Alicante gasta 1,7 millones en trasladar piedra a piedra una de sus históricas torres de vigilancia

Reparación urbanística

El TSJ sentenció en 2014 la demolición de 12 viviendas de una urbanización -Azalea Golf - que invadía el entorno de protección del monumento, pero será este el que se mueva para evitar derribar las casas

La Torre Placia, encajonada en la urbanización Azalea Golf de Alicante, apenas es vivible desde un corto tramo de la calle Clara Campoamor.

La Torre Placia, encajonada en la urbanización Azalea Golf de Alicante, apenas es vivible desde un corto tramo de la calle Clara Campoamor.

Ayto. Alicante

El insaciable apetito edificador que se apoderó de Alicante en el cambio de milenio propició algunas aberraciones urbanísticas cuyas consecuencias aún se están pagando. Una de ellas, la construcción de un conjunto de viviendas a escasos metros de una de las históricas torres de vigilancia características de la huerta y el litoral alicantinos, va a costarle a los ciudadanos 1,7 millones de euros, los necesarios para pagar el traslado piedra a piedra de la Torre Placia a una ubicación cercana.

Es la solución que las autoridades competentes, el Ministerio de Cultura en última instancia, acabaron por aprobar como única forma de evitar la ejecución de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que en 2014 dictó la demolición de doce viviendas unifamiliares pertenecientes a la urbanización Azalea Golf, que invadían el entorno de protección de un monumento que estaba declarado como Bien de Interés Cultural.

Los cerca de 40 adosados construidos en las proximidades del Alicante Golf obtuvieron licencia en 2000, siendo alcalde Díaz Alperi

Los cerca de 40 adosados construidos en el entorno del Alicante Golf obtuvieron licencia en el año 2000, siendo alcalde Luis Díaz Alperi (PP). Ya en 2004 se produjo la primera sentencia contraria a la concesión de ese permiso, iniciándose un periplo legal que se alargó hasta el fallo del TSJ en 2014. A partir de ese momento, y ante la posibilidad de verse obligado a afrontar cuantiosas indemnizaciones, el ayuntamiento se acogió a la opción de evitar la demolición de las viviendas a costa de trasladar el monumento.

Para lo cual fue necesario adquirir la torre a su propietario, una operación que ya costó otros 1,7 millones de euros al consistorio, con lo que resolver por completo el entuerto no habrá costado menos de 3,5 millones. ¿Cuándo será eso? Podría ser este mismo año, ya que ayer la Junta de Gobierno Local aprobó el proyecto básico y de ejecución de las obras, el último trámite administrativo previo a su inicio. Y, con un presupuesto actualizado de 1.769.777 euros, el plazo de ejecución de los trabajos es de seis meses.

Este es el único punto desde el que la Torre Placia es visible hoy desde el exterior de la urbanización que la rodea.

Este es el único punto desde el que la Torre Placia es visible hoy desde el exterior de la urbanización que la rodea.

EB

La torre volverá a erigirse en una parcela de propiedad municipal calificada como de equipamiento cultural, ubicada entre las avenidas Pintor Pérez Gil y Conrado Albaladejo y la calle Juana Francés. Ya en septiembre de 2019 el ayuntamiento adjudicó la redacción del proyecto y ejecución de las obras a la mercantil Estudio Métodos de la Restauración por 1.488.693,25 euros. Pero, en octubre de 2023, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ministerio incluyó una serie de subsanaciones al proyecto original que suponen un incremento en el coste inicial de las obras.

La Torre Placia forma parte del conjunto de torres de la Huerta histórica alicantina. Al igual que Torre Sarrió y Torre Ferrer, es de propiedad municipal. Todo el conjunto de torres son BIC en virtud del Decreto de 22 de abril de 1949. Los trabajos de desmontaje, así como la reconstrucción en la parcela de destino se harán piedra a piedra con supervisión arquitectónica y arqueológica.

Una de las condiciones impuestas por el Ministerio exige que el monumento no pierda “contextualización histórica”

La parcela de destino es municipal y se halla a escasos centenares de metros de la original, puesto que una de las condiciones impuestas por el Ministerio exige que el monumento no pierda “contextualización histórica”, y el contacto visual entre torres que formaban un sistema de vigilancia era un elemento indispensable en su origen.

En su abigarrada ubicación actual, Torre Placia ha perdido el enlace visual con otras torres situadas en el mismo vial histórico, la torre Ciprés y la Torre Mitja Lliura. En el nuevo emplazamiento, por el contrario, recuperará esta característica de las torres de huerta en su relación con la Torre Juana y la Torre Bosch.

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