El peso de las mujeres sobre el total de los miembros en los órganos de gobierno de las empresas valencianas se sitúa en el 23,6%, por debajo de la media nacional que es del 24,9%. La cifra la presentó ayer el investigador del Instituto Valenciano de investigaciones Económicas (Ivie) y coordinador del Observatorio GECE, Alejandro Escribà, quien explicó que aunque el porcentaje valenciano “es un poco más pequeño”, también es cierto que “hay más mujeres accionistas en Valencia que en otros sitios”. Esta realidad pasa, sobre todo, en empresas de tamaño medio-grande, por lo que esto hace que sean “más visibles”.
El informe Análisis de la posición de las mujeres en la propiedad y en el gobierno de las empresas valencianas redunda en la idea de la desigualdad en la alta dirección, con cifras contrastadas: en las empresas valencianas y españolas, de cada diez accionistas, solo dos son mujeres. En el caso valenciano se traduce en un 20,6% mientras en la media nacional se queda en un 22,6%. Porcentaje insuficiente todavía, pues todavía quedan “muy lejos” los objetivos reales de que cada género tenga representación mínima del 40% en la empresa tal como pide Europa, recordó Escribá.
Los datos apuntan a que todavía se está "muy lejos" de los objetivos que impone la UE, donde la mujer debe tener el 40% de la representatividad en la empresa
Otra de las conclusiones del informe es que mientras ellos concentran de media el 68,9% del capital en las empresas en las que participan, el promedio de la participación en el capital de las accionistas mujeres se sitúa en el 52,5%, es decir, un 23,7% inferior al de los hombres.
La distancia entre hombres y mujeres se hace más evidente en el caso de las empresas en las que un administrador único controla la gestión, mientras que se reduce considerablemente en las que disponen de un consejo de administración, con un promedio de participación del 44,7% de los hombres, frente al 39,3% de las mujeres.
Para trabajar esa visibilidad de las mujeres directivas, el acto celebrado en la sede de CaixaBank en València contó con la intervención de ejemplos femeninos que detentan liderazgos, como Eva Blasco, como presidenta de CEV Valencia y de la Asociación Valenciana de Mujeres Empresarias (EVAP), Pilar Chorén, directora gerente del Ivie, además de las empresarias que contaron sus experiencias, Amaya Fernández de Uzquiano y Araceli Císcar, ambas accionistas de peso en sus respectivas compañías.
Fernández de Uzquiano es presidenta de la Asociación Valenciana de Empresas del Plástico, presidenta del Clúster de Envase y Embalaje, cofundadora y consejera de Nunsys y directora General de IRISEM, esta última empresa familiar de la que es segunda generación. Defendió que "si hay más mujeres en puestos directivos, conseguiremos que haya también más a nuestro alrededor" y abordó la conciliación familiar como una de las barreras que, tradicionalmente, las mujeres se autoimponen para no ascender.
Por su parte, Araceli Císcar, consejera ejecutiva y directora de Dacsa Group, empresa que fundó su padre y con quien sigue trabajando, señaló que "las mujeres tenemos que ser capaces de dar un paso adelante". La directiva señaló que hay que poner en valor la ambición, apostar por el trabajo en equipo -"acompañado llegas más lejos"- y recogió la reflexión sobre la conciliación para defender que es importante "destacar el compromiso de las mujeres para que ellas puedan seguir trabajando después de ser madres. Es importante que ellas sean valoradas, y me refiero también en la nómina".
Las mujeres tienen que sentirse valoradas también después de ser madres"
Eso sí, para escuchar las conclusiones del informe hubo, principalmente, asistencia de mujeres. Una situación habitual en foros sobre cuestiones de género que algún interviniente también quiso destacar.