Sí, estoy totalmente convencido, y creo que se puede demostrar en menos de 500 palabras.
Corría el año 2013, cuando un grupo de amigos nos hicimos una pregunta: ¿es cultura el almuerzo?
Pues depende de dónde te hayas criado, tal vez más en los pueblos que en las ciudades. Pero, en cualquier caso, algo hay flotando en el ambiente. Por eso, desde el primer momento, nos movió un afán especial por demostrar que la respuesta fuese afirmativa. Tenemos razones para reforzar esta hipótesis: la idiosincrasia de un pueblo que goza comiendo, una gran variedad de productos singulares y nuestra conocida sociabilidad.
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Ventall esmorzador “Amor a Esmorzar”
Lo que pasa en las tierras de Castellón, Alicante y Valencia entre las 9 y las 11 de la mañana es común, vertebrador e identitario, por lo que se debería elevar a la categoría de patrimonio cultural. Lo que he hecho en la última década y recopilado en un libro ha sido constatar un fenómeno muy enraizado en la sociedad, además de identificar y destacar los bares y lugares donde se fomenta esta actividad cultural.
En nuestra lengua vernácula lo llamamos esmorzaret. Sí, en diminutivo, como si quisiéramos restarle importancia, pero se trata de una de las comidas más contundentes del día. El momento en el que, principalmente los hombres, y ahora también las mujeres, se meten entre pecho y espalda una cantidad de calorías importante. Soy consciente de que un dietista-nutricionista jamás dará el visto bueno a descomunal felonía.
En nuestra lengua vernácula lo llamamos esmorzaret. Sí, en diminutivo, como si quisiéramos restarle importancia, pero se trata de una de las comidas más contundentes del día."
El almuerzo es muchas cosas: puede ser un descenso a los infiernos cuando, en momentos de exaltación de la amistad, alguien exclama: “Una cassalleta i mo n’anem… eh!”; o puede ser el tan necesario descanso con los colegas del trabajo, el momento que se aprovecha para criticar sin piedad a los superiores y a los compañeros. Pero también es un momento para proponer pactos y realizar alianzas: el mundo se arregla en cada almuerzo.
También es la parada y fonda del gran grupo ciclista del fin de semana, que convierte el esfuerzo colectivo en una aventura con final feliz.
En el libro, encontrarán la explicación de todos los elementos que conforman, no sólo el almuerzo, sino toda su liturgia. ¿Por qué abrimos fuego con el cacahuete llamado “del collaret”, con los diversos adobos, salmueras y aceitunas? ¿Qué es realmente el gasto? ¿Cuál es el misterio al que debe su éxito el cremaet? ¿Se almuerza en todos los pueblos de la misma forma?
Créanme, el universo del almuerzo en nuestra tierra es inabarcable porque en cada rincón, en cada esquina del barrio, hasta en el pueblo más pequeño de nuestro país hay un bar fantástico donde disfrutarán almorzando.