eres madre, si el que sufre en pantalla es un niño la angustia se multiplica. ¿Coincide?

Totalmente. No sé cómo hubiese hecho esta película sin ser madre. La he hecho ahora, bueno la rodé en 2020, con 35 años…

¿Cuántos?

¿Cuántos te he dicho? ¿35? Y me he quedado tan ancha. Soy un despiste y estoy muy cansada, perdona. ¡Tengo 47! Solo una vez de jovencita me resté algún año, para lograr un papel. Y lo pasé fatal. Jamás me quitaría y mucho menos 10! (ríe). Si me vuelve a pasar me corriges... Decía que ante un niño que sufre la tensión es máxima y ahora multiplicado por mucho más. Al leer el guión me llevaban los demonios pensando qué le ocurría a esa niña tan frágil, solo deseaba protegerla.

¿Le fue fácil conectar con ella?

Eva es una actriz inglesa maravillosa, tiene 8 años. No habla español, un handicap que en realidad resultó útil en el rodaje. Ensayamos casi tres meses, lo que fue magnífico y luego te ahorra tiempo en el rodaje. Creo que se aprecia esa conexión.

¿Cómo gestiona ser madre y volver al cine?

Con la maternidad la vida toma una dimensión que no es comparable a nada. No hay nada mejor. Siempre he sido muy selectiva, he dicho no a muchos proyectos y ahora debo tener en cuenta si hay que viajar, si me puedo llevar a los niños al rodaje, factores más importantes que el trabajo, pero la vida sigue y hay que poder estar en todo.

Soy superexigente conmigo misma, cada día me meto muchísima caña”

¿Qué prioriza a la hora de educar?

Los valores. Ser conscientes de quiénes somos y cómo afectamos a la vida de los demás. Educar desde la libertad, la imaginación, el asombro, que el cerebro funcione al ritmo que necesita a los 5 años y no con una pantalla delante, porque desde ese momento poco juego tendrás porque te aburrirás al instante. A mí me animaron a subir a los árboles como quería, a jugar a lo que más me apetecía siempre que no afectara a nadie más.

Educar para que los jóvenes puedan ejercer el poder de mejorar el mundo, como dijo Patti Smith en sus conciertos recientes. Usted es fan suya… ¿coincide en ese enfoque?

La educación es lo que nos hace libres, nos ayuda a pensar por nosotros mismos sin que nos digan cómo son o deben ser las cosas, a tener opinión y poder decidir. A veces parece que estamos más conectados que nunca y yo siento es que la sociedad está más aislada. Me preocupa profundamente. Soy fan de Patti Smith y me emocionó su concierto. “Tenéis el poder”, dijo. Sigue lanzando el mensaje con toda la fuerza y la credibilidad. Todos tenemos la capacidad de expresarnos y que nuestra voz se oiga al margen de quien seamos y la responsabilidad de actuar para cambiar las cosas.

Con chaleco de Louis Vuitton. Las lentejuelas y apliques ensalzan el look

Con chaleco de Louis Vuitton. Las lentejuelas y apliques ensalzan el look

Pau Palacios

¿Cómo definiría esta etapa de su vida?

Estoy muy ilusionada, muy feliz de volver al cine tras los parones para dar a mis hijos ese tiempo preciado sin estar en siete cosas a la vez y que les cuiden otras personas. Es un momento dulce. Fuerte, con muchas ganas, con mucha vida. Y muy agradecida de llevar 27 años dedicada al cien por cien a lo que más me gusta y me emociona. Y saber valorarlo.

¿Positiva?

Soy disfrutona, aunque a veces se me pone el día sombrío, y me topo con un árbol que no me deja ver el bosque. Me digo: ¡Ojo, relativiza, pensamiento positivo! E intento recolocarme, si puedo sola, y pensar que tras el árbol sigue estando el bosque. 

He visto a grandísimos compañeros a quienes han dejado de llamar por la edad, por no operarse o tener flacideces. Convivo con el miedo de que me ocurra”

¿Qué desearía cambiar de sí misma y no ha conseguido?

Por ejemplo, tener más disciplina y practicar yoga cada día una hora y media solo levantarme antes de que empiece el mundo. A veces no paso de 20 minutos. Soy superexigente conmigo misma, cada día me meto muchísima caña. Si tengo aspectos de mí que cambiaría, que los hay, creo que me daría mucho pudor contártelos…

Ha formado una familia con su novia. ¿Se ha topado con comentarios intolerantes hacia su orientación sexual?

Lo que recibo del público y de quien me conoce es mucho cariño y respeto. Y yo no tengo redes sociales, mis redes son las reales, las de tener la gente cerca y hablarles mirando a los ojos.

¿Qué le inquieta de la actualidad?

Este verano he sufrido un rodaje en Madrid con temperaturas extremas. Ha sido apoteósico, el cambio climático está aquí, es una realidad. España se quema, y si amplías la mirada...un presidente decide deforestar la Amazonia y le da igual... Es muy importante lo que ocurre en el planeta. No podemos pensar solo en nuestro barrio, sino en lo que ocurre a nivel global. Da miedo. Hay que actuar ya, colectiva e individualmente, en todo el planeta. Somos la última generación que puede frenar este desastre. Se nos acaba el tiempo. Es una gran responsabilidad. 

Con vestido de malla metálica pintada a mano de Teresa Helbig y anillos sellos Nomad X Lark & Berry

Con vestido de malla metálica pintada a mano de Teresa Helbig y anillos sellos Nomad X Lark & Berry

Pau Palacios

¿Mitómana? ¿Con quién ha disfrutado más trabajando?

Soy mitómana, sí, pero para mi Ignacio (Tatay) ha sido lo más, me da igual que sea debutante. A mi me ha apasionado seguirle, encarnar ese personaje que se ha inventado, igual que me ocurrió con León de Aranoa en Familia y con Almodóvar en La piel que habito. Cuando rodé con Pedro ya éramos amigos y no me impresionó tanto. Pero es tan fascinante su personalidad y su mundo y cómo ama el cine, es tan único en su forma de crear, tan divertido y entrañable y sabe tanto que tomar un café con él te deja loca, hace que te sientas una afortunada de estar a su lado. Disfruto con los más exigentes.

Woody Allen me decía: 'este texto es horrible, cámbialo, improvisa'. Yo pensaba: lo has escrito tú... y yo no voy a cambiarlo”

Para exigencia, la de Woody Allen al dirigirla en Rifkin’s Festival y decirle “que era la peor actriz del mundo” ¿Esa táctica la estimuló o le creó inseguridad?

Bueno, hay que aclararlo un poco. Es un extraordinario director. Sabe verte con nitidez cuando pasas de puntillas por un texto o has entrado de lleno. Era maravilloso en cuanto al feedback, a la precisión de lo que quería o no. Pero hubo una retahila de cosas que me parecen innecesarias. Los actores somos vulnerables, estamos muy expuestos, a veces debemos situarnos en lugares de fragilidad máxima y creo que las cosas funcionan desde el cariño y la exigencia, claro.

El director, Ignacio Tatay conversa durante el rodaje con Anaya y los otros dos protagonistas, la pequeña Eva Tennear y Pablo Molinero

El director, Ignacio Tatay conversa durante el rodaje con Anaya y los otros dos protagonistas, la pequeña Eva Tennear y Pablo Molinero

Carla_Femo

¿No siempre fue así?

A veces me impactó cómo venía y me decía: “Este texto es horroroso, cámbialo, improvisa, di lo que quieras”. Y yo pensaba: ¡Este texto que has escrito tú! Uno de los mejores guionistas del mundo y yo no voy a cambiar tu texto. Y aunque lo hubiera cambiado él. Si son dos frases las que modificas, vale, pero si son 12 páginas, pues no es tan fácil. Yo necesito un tiempo para asimilar la información y vivirla. A mi me provoca todo tipo de malestares en el cuerpo y en el alma. Dicho esto, la experiencia con Allen fue todo un regalo, la repetiría mañana.

¿Le preocupa cumplir años, la obsesión por la imagen en este oficio?

Convivo con el miedo de que algún día… he visto grandísimos compañeros a quienes han dejado de llamar por la edad, por no operarse, no pincharse la cara o tener flacideces. Da pavor. Pero si me ocurre y ya no intereso, pues hasta aquí llegó mi carrera. Tendré un montón de pelis para enseñar a mis hijos. Me gustaría envejecer empleando mis vivencias para crear personajes más ricos, con más matices y recorrido. Estoy superagradecida de cumplir años. Aunque ahora viendo las fotos que me acaban de hacer pienso: ¡Podría llevar ya varias operaciones!. Esto empieza a caerse por aquí, lo otro por allá. No sé cómo lo viven las demás. A las mujeres nos quieren poner unos filtros que a los hombres no ponen. Me parece poco inteligente.

Una escena de la película

Una escena de la película ‘Jaula’ 

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¿Le falta algo a su vida?

A mí me faltan mis padres, que ya murieron. Y los echo de menos cada día.

¿Creyente?

Creo en el cariño, en el amor, que se queda y se transmite. 

¿Las virtudes que más valora?

La gente con principios, con respeto al otro, empatia, al margen de quién seas, a que te dediques, eso es lo que debería dominar el mundo porque sino nos metemos en unos conflictos que impiden el confort que tendría que suponer la vida. Si no hay respeto ni educación: ¿entonces de qué vamos a hablar? 

Yo lo doy todo cuando trabajo, pero al llegar a casa me ocupa tanto mi vida que me olvido de este mundo. Prefiero pasear por el bosque”

¿Recuerda el momento y el por qué decidió ser actriz?

Recuerdo un día saliendo del cine con mi madre de ver Memorias de África, que me fascinó, y le dije: “Jo, qué viaje tan maravilloso por Kenia, y con Meryl Streep, que siempre me sobrecoje. Qué suerte ser Karen Blixen”. Y mi madre me respondió: “Pues tú también lo puedes hacer si quieres”. Pensé: ¿Pero qué está diciendo?

Qué suerte ese empuje a su lado…

¡Wow! Sí, a tope, en todo. He tenido unos padres increíbles. Sabían que es un oficio difícil, porque hay un 96% de actores que no pueden vivir de esto. Pero me dieron todo su apoyo.

¿Qué cambiaría de este oficio?

Yo vivo el oficio desde mi prisma, lo doy todo cuando trabajo, pero al llegar a casa me ocupa tanto mi vida que me olvido un poco de este mundo. Estoy atenta cuando tengo que estar, luego prefiero pasear por el bosque. Me disgusta la falta de profesionalidad, la tontería, el individualismo, la gente que no te mira la cara, pero igual que me fastidia en el súper. En este trabajo, sin el otro no eres nada. Yo me alimento tanto del otro que no concibo pensar en lo mío y ya está. Somos frágiles y a veces se nos pide una fortaleza tan grande que la soledad hace que este trabajo sea difícil, tener a alguien al lado que te apoye es esencial.

¿Le apetece ahora enfocar su carrera hacia Hollywood?

Es que las carreras no se enfocan. O por lo menos yo no sé hacerlo, otros colegas son más listos. Yo no tengo ese manual de...ahora haré más comedia o más cine europeo. He hecho teatro en Reikiavik, cine en Hollywood, películas pequeñas, enormes, en El Cairo, en Chile, allá donde me ha llevado la vida y los guiones que he ido eligiendo. Si ahora me tengo que ir a algún sitio intentaré no tardar mucho en volver, porque voy con una familia y hay que sopesar otras cosas. Me enfoco en dar lo máximo en cada trabajo, como si fuera el último.

El cambio climático está aquí. Hay que actuar ya. Somos la última generación que puede frenar este desastre”

Así, de momento sigue en Madrid…

Si, he vivido 27 años muy a gusto, pero ahora con ganas de marchar. Nos han ido robando el centro, se ha degradado, ha perdido la identidad. Donde antes había cines y teatros ahora hay franquicias. Falta ética, respeto, tener en cuenta que hay vecinos que duermen, y sobran atascos y suciedad.

¿Le preocupa la política? Aunque no se manifieste a menudo al respecto…

¿Y quieres que lo haga, no? (ríe). Pienso que Madrid había tomado un camino exquisito con Manuela Carmena, una mujer coherente, con un gran sentido común y capacidad de escuchar  y ponerse en el lugar del otro. La echo mucho de menos. 

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