Trío de talento femenino con hambre de Goya
Los premios del cine español
Amaia Aberasturi, Natalia de Molina y Milena Smit optan a los goya a mejor actriz protagonista, actriz de reparto y actriz revelación respectivamente
El 6 de marzo se desvelará si logran la estatuilla, en la gala, este año más descafeinada (telemática), de los Goya, que cumplen su 35.ª edición
Amaia Aberasturi, Natalia de Molina y Milena Smit presumen de nominación al Goya en las tres categorías femeninas (de intérpretes) posibles: Mejor Actriz Protagonista (por Akelarre), Mejor Actriz de Reparto (por Las niñas) y Mejor Actriz Revelación (por No matarás), respectivamente. En cada una de sus interpretaciones, la Academia de Cine –los compañeros– ha identificado el talento: el arco, las aristas, la profundidad y complejidad de cada uno de sus personajes. Aunque la de este año será una gala más descafeinada (telemática), el próximo 6 de marzo no faltará la ilusión en la 35 edición de los Premios Goya.
Actriz revelación por 'No matarás'
Milena Smit
“Eres la persona que llevo seis años buscando para este personaje”, le anunció David Victori, director de cine, a Milena Smit (Alicante, 1996), aspirante a intérprete, al otro lado del teléfono. Y con esa frase le cambió la vida. “Siempre digo que estoy cumpliendo sueños antes de tenerlos, porque nunca me habría imaginado que acabaría siendo actriz. Ha sido una oportunidad súper inesperada que he intentado aprovechar a muerte y con la que he descubierto el oficio más bonito del mundo”, se emociona.
Antes de esa conversación, la vida de la no-actriz transcurría entre su trabajo como recepcionista de un pequeño hotel del barrio de Ópera de Madrid –adonde se había trasladado desde Murcia, donde residía, tres años y medio antes– y la necesidad de seguir buscándose. “Nunca he tenido vocación por nada y, cuando terminé Bachillerato, no me apetecía estudiar. ¿Cómo es posible que con 18 años tengamos que plantearnos a qué nos queremos dedicar el resto de nuestra vida? Me fui de casa con 17 y no he parado de trabajar: como camarera, dependienta, teleoperadora, azafata… Siempre me he sacado las castañas del fuego”, cuenta la aspirante al Goya a Mejor Actriz Revelación por el thriller No matarás, que ostenta un total de tres nominaciones.
Estoy cumpliendo sueños antes de tenerlos porque nunca me habría imaginado que acabaría siendo actriz
La historia, muy peliculera, es esta: a los 15 años, Milena Smit (padre holandés, madre manchega) empezó a trabajar como modelo. “Hacía cositas, nada grande, porque sentía, y me sigue pasando –véase su cuenta de Instagram– que mediante la fotografía y la moda artística puedo expresarme como soy”. Surgieron después algunos cortometrajes “muy visuales” y un montón de videoclips, “siempre como un hobby”. Hasta que la agencia encargada del cásting de la película de David Victori la contactó por Instagram. “Tenía que enviar un self-tape. En aquel momento, yo estaba muy mal anímicamente, así que iban pasando los días y no mandaba el vídeo. El último día de plazo, algo en mí se encendió y lo envié. Ahora lo veo y era un churro horrible [risas]. Pero les gustó y, a las dos horas, me contestaron para citarme para un cásting presencial”.
Hasta que, prueba tras prueba, el personaje de Mila –una chica tan sensual como inestable que convertirá la noche de Mario Casas (coprotagonista y nominado a Mejor Actor) en una pesadilla– fue suyo. “Creo que el mérito es haber sacado un trabajo del que me siento muy orgullosa. La primera vez que vi el resultado me quedé muy impresionada de mí misma, de tener eso ahí dentro que no sabía que estaba. Al no tener herramientas, pude trabajar desde un lugar completamente fresco. Simplemente, me dejaba llevar”.
Ahora, al que ha sido su segundo proyecto, la serie sobrenatural Alma para Netflix –que verá la luz este 2021–, suma una nueva hazaña: ser una de las tres protagonistas, junto a Penélope Cruz y Aitana Sánchez-Gijón, de Madres paralelas, la nueva película de Pedro Almodóvar. “Es una locura, aún ni siquiera lo he asimilado. Es trabajar con un referente de la historia del cine como Almodóvar, pero, sobre todo, con un gran contador de historias de mujeres y, en eso, él es único. Si a esto le sumas compañeros increíbles como Penélope, Aitana, Israel (Elejalde), Rossy (de Palma) o Julieta (Serrano), ¿qué más se puede pedir? Tengo muchas ganas de aprender de ellos, de ponerme frente a Pedro y de disfrutar de esa maravilla de guion”, celebra Milena Smit.
Actriz protagonista por 'Akelarre'
Amaia Aberasturi
Al otro lado del espejo al que una niña de seis años enseñaba sus bailes, hay, muchos años después, una joven artista. Esa era la palabra exacta que Amaia Aberasturi (Gautegiz Arteaga, Bizkaia, 1997) empleaba para poner nombre a su sueño. “Era muy introvertida, pero me gustaba inventarme situaciones y, además, me hacía grande en un escenario. Empecé bailando, lo he hecho hasta los 18 años, pero a los 12 protagonicé una película en euskera –Zigortzaileak (Los Castigadores)– y de repente me sentí feliz y aún más grande. Con esa nueva puerta que se me abría, empezó todo”, rememora la actriz, que ahora, a sus 23 años, aspira a convertirse en la Mejor Actriz Protagonista por Akelarre, de Pablo Agüero, que llega a la 35 edición de los Premios Goya con nueve nominaciones. “Es como algo soñado. ¡Maravilla! No lo esperaba para nada, porque me habían presentado anteriormente a Actriz Revelación (por Vitoria, 3 de marzo, en 2020) y no podía volver a optar a esa candidatura con esta película. Cuando supe que me presentaban a protagonista, lo di por perdido, ¡era algo muy grande! De hecho, no estuve ni atenta a las nominaciones”.
Más allá de las nominaciones, mi trabajo se ha valorado y me han llamado para hacer otras cosas
Fueron sus padres, desde el bar en el que trabajan, y su chico, desde casa, a quienes encomendó la tarea de estar pendientes de la lectura de nominados, por si las moscas. Ella andaba en el primer ensayo de un nuevo proyecto audiovisual (del que no le permiten aún decir anda) en Barcelona. “De repente, el móvil no paraba de hacer luz. Lo cogí y empecé a leer “enhorabuena”. Acababa de conocer a todas esas personas con las que estaba ensayando y no me atreví ni a gritar [risas]”.
A pesar de la taquilla mermada por el Covid, lo que Akelarre le ha dado a Amaia Aberasturi –en televisión ha participado en la serie 45 revoluciones– ha sido mucho: un antes y un después. “Mas allá de la nominación al Goya o a los Feroz (como Mejor Actriz), mi trabajo se ha visto, se ha valorado y me han llamado para hacer otras cosas. Además, es el primer personaje que hago con una composición tan compleja. Es un prota y creo que he aprendido muchísimo en el proceso de creación. Ahora, como actriz, tampoco soy la misma”, reflexiona.
Y es que, en la interpretación de Ana, esa joven que en el siglo XVII es arrestada por brujería junto a sus amigas, se hallan todos sus méritos. “Si tuviera que valorar mi trabajo, creo que lo que está especialmente bien son mis secuencias con el juez, a quien da vida Àlex Brendemühl, donde hay mucha escucha y se ve una composición de personaje trabajada. Al final, estamos hablando de una chica que pasa de estar totalmente feliz y en libertad a estar enfrentándose con la muerte. Ana hace un viaje muy grande a través de una fantasía mental. Es muy madura, pero a la vez es una niña. Creo que toda esta complejidad es lo que han valorado para nominarme”, analiza. Y no oculta el sabor agridulce de una gala de los Goya telemática. “Soy consciente de que lo primero es la salud, pero me hacía mucha ilusión poder asistir, disfrutarlo y compartirlo con mi chico. Pero también es importante saber adaptarse, no perder la ilusión ni las ganas jamás. No será lo mismo, pero ha tenido que ser así y ya está. ¡Ojalá en un futuro haya más!”.
Actriz de reparto por 'Las niñas'
Natalia de Molina
Cada nueva nominación, cada nuevo Goya es para Natalia de Molina (Linares, Jaén, 1990) una confirmación de que va por el buen camino, que no es otro que el que, a veces contra viento y marea, ella elige. “Soy consciente de que lo que me está sucediendo no es lo normal, así que intento no pensarlo mucho porque me da un poco de miedo. Pero, por otro lado, me digo a mí misma que son mensajes de que tengo que seguir haciendo las cosas como las hago, como las siento e intentar quitarme presiones que surgen a veces por ahí… He hecho cosas pequeñas en las que creo, es el tipo de actriz que soy”. Y como con Las niñas sintió un flechazo directo al corazón ya en la primera de las lecturas, no tuvo dudas.
Ahora, la cinta de la debutante Pilar Palomero le ha valido su quinta nominación a un Goya –se llevó el primero como Actriz Revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados y el segundo como Actriz Protagonista por Techo y comida– y la tercera (consecutiva) a Mejor Actriz de Reparto. “Las nominaciones nunca se terminan de esperar. Sí que es verdad que la película ha funcionado muy bien y puede que hubiese cierta esperanza, pero, el día de la lectura de nominados, yo me había hecho mi croquis como si no fuera a pasar nada. Iba camino de entrenar y tenía una reunión después. De repente, pasó y para la Academia que me fui con mi chándal [risas]”.
Me he puesto el reto de hacer reír, que vengo haciendo mucho drama. Este va a ser mi año de la vis cómica
A Natalia de Molina le han tocado muchas madres en su filmografía. “Hay algo de la figura materna que me fascina y que creo que no está lo suficientemente contado desde todas las vertientes posibles. Hay historias e historias, porque son mujeres por encima de madres. Además, la mía es muy importante para mí y creo que hay algo ahí que yo necesito entender de ella, ya llevándolo a lo personal”. Adela, madre soltera en los albores de los 90 que ha reinventado su vida para sobrevivir en una sociedad que la señala, es la última a la que ha dado vida. “La película parece muy sencilla, pero quienes nos dedicamos a esto sabemos lo que es trabajar con niños, hacer un cine en el que parece que la cámara está robando momentos de vida o estar en silencio y que el espectador entienda lo que le está pasando a tu personaje, de lo más complicado de hacer para un actor: hablar sin hablar. Pienso que los compañeros han sabido ver todo ese trabajo”. Y muchas más cosas: la película opta a nueve cabezones.
De todas las nominaciones que ha recibido, está es quizás la más especial de todas. “La estoy viviendo hasta con más ilusión, desde un lugar mucho más intenso, y mi familia también. Con el año tan difícil que hemos pasado, tener un motivo para estar feliz es maravilloso”, se confiesa la actriz. A pesar de que la gala de este año no pueda vivirla en carne y hueso. “Siempre hemos estado mandando el mensaje de que la Cultura es segura y creo que la decisión va en concordancia”. Natalia de Molina estrenará este año dos comedias: Contando ovejas, ópera prima de José Corral, y Espejo, espejo de Marc Creuhet.
Pendiente está también el de Operación Camarón. “Me he puesto el reto de hacer reír, que vengo haciendo mucho drama. Este va a ser mi año de la vis cómica [risas]”. En mayo empezará a rodar La maniobra de la tortuga, la segunda película de Juan Miguel del Castillo (Techo y comida). “Estoy muy emocionada con el reencuentro. Es un proyecto muy especial y muy necesario por su trasfondo social: la violencia de género”. Siempre comprometida.