Aida Folch, el cóctel explosivo de medicina y maternidad

Entrevista

La actriz regresa con su emblemático papel de Olivia, la doctora severa pero respetada de la serie 'Madres', que se emite en Amazon Prime Video y Telecinco

"Ahora mismo siento bastante miedo a dar mi opinión porque está todo muy crispado, pero tengo que ser libre para expresarme sin consecuencias"

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Aida Folch

La actriz Aida Folch regresa a la pequeña pantalla con su personaje de la doctora Olivia en 'Madres'  

Rubén Vega

Aunque su personaje en la serie Madres, sea seca como esparto, Aida Folch (Reus, 1986) reivindica en estos días tan complejos la risa “como si fuera una descarga de adrenalina para contrarrestar tanto estrés; la diversión para espantar tristezas aunque sin perder de vista las consecuencias de lo que estamos viviendo”. El drama, sin embargo, lo prefiere para sus interpretaciones porque, reconoce con una sinceridad muy agradable, que “se le da bien”. 

En activo desde los 14 años, fogueada en filmes de Fernando León de Aranoa, Manuel Huerga o Fernando Trueba, su descubridor -consiguió una candidatura al Goya por El artista y la modelo a sus órdenes- es, pese a su empeño vital, infrecuente en la comedia, salvo por su participación en el serial Cuéntame cómo pasó, que le brindó popularidad gracias a su divertido acento francés. 

En Madres, de la que ahora recibimos una nueva remesa de capítulos en Amazon Prime Video y Telecinco, interpreta a una doctora con poco tacto y mal carácter, más respetada que querida por el colectivo femenino que la rodea, formado sobre todo por trabajadoras y familiares de pacientes, que, una vez da a luz a su propio hijo, encuentra que el universo no es tan tortuoso como imaginaba.

Aida Floch debutó a los 14 años en 'El embrujo de Shanghai' de Fernando Trueba

Aida Floch debutó a los 14 años en 'El embrujo de Shanghai' de Fernando Trueba

Rubén Vega

A Olivia, su personaje, ahora le toca lidiar con la conciliación…

Y mostramos lo difícil que es compaginar un trabajo que te absorbe, que te encanta, como es el caso de esta médico, con esta situación si además eres madre soltera. La realidad es que la maternidad supone un cambio total de vida y vamos a ver cómo la va humanizando un poco. Al principio era una persona fría y dura, pero luego supimos que todo eso venía de la falta de amor que sufrió en su infancia, tanto por parte de su madre adoptiva como de la biológica que no quiere saber nada de ella. La gracia de este personaje es ver cómo se van desmontando las capas de cebolla que tiene una persona a priori tan antipática, a la vez que muestras lo complejas que pueden ser las relaciones entre madres e hijos.

¿Qué crees que lleva en los bolsillos el uniforme de madre?

Pues amor. Yo no tengo hijos, pero creo que lo puedo entender bien. No hay nada mas grande que lo que sientes por tu hijo. Es un amor inmenso, incondicional, el mayor que podamos experimentar. Por eso, cuando enferman, la preocupación es enorme y si mueren no hay consuelo. No hay ni siquiera una palabra que defina a la madre o al padre al que se le muere un hijo.

Es muy importante dejar claro que no dejamos de ser mujeres completas por no tener hijos”

¿Se respeta la elección de la mujer que decide no tener hijos?

Tiene mucho que ver con quién es uno y la manera de pensar de cada cual. Lo que está claro es todo está cambiando, nuestras relaciones afectivas, nuestros momentos laborales, las crisis económicas o sanitarias. Todo eso influye a la hora de tomar una decisión tan importante. Mis padres me tuvieron con 25 años y ahora mismo eso no es posible porque las condiciones sociales no nos lo permiten. Y las mujeres somos diferentes; tenemos mucho donde elegir, una carrera que nos ilusiona. Me gustaría pensar, porque soy una idealista, que todos tenemos derecho a elegir lo que nos convenga y lo que pensemos que nos va bien. Creo que tener hijos porque toca no tiene ningún sentido.

Todavía se escucha de vez en cuando la frase “se te está pasando el arroz”…

La presión social sigue estando ahí. Mi abuela siempre me dice lo de "a ver cuándo te casas” o frases parecidas. No puedes pretender que personas de generaciones que han vivido de esa forma, comprendan como funciona el mundo hoy, en ese sentido. Tenemos que convivir con estas frases y, al tiempo y si es posible, también reeducar. Es muy importante dejar claro que no dejamos de ser mujeres completas por no tener hijos. Al final, es una cuestión de comunicación y no debe ser motivo de crispación. Puedes ser madre o no serlo según tus deseos y las dos cosas son igualmente correctas.

¿Feminista? 'Madres' es una serie femenina con mujeres que piensan de modos muy diferentes sobre diversas cuestiones”

¿Cree que 'Madres' es una serie feminista?

Buena pregunta que siempre me hace meterme en camisa de once varas por decir lo que siento. No creo que sea feminista. La etimología de la palabra feminista hace referencia a la igualdad entre hombres y mujeres y en esta serie no la hay. Siempre son las madres y las abuelas las que están ahí. Es una serie femenina en la que se muestra el punto de vista de mujeres que piensan de modos muy diferentes sobre diversas cuestiones.

¿En camisa de once varas?

Siempre digo esto, que es lo que pienso, y no me trae más que problemas. Ahora mismo siento bastante miedo a dar mi opinión porque está todo muy crispado y puede hacer que determinadas personas o colectivos dejen de ver la serie, con lo que nos estamos jugando el trabajo y el pan de muchos, pero, por otro lado, tengo que ser libre para expresarme sin consecuencias. Las redes sociales se han convertido en el cáncer de esta sociedad.

La actriz Aida Folch fue candidata al Goya por

La actriz Aida Folch fue candidata al Goya por "El artista y la modelo", de Fernando Trueba 

Rubén Vega

Muchos personajes públicos se están dando de baja…

Y me lo estoy pensando. Es un gran dilema que tengo porque no entiendo muy bien cómo esto nos esta deshumanizando cuando debería acercarnos en vez de separarnos. No tiene sentido. Ya te he dicho que soy una ilusa.

Un cierto grado de ingenuidad debe ser hasta sano…

Espero que sí.

¿Es actriz de llevarse los estados de ánimo a casa?

A veces no lo puedo evitar y acabo agotada, claro, sobre todo con los personajes muy emocionales. En este caso, se habla de cosas que importan y que nos duelen, que ocurren en un hospital. Si interpretas a alguien que a menudo está superada, durante ocho horas diarias en un plató, siempre algo se te queda dentro, aunque intente desconectar, pero es todo muy intenso. Y después de rodar, hay que seguir estudiando para el día siguiente. No puedes salir y tomarte unas cañas.

Defiende usted un personaje bastante antipático y, sin embargo, ha conectado con facilidad con el público…

Al principio me daba mucho miedo que le cogieran manía porque podría haberme cargado la serie. Yo creo que la gran mayoría de los espectadores son personas formadas que no necesitan que nadie les aleccione y que ya saben que las cosas nunca son blancas o negras; que la mayoría del tiempo nos estamos moviendo entre grises. Creo que han agradecido que hablemos de temas importantes o exploremos emociones que tenemos todos sin juzgarlas. Pasa con las madres, por ejemplo. A menudo, hagan lo que hagan siempre actúan mal de cara a sus hijos y viceversa. Si les proteges porque te pasas, si no muestra interés, aunque te preocupes, parece que eres una mala madre. La serie se estrenó durante la pandemia y unió a las familias ante el televisor. Fue bonito porque todos acababan sintiéndose identificados con uno o con otro personaje.

En pleno cambio adolescente tuve una época de pocas ofertas de trabajo; tuve miedo de que no me llamaran más”

Viste la bata de médico para representar a un de las profesiones más queridas y respetadas en este momento ¿Es una responsabilidad añadida?

Me hace sentirme muy culpable, porque me pongo la bata y me siento una farsante. Estoy interpretando un personaje con una profesión que yo no podría haber ejercido nunca, porque para ser médico hay que ser muy valiente y no puedes estar todo el día con las emociones a flor de piel. Y su realidad es muy complicada, por no decir injusta. Hay pocos, no se les paga lo suficiente, están muchas horas sin dormir, viven situaciones extremas… Creo que tenemos un sistema sanitario maravilloso del que me siento muy orgullosa, y que están siendo capaces de superarse incluso después de una etapa de recortes que ha sido tremenda. Siempre que los he necesitado ahí han estado, me he sentido muy arropada por los que cuidan de que se cumpla un derecho fundamental. Y menos mal que no son bordes como mi personaje. Soy muy aprensiva y no me gusta ir a los hospitales ni a hacerme una analítica, y si además te toca alguien sin tacto como Olivia… En un hospital siempre se está en un estado vulnerable y las relaciones entre médico y paciente son muy importantes. Creo que es fundamental ese momento en el que los médicos te animan y te tratan con cuidado y con tacto.

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50 personajes, más o menos, en 20 años… No le sale mal el balance…

Deseaba muchísimo ser actriz y estaba haciendo mis cursos y preparándome hasta que me enteré de que Fernando Trueba buscaba a una niña para El embrujo de Shanghai. Se lo dije a mis padres, me presenté, pasé 5 casting en dos meses y sucedió la magia. Entré en esta profesión, hice mi primera película, no había hecho nada que me avalara anteriormente: ningún anuncio, nada. Fue un sueño; todavía no me lo creo. Eso, evidentemente, cambió mi vida, me enamoré de esta profesión, de la gente que tuve y tengo la oportunidad de conocer, de aprender. Dos meses después ya estaba haciendo Los lunes al sol, con Fernando León… y he sido muy afortunada. He ido creciendo a través de mis personajes, hubo épocas en la que hacía dos películas al año, ahora hago más series. Cada proyecto que me llega es como si fuera el primero, me hace ilusión, lo veo como un reto para seguir ayudando a contar historias que me parezcan interesantes.

La actriz Aida Folch

La actriz Aida Folch ha encarnado a cerca de 50 personajes en sus 20 años de carrera 

Rubén Vega

¿Temió alguna vez quedarse en el camino, como le ha sucedido a tantos niños actores?

Escuché a menudo que había que tener cuidado, que los niños actores, cuando se la pegan o entran en barrena tienen unas vidas terroríficas, pero creo que en éste momento el peligro de perder la cabeza y creerte el rey del mundo es mucho mayor que cuando yo empecé porque, a través de las plataformas, te ven en todas las partes del mundo y, a menudo, no se tiene una madurez personal sólida para aguantar lo que se viene encima. Tiene mucho más riesgo que lo que yo viví. Es cierto que cuando estaba en pleno cambio adolescente, tuve una época sin demasiadas ofertas de trabajo y tuve miedo de que no me volvieran a llamar nunca más. Con el tiempo aprendí a confiar y a pensar que lo que tenga que ser será. La vida te va proponiendo cosas y ahí están esos cincuenta personajes, que no había contado, por cierto. Es una cifra que no deja de sorprenderme un poco. En un rodaje me siento como pez en el agua, crecí ahí y es donde mas segura me siento. Me gusta pasar tiempo con mis compañeros, con el equipo, sentir que estoy haciendo algo que vale la pena y que va a mover las emociones de la gente que lo va a ver.

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