La muerte de Constantino de Grecia reunió ayer en Atenas al rey Juan Carlos y al rey Felipe VI. El último encuentro público de padre e hijo se produjo el pasado mes de septiembre en el funeral de la reina Isabel II en Londres. La familia real española casi al completo –faltaban la princesa Leonor y la infanta Sofía– se dio cita en una recepción que tuvo lugar ayer por la tarde en el hotel King George para los invitados de las casas reales al funeral de Constantino, fallecido el martes a los 82 años, que tendrá lugar hoy. Así, los reyes Felipe VI y Letizia, que aterrizaron ayer por la tarde en Atenas, se reunieron con los reyes eméritos, las infantas Elena y Cristina y todos sus hijos.
Los Reyes, que se alojan en el hotel Grand Bretagne, ubicado en la plaza Sintagma, junto a otros jefes de Estado, accedieron al adyacente hotel King George por el interior, mientras que el resto de la familia real lo hizo por la calle. En el interior se produjo el encuentro. El rey Juan Carlos llegó al mediodía de ayer procedente de Abu Dabi. En Atenas se reunió con la reina Sofía, que está en la ciudad desde el pasado día 5, las infantas Elena y Cristina y sus hijos; y juntos compartieron un almuerzo.
La reina Letizia y Marie-Chantal de Grecia hicieron las paces tras el incidente de la catedral de Palma
También se pudo ver al rey Felipe junto a su primo Pablo de Grecia seguidos de la reina Letizia y Marie-Chantal Miller. La esposa del príncipe Pablo había criticado hace cinco años la actitud de la reina Letizia con la reina Sofía en la catedral de Palma. En la cena que compartieron Marie-Chantal le pidió perdón y la reina lo aceptó sin dudarlo.
El funeral de Constantino se considera privado y no tendrá honores oficiales, pero en la catedral ortodoxa de Atenas se darán cita representantes de todas las casas reales de Europa, reinantes y no reinantes, para despedir al que consideran uno de los suyos.
Además de la familia real española, hoy estarán en el funeral la reina Margarita de Dinamarca y la princesa Benedicta, hermanas de Ana María, la viuda de Constantino; el príncipe Federico; los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia; Máxima y Guillermo de Holanda; Felipe y Matilde de Bélgica y Rania de Jordania; los grandes duques de Luxemburgo; Alberto de Mónaco; la princesa Ana de Inglaterra; los príncipes Haakon y Mette Marit de Noruega y Simeón de Bulgaria; Alejandro de Serbia y Margarita de Rumania. No faltará Farah Diba, viuda del sha de Persia, ni Noor de Jordania, viuda del rey Husein.
La jornada comenzará con la apertura, a las 6 de la mañana, de la capilla ardiente, abierta al público, instalada en una pequeña iglesia adyacente a la catedral. El último rey de los helenos tenía un reducido grupo de partidarios y, dado que, en general, la población griega ha vivido los años que ha permanecido en Grecia entre la curiosidad y la indiferencia, se espera una asistencia moderada.
Poco antes de las 12, el féretro se trasladará a la catedral donde se oficiará el funeral presidido por la familia real griega. Los reyes y príncipes presentes lo hacen a título privado ya que el Gobierno griego no aceptó la propuesta de los hijos de Constantino de celebrar una ceremonia oficial considerando que el difunto fue jefe de Estado. El Ejecutivo estará representado por el vicepresidente Panayotis Pikramenos y la ministra de Cultura, Lina Mendoni.
Tras la ceremonia religiosa, que oficiará el arzobispo de Atenas, Jerónimo II, el féretro de Constantino será trasladado a Tatoi, la antigua finca de verano de los reyes de Grecia, en cuyos terrenos se ubica un cementerio en el que están las tumbas de otros reyes, entre ellos Pablo y Federica.