La primera ovación sentida que se escuchó anoche en el Palau de les Arts de València fue tras mencionar el presentador a Ricard Camarena, el cocinero valenciano que ha entrado este año por primera vez en la lista de los 100 mejores restaurantes del mundo y que ocupa el puesto 96º.
Enumeraba el conductor el nombre de los restaurantes que ocupan el puesto 51º en adelante, igual de llamativo a la vista de los aplausos que ensordecían ayer el majestuoso auditorio. El público de la gala de los 50 Best Restaurants estuvo entregado y su entusiasmo recordaba a la emoción de la última ceremonia de la Guía Michelin celebrada en el mismo recinto.
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Sobre todo se pulsó el buen momento de la cocina latinoamericana, que consiguió el premio al mejor restaurante del mundo, el Central, además del reconocimiento a la mejor chef, que recayó en la mexicana Elena Reyzadas o el de mejor repostera para la ecuatoriana Pía Salazar.
Autoridades locales, con la alcaldesa María José Catalá, ayer en la entrada del Palau
Los aplausos fueron la tónica dominante en una gala dinámica en la que València tuvo protagonismo con dos vídeos: uno elogiaba sus paisajes con cita a Vicent A. Estellés incluida, otro glosaba la prolífica cocina local con primeros planos de Quique Dacosta, Camarena o Begoña Rodrigo, todos entre el público. El chef de Dénia estaba ayer muy contento, pues no solo actuaba como anfitrión sino que su establecimiento pasó del puesto 42 al 20, con todo cuanto supone.
Quique Dacosta coloca su restaurante en el puesto número 20 de la aclamada lista
Con el palmarés conseguido y la buena imagen proyectada de València había satisfacción ayer entre los representantes políticos. El aún secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, valoró "muy positivamente haber logrado este ambiente cosmopolita en València, es un éxito del sector", mientras la concejala Paula Llobet apuntó que la gala de ayer era una "oportunidad para mostrar la calidad del producto de València".
Porque de vender la ciudad y su postal también iba el encuentro, a pesar de que el complejo diseñado por Santiago Calatrava, donde discurrió la gala en su conjunto, ya es de por si suficientemente atractivo. A los selfies característicos de estos encuentros -con Dabiz Muñoz, con Cristina Pedroche o con los televisivos Hermanos Torres- se sumaban las fotos al recinto, al lago y al jardín del Umbracle, el 'patito feo' del magnánimo espacio y que ayer a medianoche brillaba iluminado pues albergó la fiesta de cierre del evento.
Francesc Colomer y el chef Dabiz Muñoz
Y como de buen comer iba el evento no faltaron los platos bien elaborados en la previa de la ceremonia, donde las bandejas con raciones de naranja valenciana en texturas o torrija de horchata iban que volaban. Como anécdota, la charanga Samaruc de Burjassot amenizó la tarde y consiguió llevar a los invitados del cóctel a la ceremonia, paseando y al ritmo de la música en un pasacalles. Un auténtico bocado de València sin que hiciera falta, esta vez, sacar a pasear la paella.