La dedicación de los ganaderos y un riguroso control garantizan que la carne procedente de las indicaciones geográficas gallegas tenga un sabor y calidad insuperables
En Galicia, la ganadería tiene una función clave en el desarrollo del medio rural, el mantenimiento de la población y en la propia vertebración del territorio. Hace más de 3.700 años que se produce carne de vacuno en la comunidad gallega. Una tradición que convive con la modernización de las explotaciones y los sistemas de control del Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas de Carne de Vacuno de Galicia.
IGP Ternera gallega
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La Indicación Geográfica Protegida Ternera Gallega inicia su labor de control y promoción en 1989. Desde 1996 está reconocida por la Unión Europea, siendo la primera carne de vacuno con control integral y certificado de garantía. La carne comercializada bajo el amparo de la IGP es exclusivamente de terneros nacidos, criados y sacrificados en Galicia, que proceden de razas autóctonas (principalmente Rubia Gallega y Morenas gallegas) y sus cruces y que se sacrifican con menos de 10 meses de edad. Al paladar, la carne destaca por su textura suave, de intenso y agradable sabor y por su terneza y jugosidad.
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Ternera gallega suprema
Es la carne que procede de terneros que se crían en explotaciones tradicionales, con una especial simbiosis madre-ternero-entorno. Su alimentación se basa en la lactancia materna, como mínimo 7 meses. La etiqueta que identifica esta carne es de color rosa y en ella se especifica la palabra SUPREMA.
Ternera gallega
Es la carne que procede de los terneros criados en explotaciones y cebaderos de carácter familiar. Los terneros se destetan a distintas edades y su alimentación se basa en forrajes y concentrados procedentes de vegetales. La etiqueta que identifica esta carne es amarilla y en ella se destaca la palabra TERNERA.
IGP vaca y buey de Galicia
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Desde el año pasado, la nueva IGP Vaca y Buey de Galicia busca preservar, proteger y garantizar la calidad del vacuno mayor gallego. Los animales amparados por este sello de calidad deben nacer, criarse, engordarse, sacrificarse y despiezarse en Galicia. Se admiten las principales razas de vacuno gallegas y sus cruces: Rubia Gallega, Cachena, Caldelá, Frieiresa, Limiá, Vianesa, Asturiana de los Valles, Limusina, Rubia de Aquitania, Frisona y Pardo Alpina. Las vacas deben tener, por lo menos, una gestación antes del sacrificio, mientras que los bueyes deben ser castrados antes del año de vida y superar los 48 meses cuando se sacrifiquen. Se comercializarán especificando que se trata de “Vaca de Galicia” o “Buey de Galicia”. Además, en la categoría “Selección” entran las carnes que destaquen por el color amarillo intenso de la grasa y su grado de infiltración. La alimentación de las reses se basa en el pastoreo, el consumo de forrajes en fresco, hierba y cereales, o en conservados (silo, heno), y en otros recursos propios de las explotaciones, que pueden completarse con harinas y piensos de origen vegetal aprobados por el Consejo Regulador.
Control
Tanto Ternera Gallega como Vaca y Buey de Galicia, realizan una estricta labor de control desde que el animal es registrado en el Consejo Regulador y hasta que la carne llega al consumidor. Un control que avala el origen de las reses, la calidad de su alimentación y la trazabilidad de la carne, además de su correcto etiquetado, para que llegue a la mesa con las máximas garantías.