La Commonwealth de empresas y agua
Diario de València
La geografía es tozuda. En pocas semanas, las noticias que vinculan a la Comunitat Valenciana con Catalunya y viceversa han llenado portadas. Confirmando que sobre bases materiales y físicas es imposible ampliar fracturas entre autonomías, por mucho que se empeñen actores políticos e institucionales a ambos lados de la frontera. Una frontera, justamente, que ha facilitado el éxodo de empresas catalanas hacia el sur, por el episodio, no finalizado, del "procés", y de posible traslado de agua hacia el norte, desde Sagunt, para paliar la pertinaz sequía que está dejando a los catalanes sin agua. Decía esta semana Pablo Salazar en Las Provincias, a propósito de la cuestión hídrica, que "la Commonwealth catalano-valenciana, esa comunidad de intereses de regiones vecinas, que como dice Josep Vicent, Boira no tiene nada que ver con los inexistentes Països Catalans, ha funcionado por esta vez".
La geografía no siempre responde a la voluntad de construcción de ciertos ecosistemas políticos. Sucede, como apuntaba Salazar, con esos inexistentes "Països catalans". Pero esa misma geografía ha vehiculado y seguirá vehiculando durante siglos multitud de intereses. El citado Josep Vicent Boira lo definió como la Commonwealth catalano-valenciana (2010, Columna), construcción teórica que se ha intentado demonizar por parte de algunos actores políticos. Sucede a menudo cuando se observa la vida exclusivamente desde la perspectiva ideológica y/o partidista. Es como pretender negar el creciente flujo de intereses entre Valencia y Madrid, por mucha crítica al centralismo que emerge, cada vez con más fuerza, desde la "capital". Las sinergias económicas siempre superan los objetivos políticos y, cuando se intentan paralizar, vienen las crisis, y el caos.
Que grandes empresas catalanas, algunas sistémicas como Caixabank o Banc de Sabadell, hayan trasladado su sede social responde a una solución comercial, pero facilitada por una proximidad que va más allá de las distancias y se ubica en el terreno de la comprensión en una geografía que comparte también vínculos culturales, por mucho que algunos se empeñen en negarlo. Que la desalinizadora de Sagunt, con el apoyo de Carlos Mazón, todo hay que decirlo, traslade agua a Catalunya dibuja una oportunidad que veremos si el tiempo puede acabar convirtiendo en recurrente, en las dos direcciones, si el cambio climático acelera el deterioro de nuestro Mediterráneo, así en la costa como en el interior. Lo mejor de todo, es que las dos realidades se han escenificado sin traumas colectivos, como sucedía en el pasado. Hay cosas que han cambiado, y mucho, para bien, a pesar de los intentos de no pocos actores por dinamitarlo, al norte y al sur.
Las noticias que vinculan a la Comunidad Valenciana con Catalunya y viceversa han llenado portadas. Confirmando que sobre bases materiales y físicas es imposible ampliar fracturas, la geografía es tozuda"
La realidad es tozuda, tanto como la geografía, y a lo mejor deberíamos repensar la hipótesis de Josep Vicent Boira. Creo que quienes la criticaron no la leyeron, como suele ser normal en estos casos. El geógrafo valenciano nunca hizo referencia a cuestiones culturales o lingüísticas, solo observaba las confluencias materiales de las que ambas autonomías podían salir beneficiadas, a pesar de sus dirigentes. No son pocos los que desearían que la frontera tuviera una estética trumpista, con muros de ocho metros de altura y controles en ambos lados. Pero esa ilusión de algunas minorías (no exenta de complejos) contrasta con la realidad: empresas, agua, negocios, manufacturas, estudiantes y millones de interacciones se producirán cada día entre dos territorios que podrían asumirse como Commonwealth, según Boira, o seguir siendo una Commonwealth forzada por la geografía aunque evitemos denominarla.
(El segundo flujo de transporte interregional de mercancías por carretera más importante en España es Catalunya-Comunitat Valenciana y viceversa, a poca distancia del de Andalucía y Comunitat Valenciana. Entre 2020 y 2021 ha aumentado un 37%. Y será así durante mucho tiempo)
PD: Pere Aragonés no ha mostrado ningún gesto de agradecimiento a la solidaridad hídrica valenciana. Formas.