Vox no está dispuesto rebajar la tensión e insiste en su guerra cultural contra consensos que nadie ponía en tela de juicio hasta la irrupción de la ultraderecha en las instituciones. Pese a los equilibrios que intenta hacer el PP (obligado a trazar algunas líneas rojas en materias como la violencia de género sin enfadar a sus socios en el gobierno valenciano), los voxistas se encuentran cómodos en la bronca y no muestran intención alguna de contribuir a calmar la escalada de tensión que estos días vive la política valenciana.
El pleno de ayer en Les Corts fue mucho más tranquilo que la sesión de la semana pasada donde el cóctel de las leyes presentado por PP y Vox y el archivo del caso de Mónica Oltra convirtieron la sesión de control al president en una olla a presión. Sin embargo, en los pasillos del Hemiciclo, el portavoz de la formación ultra, José María Llanos, evidenció su falta de cintura al negarse a apoyar una propuesta del PP para no hacer una afrenta al colectivo LGTBI.
Como ya apuntó este periódico, el relevo en la portavocía del Parlamento valenciano y la apuesta por un perfil más duro e inflexible no era casual. Los dos comicios autonómicos de Galicia y País Vasco han agravado la guerra que PP y Vox tienen a nivel nacional, y el deseo de estos últimos de marcar territorio.
Los populares, cansados ya de todos los días tener que responder por declaraciones de sus compañeros de viaje, intentaron el lunes por la tarde templar los ánimos después de que por la mañana populares y voxistas tumbaran una propuesta de Compromís para conmemorar el día mundial contra la LGTBIfobia (17 de mayo) y el día de Orgullo (28 de junio) colocando la bandera con los colores del arco de San Martín en la fachada del Palau dels Borja. Además, la coalición valencianista reclamaba dar voz en el acto a los representantes de los colectivos LGTBI y Trans.
Movimientos
El cambio en la portavocía de Vox y la apuesta por un perfil más duro no fue casual
Pese a que el PP maniobró por la tarde para intentar promover una alternativa que facilitara el apoyo de Vox (que ostenta la Presidencia del Parlamento), José María Llanos desechó el intento. “Creemos que defender la dignidad y la igualdad de todas las personas, tengan la orientación sexual, ideológica, religiosa y de raza que tengan es no hacer distintos; no hacer discriminaciones ni positivas ni negativas, porque nunca se llega a la verdadera igualdad ejerciendo esos tipos de discriminaciones”, indicó el síndic de la formación que preside Santiago Abascal.
Por cierto, a la oposición tampoco le pareció bien la contraoferta del PP al entender que descafeinaba la iniciativa inicial de Compromís, por lo que la batalla política puede hacer que la bandera arco iris no acabe colgándose en la puerta del Parlamento como ha sucedido en los últimos años; para regocijo de Vox, que una vez más se saldría con la suya.
Matización
La consellera de Justicia sí que rectificó sus palabras sobre Francisco Franco tras el revuelo
Lo sucedido el martes denota que el partido ultra no va a ceder en sus pretensiones pese a que ello incomode al PP. Como mucho, alguna pequeña matización como la que se vio obligada a hacer casi 48 horas después la consellera de Justicia, Elisa Nuñez, después de haber afirmado que Francisco Franco fue solo “un personaje histórico”. Unas declaraciones que generaron revuelo a nivel nacional -el PSOE pidió que se le destituyera- y que obligó a la consellera a admitir, horas después de la entrevista en Las Provincias, que también fue un dictador. Ayer, en Les Corts, Llanos dejaba caer que “Franco fue un personaje histórico como Stalin o Azaña”.
Y es que a Vox no le genera problema alguno criticar a sus socios. Este fin de semana, sin ir más lejos, criticaba el apoyo de la Diputación de Valencia, presidida por el PP, a las Trobades de Escola Valenciana.