Los cuadros de Xavier González embellecen el patrimonio desconocido de Les Garrigues

Exposición

La naturaleza como medio de plasmar lo metafísico, así es 'Trau endins'

Xavier González presenta sus obras en Les Garrigues

Xavier González y su hijo en la presentación de 'Tray endins'

Cedida por Xavier González

Fuera de los circuitos convencionales, en un entorno totalmente atípico, el artista Xavier González vuelve a exponer sus pinturas con el nombre Trau endins. El pasado 23 de febrero lo hizo en el castillo de Espluga Calba y, desde el 1 de marzo y hasta finales de mes, se podrán ver algunas de sus obras colgadas en las paredes toscas de La Casa de Poblet, en Vinaixa, y en las del alojamiento rural de El Sindicat de Tarrés. 

Según él, es una forma como otra de acercar el arte a aquellos lugares que quedan fuera de las agendas culturales, al tiempo que se enseña el patrimonio de un territorio poco conocido. “Una especie de ruta marginal deliberada, en la que el público que lo frecuenta tiene una mente más abierta y menos prejuicios y, en consecuencia, es más agradecido porque es menos pretencioso”, nos dice.

Una forma como otra de acercar el arte a aquellos lugares que quedan fuera de las agendas culturales

Esta colaboración tiene lugar gracias a la relación personal que el pintor tiene con Txell Bonet (periodista y mujer de Jordi Cuixart), después de reencontrarse en Suiza, hace tres años, en una de sus exposiciones.  Allí recuperaron su amistad, y Xavier se dejó convencer para volver a exponer en Catalunya, primero Sant Martí Vell y luego en Les Garrigues, tierra que Bonet conoce muy bien.

Este ermitaño de la “civilización, que no de las personas”, vive en Campdurà, cerca de Girona, con su mujer y su hijo, y afirma que le gustaría vivir sin luz, sin móvil (ahora no puede porque le llegan las notificaciones electrónicas de la Administración), como lo hacían los antiguos, y le encantaría estar condicionado por la rotativa celeste, armonizado con lo elemental.

El pintor prefiere los grandes formatos para pinar con todo su cuerpo

El pintor prefiere los grandes formatos para pinar con todo su cuerpo

Cedidas por Xavier González

Y a pesar de lo que pueda parecer, esta vida monacal no le ha impedido viajar y vivir mucho. Ha expuesto en Barcelona, Berlín, Nueva York, Venecia, Milán o Roma, entre otros sitios.

Ha vivido mucho, ha viajado mucho, ¿ha pasado momentos de precariedad?

Sí, sí, lo he vivido todo, en la misma noche, en 24 horas, he estado en una fiesta privada en la torre Trump y ha acabado con los sintecho debajo del metro de Brooklyn, hablando de John Coltrane con gente que se estaba metiendo heroína, que llevaba pistolas, gente muy peligrosa. Esto se lo busca uno, estos dos extremos no me son dados por estigma, nada hizo que yo terminara con esta gente tan peligrosa ni tampoco con gente tan selecta como para acabar en una fiesta privada en las torres Trump.

¿Me puede explicar cómo pasó?

Bueno, es que el pintor no deja de ser una especie de trotamundos de las dimensiones y es bienvenido en todas partes, porque no es peligroso en ninguna dimensión, entonces todo el mundo lo admite. Aquel día fue un conjunto de concatenaciones, en aquel momento mi mecenas, Joan Oliver, director de TV3, para que viese mundo, me pagó el viaje y me consiguió una casa, y todo a través de Joan Salavedra, un empresario catalán de telecomunicaciones que vivía allí, que fue quien me recibió. Una noche me invitó a cenar, me presentó una amiga suya, Joan se fue, y la amiga me dijo de ir a una fiesta, me presentó al productor de Suzanne Vega, yo tenía veinte pocos años, todo me daba igual y solo quería un whisky, pero nos caímos bien con el productor, y nos llevó a la fiesta, y acabé allí. Todo lo que me pasa en la vida son concatenaciones de hechos que no tienen nada que ver contigo.

El pintor no deja de ser una especie de trotamundos de las dimensiones, y es bienvenido en todas partes”

Usted empezó de muy pequeño a pintar ¿cómo descubrió que le gustaba tanto?

Yo creo que cuando lo explicamos a los demás, lo hacemos mal. No es que uno tenga, en un momento determinado, cierta inclinación a pintar, sino que es al revés, con la infancia aparece siempre la voluntad de comunicars. No hay ningún niño que no quiera pintar, les das unos lápices y se mueren por pintar, es una extensión de la comunicación, es un tipo de lenguaje, es un idioma. En lugar de con palabras se utilizan formas y símbolos. A algunos lo que nos pasa es que no dejamos de pintar, más que tomar una afición es que no la abandonamos.  Una afición que es inherente al ser humano desde la infancia.

Nos cuenta que con 12 años se pasaba el día pintando en clase, que lo echaron porque el programa escolar iba en contra de su naturaleza, se aburría profundamente y simplemente dejó de escuchar. Recuerda que cada día, al salir del colegio, pasaba por el taller de enmarcación de su abuelo Emilio, aquel lugar le fascinaba, su pipa, los cuadros, y fue con el primero con el que habló de pintura.

¿Cómo definiría su estilo actual?

En todo lo que yo hago hay un denominador común que es la metafísica. Si se mira toda mi obra, aunque es diferente estéticamente, toda tiene el mismo vínculo desde un punto de vista metafísico, lo hago sin querer, pero queda plasmado como una voluntad de trascender lo estrictamente superficial, lo físico. Reivindico mucho todos los paisajistas de Catalunya, que eran románticos, pues cuando el romántico toma el símbolo de la naturaleza no es para hablar de la naturaleza, sino para hablar de los dioses o de la soledad del ser. Ahora soy puramente romántico, porque no me interesa nada que tenga que ver con el ser físico.

Una de las pinturas de 'Trau endins'

Una de las pinturas de 'Trau endins'

Cedida por Xavier González

Estamos hablando de un tema espiritual

Sí, piensa que esto ha pasado más veces, le ha pasado a Santiago Rusiñol que era el poeta vanguardista del país, hijo de industriales que viajó a París y vio la modernidad, y a partir de los 40 se pasó 35 años solo pintando paisajes, un hombre que vio muchas cosas y se le acabó el mundo. Otro referente, David Hockney ha sido el gran apóstol de la modernidad, ha estado en las orgías de La Fábrica de Andy Warhol, en todas partes, ha hecho exposiciones de pinturas en iPad, ha sido el más moderno del mundo. Pues ya lleva más de 20 años apartado, pintando paisajes. Pues estoy en este punto, está feo decirlo de uno mismo, objetivamente si me comparo, yo he vivido mucho, hablando a nivel mundano.

La exposición se llama 'Trau endins', ¿por qué este nombre?

Trau endins (brecha adentro) porque el ser consciente nace del estupor, del maravillarse, cuando el niño se da cuenta de la maravilla cae en el destierro, dicen que el principio de la conciencia nace de la maravilla. Trau es un juego de palabras, en alemán es trauma, pero al contrario que aquí, para el alemán significa sueño, para nosotros tiene connotaciones negativas, pero en alemán es una ruptura de la realidad que genera otra realidad generativa,  la del sueño. La brecha pensamos siempre que es hacia dentro, y para mi, en los cuadros de paisajes donde pinto, es lo exterior, hago un juego conceptual de que la brecha está fuera, Dios es una brecha. Leonard Cohen decía “ hay un brecha en todo”, y es por allí por donde pasa la luz. Cuando veas algo roto, por allí pasa la luz.

Si lo miras de cerca, no entiendes nada, pero te alejas y lo ves claro, todo tiene una forma más compresible”

Sus pinturas son muy oscuras pero siempre hay un punto de luz

Sí, es exactamente eso. Para mi la experiencia mundana es oscuridad pero hay un punto de luz, hay algo que trasciende  todo esto, hay algo por encima de esta dimensión circunstancial.

¿Juega con muchas texturas?

Sí, porque ya que lo que pinto es representativo, como mínimo quiero que el trazo tenga mucha inmanencia, dicho de otro modo, todo lo que pasa en una paleta de pintor te lo pierdes, como estás mirando la tele, te pierdes lo que pasa en la paleta.  Intento es que entre la paleta y la imagen haya la menos distancia posible, si coges partes de la tela del cuadro te parecerían paletas.  Es abstracto, intento que visto desde cerca todo sea una gran paleta y sin embargo, si te alejas, conforma una imagen llena de orden.  Es una metáfora de la existencia, Si lo miras de cerca, no entiendes nada, pero te alejas y lo ves claro, todo tiene una forma más compresible.

¿Por qué cuadros en gran formato?

Es mucho más rica la experiencia de poder pintar en gran formato. Si es pequeño formato funciona solo la muñeca, si es en gran formato funciona la muñeca y el antebrazo, pero si tienes una tela de dos metros están pintando con el tórax, con la espalda, y te lo pasas mucho mejor. Y también ese juego abstracción de cerca y de lejos se hace más evidente, con una tela pequeña hay poco margen. No es tan comercial, pero esa es la idea. Si esta exposición en iglesias fuese con cuadros pequeños, no se verían. Cuando hago las exposiciones lo que más busco es que el espectador tenga una experiencia, no pienso en que lo podría comprar y llevárselo a casa, es algo más similar a un músico, tú puedes comprarte su disco y llevarlo a casa, pero en un concierto estás ofreciendo una experiencia.

El pintor catalán expone 'Trau endins' en Les Garrigues

El pintor catalán quiere plasmar lo metafísico en sus cuadros 

Albert Bertran

¿Sus paisajes son reales?

Parto de la realidad, la de buscar la soledad delante de la naturaleza. Representa que detrás de este silencio hay algo que trasciende del todo, es como buscar un cara a cara místico, no te quedas solo en la naturaleza, porque detrás de este fenómeno, hay como un incógnita, hay algo bestia. Parto de estos sitios, tomo notas, … pinto mucho al exterior, pero termino en el interior. Pero en la búsqueda de la naturaleza me interesa el estado de ánimo delante de esto, no la naturaleza en sí.

¿Estas exposiciones temporales son para encontrarte con la comunidad?

Completamente, por encima de todo. Hago exposiciones que se podrían haber hecho hace 300 año, sin ningún tipo de progreso.  Que un tipo coja 20 ilustraciones y las ponga dentro de una iglesia es algo que se puede hacer hoy, mañana o hace 400 años.

Y añade “esta ruta no la hemos terminado, la idea es ir por toda Catalunya, porque lo que reivindico es el paisajismo de Catalunya y la tradición del romántico catalán. Seguiremos siempre con estas dos premisas, lugares poco conocidos o concurridos para darlos a conocer, y por otro lado ofrecer cultura a los del territorio, y que no sea a cambio de dinero”.

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