A principios del siglo XX los pescadores de Badalona solían amarrar sus barcas en la playa, la misma que ahora lleva su nombre, la de los Pescadores. Era habitual verlos alrededor de una hoguera cocinando, bebiendo y cantando habaneras con el oleaje del mar de fondo. Con el tiempo, dejaron de sentarse en la arena y aparecieron los primeros merenderos y las primeras casetas de baño de madera, como las que Joaquim Blanch (el Quimarru) construyó en 1927. Las montaba y desmontaba cada temporada para los bañistas que querían disfrutar de mar, hasta que, en 1942, decidió levantar los primeros pilares de un edificio con servicio de terraza y bar. Para el nombre del local, La Donzella de la Costa, se inspiró en la letra de una canción popular.
Esas casetas hoy en día todavía se alquilan. Son casi 200, de paredes blancas y puertas azules, pintadas y repintadas muchas veces, explica Marc Fonollà, el actual propietario del restaurante y cuarta generación del negocio familiar. De pequeño pasaba sus veranos en el local, él daba las llaves a los dueños de las casetas, y todavía hoy recuerda sus caras y sus nombres, incluso el número de cada uno. Muchos ya no están, pero sí sus descendientes, que continúan alquilando las cabinas.
El nombre de La Donzella de la Costa tiene que ver con la letra de una canción popular

Los baños en los años sesenta
El restaurante actual no se construyó hasta 1962. Pocos años después moriría Quimarru, sin descendencia, y el negocio pasó a manos de sus sobrinos, Joaquim y Antonia, y con el tiempo serían los hijos de ambos, Miquel Fonollà (padre de Marc) y su primo, Siscu Montañés, quienes se encargaron de hacerlo crecer. Así pues, en los setenta, añadieron al restaurante una sala de baile que, rápidamente, se convirtió en el lugar de las celebraciones importantes de la ciudad. Más adelante, la discoteca se trasladó de lugar, y en 1996, separaron las dos actividades principales: los baños pasan a ser gestionados por la familia Montañés, mientras que el restaurante queda en manos de la familia Fonollà, que lo alquila a terceros.
En el 2016, el local volvió a manos de Marc, que decidió darle un nuevo aire con la reforma del restaurante de la primera planta, añadiéndole un toque más actual pero sin perder su esencia y esos grandes ventanales con vistas 180º sobre el mar. Respeta la parte de abajo, la del Xiringuito, la que permite disfrutar de un baño en la playa e inmediatamente después zamparse una buena paella gustosamente descalzos sobre la arena. Y es que “ya no quedan locales como este, tan cerca del mar”, nos dice. “He crecido aquí, y sé que es un local que tiene encanto; cuando la gente entra por primera vez, se quedan maravillados. Y la parte de los baños es un entorno fantástico que no tienen el resto, es un lugar muy pintoresco, con mucha historia”, añade.

Los grandes ventanales del restaurante tienen vistas 180 grados sobre el mar

Los arroces son su especialidad
“Ahora no hacemos bodas, pero cada año recibimos la visita de un cliente que viene a comer acompañado de su hija, reserva la misma mesa y lleva consigo la foto de su mujer. Se casaron aquí, y siempre repite. Tenemos clientes muy fieles”.
El secreto de su éxito: la materia prima, productos frescos y de temporada con los que el chef Jordi Armado elabora una carta repleta de platos a base de deliciosos pescados, carnes y arroces, más el servicio excelente de un equipo formado por ocho cocineros, 15 camareros y cuatro runners, que trabajan en armonía bajo el engranaje perfecto de Johnny de Lemus, el director.

Jonhy de Lemus es el director del equipo de La Donzella
Las estrellas de la carta son los arroces y el pescado que el local trae diariamente desde Arenys, aunque la carne de Girona es también una delicia. “La gente de Badalona siempre viene a por un arroz, el más solicitado es el de La Donzella, también los caldosos para ocasiones especiales -nos cuenta Johnny-. Este año hemos introducido una fideuà de pulpo con alioli de pimentón y un arroz de closques que han gustado mucho”.
No hay que perderse: los platos de temporada o sugerencias que se cambian cada semana. Jonhy nos recomienda “un turbot salvaje. Este es un local de Badalona, la materia prima es lo principal”. Lo mejor: un menú de mediodía espectacular, de martes a viernes, solo de septiembre a mayo, a un precio de 21,50 euros.

En la parte baja y sobre la arena se ubica el Xiringuito, perfecto para aprovechar los rayos del sol

En Siscu, todavía hoy, sigue yendo al local para arreglar las plantas
Los responsables del local cuentan que por aquí han pasado personalidades tan conocidas como Bad Gyal, Victoria Luengo, Miguel Poveda, Paz Vega y Claudia Llosa. El plan es bastante único: acercarse a la playa de los Pescadores, a ver jugar al takatà en las casetas, una especie de voleibol con raquetas que se practica en Badalona desde los años cuarenta. Dejarse llevar hasta entrar al restaurante para probar uno de esos arroces tan exquisitos, y de paso conocer a Siscu, que suele estar en el local arreglando las plantas del exterior, preguntarle y dejar que nos cuente historias: las suyas y la de la Donzella

La Donzella ha renovado su primera planta pero ha mantenido la esencia de sus orígenes