Hay días en los que todo parece costar el doble: levantarse, trabajar o incluso ir a la compra. Esa sensación de estar “sin pilas”, como si algo invisible chupara nuestra energía, puede deberse más a nuestros hábitos que a causas médicas. La psiquiatra Marian Rojas lo tiene claro: dormir bien, mantener el orden, moverse y cuidar los pensamientos son claves para recuperar el equilibrio diario.
El descanso: la clave para recargar las pilas
El descanso es el pilar principal. Rojas subraya que muchas personas restan importancia a dormir lo suficiente, creyendo que pueden funcionar con cuatro o cinco horas, pero esto no permite una recuperación completa del cuerpo ni de la mente.
Un sueño reparador, entre siete y nueve horas, asegura pasar por las fases necesarias para regenerarse. “La causa del día está en la noche”, explica, enfatizando que el insomnio y los despertares frecuentes desgastan la energía.
El orden como fuente de armonía mental
Otro enemigo común es el desorden. Según Rojas, el caos en el entorno aumenta la distracción, disminuye la concentración y genera más estrés. Ordenar el espacio físico no solo facilita las tareas cotidianas, sino que también contribuye a una armonía mental que ayuda a mantenernos enfocados y tranquilos.
Moverse más: el impacto del ejercicio en la energía diaria
A esto se suma el impacto positivo de la actividad física, incluso con solo quince minutos al día. Este simple hábito activa sustancias en el cerebro que mejoran el ánimo, la memoria y la capacidad de concentración.
Alimentación consciente para evitar altibajos
La alimentación es otro factor crucial. Los alimentos ultraprocesados generan picos de energía seguidos de caídas abruptas, dejando a las personas cansadas e irritables. En cambio, una dieta rica en proteínas, frutas y verduras ofrece energía sostenida y evita inflamaciones que afectan al bienestar. Rojas destaca cómo estos hábitos alimentarios pueden marcar la diferencia en épocas complicadas, como los meses de otoño, cuando muchas personas se sienten más agotadas.
Pensamientos que desgastan: cómo frenarlos
Finalmente, están los pensamientos negativos. La rumiación constante, las quejas y las ideas limitantes agotan mentalmente. Rojas anima a cuestionar esas creencias dañinas y a fomentar una actitud más positiva. “El cuerpo escucha cómo nos hablamos”, recuerda, ya que los pensamientos influyen directamente en nuestra energía y estado físico.
Con pequeños cambios en el día a día, es posible recuperar esa chispa perdida y afrontar las tareas con más fuerza. El equilibrio, según Rojas, comienza con acciones tan simples como dormir mejor, ordenar el entorno y cuidar lo que pensamos.