Xuan Lan, la gurú del yoga para todos: “Hay que empezar con pequeños cambios”
Vida sana
Gracias a sus clases 'on line', esta parisina de origen vietnamita se ha convertido en un referente mundial de esta actividad, que enseña para que se pueda adaptar a cualquier practicante
En el confinamiento, Xuan Lan se coló en miles de salones para acompañarnos e invitarnos a practicar yoga. Fueron 75 clases on line, puntuales, a las 18.30 horas, con las que muchos se engancharon al yoga como instrumento de bienestar porque Xuan es inspiradora, motivadora y didáctica. Ahora la siguen en sus retiros de yoga, sus masterclass y, por supuesto, en su plataforma, xuanlanyoga.com, en Instagram (más de 600.000 seguidores) y en YouTube, donde roza el millón y medio de suscriptores.
Lo importante cuando se empieza es una rutina. Hay que practicar hasta que el cuerpo fluya con el movimiento, en yoga no vas a mejorar si no repites las ansanas
“Inhala paz, exhala amor”, lleva escrito en su camiseta. En una clase presencial la reina del yoga online lo ve todo, lo controla todo, lo corrige todo. Empatiza. Se anticipa a los errores. Dice que “lo que no sale hoy saldrá dentro de 10 días”, que “el físico es secundario”, que “hay que aprender a escucharnos”, que “el cuerpo entiende, que la gente intelectualiza un poco demasiado las cosas y que a veces hay que bajar el yoga a la vida real”. “Lo importante cuando se empieza es la regularidad y crear una rutina con el tipo de yoga que más encaje a cada uno y en la intensidad adecuada. Hay que practicar hasta que el cuerpo fluya con el movimiento, en yoga no vas a mejorar si no repites las ansanas”, afirma.
Por fin yoga al aire libre
“Practicar yoga al aire libre nos despeja, nos conecta con la naturaleza y nos abre perspectivas, porque cambiamos de escenario. Hay más posibilidad de distracciones y cuesta más, porque las superficies como el césped o la arena son irregulares y menos estables y se ha de trabajar más la parte muscular para encontrar el equilibrio, pero se disfruta mucho la luz y la energía del sol”, dice Xuan Lan en el primer retiro postpandemia que organizó The Well Co. (thewellco.es) en el Hostal La Gavina de S’Agaró. No cualquier exterior vale: “Recomiendo un jardín, una terraza, una playa… un sitio tranquilo”, sugiere. “Yo prefiero practicarlo por la mañana temprano, porque la energía del sol que sale es más potente y aún no hace calor”, apunta. El que se hace con la puesta del sol, más de postal, “es otro tipo de práctica y se hace mucho por la foto, pero suele haber mucha gente. A mi me va más estar en un ambiente favorable para meditar. Es mi momento”, concluye. ¿En ayunas? “Me tomo al menos un café”, comenta. ¿Sola o en compañía? “A mi me encanta el yoga en compañía, me gusta la energía del grupo”, afirma Lan. “Durante el confinamiento notaba esa energía, cuando mucha gente estaba sola pero conectada con 3.400 personas más cantando Ommm al mismo tiempo”. El error más común: “Tensar los hombros, por eso insisto mucho en decir “aleja los hombros de las orejas. Otro error es respirar por la boca en vez de la nariz cuando el cardio se acelera”, resume.
“La base es empezar con pequeños cambios, porque para cambiar tu vida no hace falta volverla del revés, sino saber lo que te sienta bien”, aconseja la experta. Ella sabe de cambios. Parisina de origen vietnamita –su nombre significa Orquídea de Primavera en ese idioma –, era una estresada más en el Nueva York de las .com hasta que un amigo la invitó a una clase de yoga en Tribeca y le descubrió otro mundo. De allí pasó a Barcelona y trabajó en banca hasta que el yoga pidió más espacio. Ahora vive otra vida. Le gusta enseñar y se nota: “Aunque la gente me conozca más por el on line llevo más de 10 años dando clases presenciales viendo todo tipo de cuerpos, gente mayor, gente joven… Para mí es un regalo que vengan para poder darles ajustes y consejos”, apunta.
Es mejor hacer solo unos saludos al sol concentrado que hacer una sesión entera mientras piensas en todo lo que tienes que hacer en el trabajo
A través de la pantalla es consciente de la dificultad de estar solo en casa, de que se instalen malos hábitos y errores, y nunca va con el piloto automático. “He aprendido a enseñar de otra manera. Me imagino a la gente que está detrás de la pantalla y mi metodología es accesible y fácil. Mis clases son eso, clases, no mi práctica personal de yoga. No me miro y no hay ego porque te doy lo que sé”, reflexiona. No para pero es que el yoga, además de trabajar la flexibilidad y enseñarnos a gestionar emociones, ayuda también a centrarse en el presente y aprovechar mejor el tiempo. “Es mejor hacer solo unos saludos al sol concentrado que hacer una sesión entera mientras piensas en todo lo que tienes que hacer en el trabajo”, escribe en su libro Yoga para mi bienestar (Grijalbo), que ya va por su séptima edición.
Su objetivo inmediato es mimar una plataforma que no para de crecer y que ha pasado de 3 a 14 empleados en un año. Ya tiene 450 vídeos, calendarios de rutina de 2-3 o 4 semanas… “En mi equipo hay varios profesores de yoga y tenemos un comité estratégico para crear contenido adaptado a lo que la gente necesita”, afirma. El de yoga en familia en la playa está al caer. “Mis seguidores son una fuente de información brutal y me dan muchas sugerencias”, explica. Mientras llegan las vacaciones igual conviene ver el de las posturas para estirar en esa silla incómoda en la que muchos teletrabajamos.
Cinco posturas para probar