De 50 a 36.000 libras por la misma pieza: las subastas de moda que no se pierden los coleccionistas de alta costura

Lote adjudicado

La moda parece un valor en alza, sobre todo las marcas de lujo que  están hechas para durar

La subasta de ‘Sexo en Nueva York’ estaba  basada en la que organizó la actriz Ellen Barkin cuando se separó de Ronald Perelman

La subasta de ‘Sexo en Nueva York’ estaba basada en la que organizó la actriz Ellen Barkin cuando se separó de Ronald Perelman

DARREN STAR PROD./HBO FILMS/NEW LINE CINEMA / BLANKENHORN, CRAIG / Album

Las decenas de cool kids que hacen cola para entrar en el espacio que acoge las primeras creaciones de Martin Margiela no parecen afectadas por el frío ni molestas por la lluvia. Mejor para ellos, porque cuando accedan al interior del 81 del Boulevard Voltaire, descubrirán que ni la temperatura ni las precipitaciones son más suaves. Las goteras de este espacio abandonado, eso sí, constituyen excelentes sistemas de riego para las rosas blancas repartidas en cubos por el suelo. Pegados a las paredes, maniquís con rostros velados y calzados con fotocopias de zapatos Tabi lucen prendas diseñadas por el belga entre 1988 y 1994, para la poco conocida (!) primero y para Margiela después, que serán subastadas al día siguiente, mientras París acoge los desfiles de alta costura de Schiaparelli o Dior.

“Estaba leyendo un libro de Margiela, así que cuando sonó el teléfono y la persona al otro lado aseguró ser Angela Picozzi, desperté”, recuerda Alex Baddeley, director de Kerry Taylor, una prestigiosa casa de subastas británica especializada en moda, alta costura y textiles históricos que dos veces al año se une a Maurice Auction en París, al articular la historia de cómo se produjo la subasta. Angela y su hermana Elena son hijas de Graziella Picozzi, una de las primeras entendidas en apreciar la singular mirada del diseñador. Junto a ella, Margiela creó su primera marca, un simple signo de exclamación, que estuvo en activo sólo entre el 88 y el 89. Después, Picozzi madre e hijas continuaron coleccionando sus prendas.

Yves y Pierre, la pareja de polaroids firmadas por Andy Warhol se vendieron por 13.200€, el doble de lo estimado.

Yves y Pierre, la pareja de polaroids firmadas por Andy Warhol se vendieron por 13.200€, el doble de lo estimado.

Florian PERLOT pour ArtDigitalSt

No es la única subasta que se celebrará durante esta semana de la moda: tres días después sonará el mazo en Bonhams Cornette de Saint Cyr, donde se liquidará la venta de 384 lotes con los que Didier Ludot, el inventor de la moda vintage, cierra su establecimiento. La moda parece un valor en alza. “El mercado del arte está cayendo, las casas de subastas están reduciendo su tamaño y nosotros nos expandimos”, asegura Baddeley. No exagera: Sotheby’s y Christie’s reportaron caídas del 23 % y 6 % en ventas de 2024 a causa de la crisis económica, la menor oferta de obras clave (nadie quiere deshacerse de los clásicos en tiempos de incertidumbre) y la resaca del boom pospandemia. Para la moda también ha sido determinante la aceptación (y celebración) de lo vintage.

“El interés en la segunda mano y la sostenibilidad son buenos y malos, porque ahora todo el mundo cree ser experto”, reconoce el director de Kerry Taylor. “El otro día me ofrecieron una pieza, y cuando le dije al dueño que no valía más de 50 libras me enseñó un link a 1stdibs en el que se vendía por 36.000. Le deseé suerte”. ¿Quién es su comprador ideal? “Espero que las piezas más importantes vayan a museos, me gustaría que algunas piezas volviesen a Bélgica. Pero es una marca de culto y lo ideal es que la gente se lo ponga. Algunos lotes son camisetas que parten de los 100 euros, es accesible”.

Monsieur Ludot, el inventor de la moda vintage cerró su tienda en el Palais Royal con una subasta de 384 lotes

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Ali Mahdavi

El ambiente es muy distinto en Bonhams Cornette de Saint Cyr, cerca del Arco del Triunfo. Aquí todo está cuidadosamente calculado para evocar la grandeza de una época que parece desvanecerse entre algoritmos y feeds de Instagram. Iluminados con precisión quirúrgica, los tesoros que se exponen son más que prendas: son piezas de historia. Entre los lotes más codiciados se encuentran el vestido Sevillane de Christian Dior, diseñado por Yves Saint Laurent en 1959, y un impresionante vestido de noche de Saint Laurent Haute Couture Otoño-Invierno 1995 confeccionado en satén negro con bordados rojos. La colección de Didier Ludot, el gran guardián de la alta costura francesa, se despliega como un homenaje final a una vida dedicada a preservar la esencia de la moda como arte.

La de Didier Ludot es la subasta del año en París

¿Alguien da más? La subasta de Didier Ludot duró más de diez horas

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Bonhams

“Decidí dejarlo porque era el momento de parar. Me siendo un poco desconectado de la industria últimamente”, cuenta semanas antes de la subasta esta figura legendaria de 73 años cuyo impacto trasciende los escaparates de su boutique en el Palais-Royal. Durante más de medio siglo, rescató y preservó vestidos que habrían sido olvidados. Entre sus clientas se encuentran Catherine Deneuve, Nicole Kidman o Demi Moore. Ludoti vivió un momento especialmente mediático cuando Reese Witherspoon recibió el Oscar en 2006 con un Dior de los 50 comprado en su tienda en un momento en el que todavía era impensable que una actriz llevase un vestido de segunda mano en una alfombra roja. “Ganó por el vestido… y su talento”, bromea.

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El cierre de su tienda representa también un cambio generacional. Ludot confiesa que espera que las piezas encuentren nuevos dueños que las aprecien y las entiendan, especialmente entre los jóvenes, cuyo creciente interés por el vintage ha transformado el mercado en los últimos años. Lo confirma Hubert Felbacq, director del departamento de moda y accesorios de Bonhams: “No hay duda de que el lujo vintage se ha convertido en protagonista en los últimos años, con una demanda en ascenso de piezas icónicas de firmas como Chanel, Hermès, Fendi y Louis Vuitton”. 

Las razones, de acuerdo a Felbacq, son tres: La nostalgia, la sostenibilidad y la búsqueda de calidad. “Las piezas vintage de las marcas de lujo están hechas para durar. La artesanía y la atención al detalle aseguran que estos objetos se mantendrán en buenas condiciones año tras año”. Ese aspecto es, precisamente, el que más echa de menos Didier Ludot, que siente que en los últimos años se ha dado un declive en la apreciación de la alta costura, y que se ha difuminado la línea que la separa del prêt-à-porter. “Yo no me pongo estos vestidos, los tengo en mi cabeza. Así, siempre serán míos”, reflexiona con una sonrisa.

Alta costura, este vestido de Jean-Louis Scherrer de 1995 se adjudicó por 6.400 euros

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Por la exposición que precedió la subasta, con una duración de cuatro días, pasaron más de 2.000 visitantes. La venta, que iba a tener una duración estimada de seis horas, se prolongó más de diez. Culminó con resultados históricos, duplicando las expectativas iniciales y alcanzando 695.000 euros. Destacaron un conjunto de cóctel de Balenciaga, vendido por 40.960 euros (diez veces su estimación), y el Dior Sévillane de 32.000 euros. Kerry Taylor y Maurice Auction lograron un hito con la venta de Martin Margiela, alcanzando 1.889.000 euros y marcando un récord en Francia para una subasta de moda, con un lote estrella, un traje de lana en blanco y negro de la colección Primavera-Verano del noventa, vendido por 101.400 euros.

Íntimo y personal

De otro cariz, pero no menos interesantes, son las dos subastas digitales organizadas por Sotheby’s durante la misma semana, que también cuentan con sendas exposiciones en la sede de la casa de rue Saint Honoré. En la primera planta se encuentra la quinta parte de la colección personal de Karl Lagerfeld, un recorrido final por el universo del diseñador. Recorriendo las distintas estancias, cuesta creer que una personalidad tan grande cupiese en una talla de americana tan pequeña. Además de ropa, los lotes están compuestos por muebles diseñados por Hedi Slimane, cuberterías, fundas de edredón o bocetos.

A mano alzada, la colección personal de Karl Lagerfeld se subastó en cinco eventos, alcanzando un total de 1.112.940 euros, diez veces superior a la estimación más alta.

A mano alzada, la colección personal de Karl Lagerfeld se subastó en cinco eventos, alcanzando un total de 1.112.940 euros, diez veces superior a la estimación más alta.

LORIAN PERLOT / ARTDIGITALSTUDIO

Igual de personal fue la visión que ofreció Yves Saint Laurent/Pierre Bergé: Une Collection Intime, que desveló un retrato del diseñador y su pareja a través de objetos de arte, fotografías y una colección sin precedentes de más de 20 dibujos de desnudos masculinos realizados por el propio Saint Laurent. Dividida en tres capítulos, además de los desnudos destacaron varias obras de la Galería Kugel que reflejan su pasión por las artes decorativas y varios retratos emblemáticos de fotógrafos como Andy Warhol y Helmut Newton. Ambas subastas fueron un éxito rotundo. La colección de Karl Lagerfeld alcanzó un total de 1.112.940 euros, casi diez veces su estimación inicial, con más de 700 participantes y 5.000 pujas. La de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé no se quedó atrás, logrando 444.560 euros, cuatro veces más que su estimación inicial.

Se denomina “venta de guante blanco” a aquellas en las que se venden todos los lotes, un logro poco común que refleja el prestigio de las piezas y el fervor de los coleccionistas. En la última semana de la alta costura en París, hubo cuatro.

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