La primera ciudad jardín de Catalunya cumple un siglo
Urbanismo
El proyecto de Terramar quería convertir Sitges en un destino de turismo elitista y símbolo de elegancia
La que fue la primera ciudad jardín de Catalunya, la de Terramar de Sitges, ya ha cumplido cien años de vida. La instalación incluyó un campo de golf, un hotel de lujo que se remodeló completamente hace dos años, unos jardines con un estanque central recuperado y naturalizado, en cuyo entorno se celebra un festival musical internacional, y un autódromo.
El autódromo de Terramar es el único de sus características que conserva intactos todos sus elementos originales. Fechado en 1923, fue el primer circuito construido en España y el cuarto de todo el mundo.
El sueño noucentista se quedó a medias: se construyó el autódromo, pero no el gran casino previsto
Actualmente se está impulsando un proyecto para convertir este autódromo en un centro para la celebración de concursos y saltos de hípica de ámbito internacional y para acoger actividades vinculadas al mundo del motor y la promoción de una amplia variedad de actos y presentaciones.
La ciudad jardín de Terramar, sin embargo, fue un ambicioso proyecto que se quedó a medias. No se acabó materializando el gran casino en medio del mar que se había proyectado y al que se habría accedido desde la playa a través de un espigón-paseo, un campo de deportes, un ateneo con biblioteca y salón de actos y otros hoteles.
El proyecto de la ciudad jardín de Terramar, ideado y liderado por Francesc Armengol i Duran (Sabadell, 1886-Barcelona, 1931), Josep Maria Martino i Arroyo (Barcelona, 1891-1957) y Miquel Utrillo i Morlius (Barcelona, 1862 -Sitges, 1934), transformó el Sitges de principios del siglo XX. Querían convertirla en una de las playas del Mediterráneo con más glamur y construir un complejo urbanístico con todos los equipamientos modernos del momento, con unos jardines versallescos y atractivos para el turismo elitista de entonces. Terramar iba más allá del concepto británico de ciudad jardín. El proyecto se llevó a cabo a través de la constructora Parques y Edificaciones SA.
Según el Ayuntamiento de Sitges, “ Terramar es símbolo de la elegancia, del bienestar económico de los industriales y personas influyentes provenientes de las grandes empresas del sector secundario catalán. Es símbolo también de la modernidad y vanguardismo; es símbolo de intelectualidad, representado por la revista Terramar, de Carbonell i Gener, altavoz del proyecto y de renovación de lenguajes artísticos”.
Todos estos valores se aglutinan dentro de la corriente estética del novecentismo. El historiador local Roland Sierra no tiene dudas de que, “si el proyecto de Terramar se hubiera realizado plenamente, el futuro de Sitges quizás habría sido diferente”. También afirma que Francesc Armengol “fue un visionario que quiso hacer en Terramar lo que había visto en Miami y en Indianápolis". Las ciudades jardín se concibieron a finales del siglo XIX buscando la armonía entre la ciudad y el campo.
Un buen ejemplo de esta concepción urbanística es el Park Güell de Barcelona. En 1902, Eusebi Güell y Antoni Gaudí recogieron la idea y la pusieron en práctica parcialmente en el Park Güell, que se inauguró como parque público en 1926.
La conmemoración del centenario de Terramar empezó el viernes pasado y finalizará el 15 de septiembre. Los actos van más allá de los estrictamente culturales: los deportes y el urbanismo son protagonistas, el arte y la literatura tienen su espacio, así como el sector turístico y hotelero y el entorno natural. Entre las actividades previstas, hay una exposición central al aire libre sobre Terramar en formato itinerante. También se harán talleres familiares, itinerarios por espacios abiertos y mesas redondas para compartir conocimiento sobre Terramar.
Con el centenario, la concejalía de Cultura, Tradiciones y Fiestas del Ayuntamiento de Sitges quiere “poner en valor la interdisciplinariedad que supuso el proyecto de Terramar de 1919 y cómo afectó y transformó la población de principios del siglo XX hasta llegar al día de hoy”.