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Viento de cola para la derecha valenciana

Política

La mayoría absoluta del PP y la desmovilización de la izquierda en Andalucía unida al impacto en Compromís de la salida de Mónica Oltra, su líder absoluta, dejan a PP y Vox con un escenario más favorable

En los partidos del Botànic se tiene la convicción de que los valencianos siguen aprobando la gestión en los servicios sociales y que esto pesará a la hora de votar en 2023

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado del presidente del PPCV, Carlos Mazón, y la secretaria general, María José Catalá. 

Jorge Gil / EP

Cuando a finales de febrero el proyecto de su amigo y gran valedor Pablo Casado (del que ahora nadie ya se acuerda) se desmoronaba, poco podía pensar Carlos Mazón que el escenario político se le pondría tan de cara en apenas cuatro meses y un un momento clave de la legislatura. 

La renovación del PP y el ascenso de Alberto Nuñez Feijóo cambió el ánimo de los populares, y las mejores perspectivas se cumplieron el pasado domingo en Andalucía con una poco esperada mayoría absoluta que, además, frenaba a Vox y llevaba al PSOE al peor resultado de su historia en esta autonomía. 

Más allá del crecimiento de la marca en la región más poblada de España -que confirmaba los vientos de cambio de las encuestas publicadas a nivel nacional-, la convocatoria andaluza dejo patente la desmovilización (y desmoralización) de la izquierda y el fortalecimiento del proyecto popular. De alguna manera, el voto "contra Sánchez" movilizó al electorado conservador.

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Sin tiempo para digerir la debacle en Andalucía, el Gobierno valenciano ha atravesado esta semana la peor crisis desde que en 2015 las izquierdas conquistaran al Generalitat Valenciana. Con el presidente Ximo Puig urgiendo a Compromís a "reflexionar" -y "más pronto que tarde"- sobre el futuro de Oltra y la coalición avisando de que cualquier decisión "unilateral" haría volar por los aires el Gobierno valenciano. "No le voy a dar la coartada al PSOE que saque las políticas de izquierdas del Gobierno", argumentó Oltra en la rueda de prensa en la que explicó su dimisión.

Y todo ello sin que el PP valenciano haya tenido ni que personarse en el caso que investiga la presunta negligente gestión de la Conselleria de Políticas Inclusivas en la protección de la menor que abusó el exmarido de Oltra. Fue la extrema derecha la que agitó y reabrió el caso en los tribunales y Vox la que sí que se personó para intentar tener toda la información de primera mano y jugar con ventaja.

Tribunales

El PP valenciano ni siquiera ha tenido que personarse en el caso que ha acabado con la dimisión de Oltra

Ante este panorama, fuentes del PP explica a La Vanguardia que, según sus trackings, la oposición ya tendría mejores números que las tres fuerzas de izquierda valenciana, es decir, la suma del PSPV, Compromís y Unides Podem. Además, revelan que ya habían empezado a detectar una bajada de Compromís y cierto desgaste en el PSPV que lidera Ximo Puig. 

Con todo, en el PP son conscientes de que son datos y una foto fija y que tienen "pese a tener el viento en cola" que llegar con el mayor colchón posible a las elecciones para las que faltan casi un año. "No nos podemos confiar", explican desde el entorno de Carlos Mazón.

La hasta ahora vicepresidenta de la Generalitat valenciana y portavoz del Consell, Mónica Oltra. 

Jorge Gil / EP

Y más si se tiene en cuenta que se entra en un escenario inédito. Es complicado calibrar el efecto de la salida de Oltra de la escena política valenciana, tanto en el liderazgo de Compromís como en el proyecto institucional del Botànic.

Estudios

Los trackings del PP ya le dan un pequeña ventaja al bloque de la derecha respecto a las izquierdas

A nadie se le escapa que Oltra ha sido un activo electoral básico, primero, para propiciar el cambio político (2015) y, después, para apuntalarlo (2019). En esta última convocatoria donde convivieron autonómicas y generales, Oltra logró 270.000 votos más que su compañero Joan Baldoví en la urna de al lado. Ya lo decía el portavoz de Iniciativa del Poble Valencià, Alberto Ibáñez, su figura trasciende al votante de Compromís.

Con todo, falta por saber si esa popularidad y tirón de Oltra se mantenía intacta y hasta que punto Baldoví puede beneficiarse de un escenario -el de las autonómicas- donde el elector puede buscar el discurso valencianista de Compromís para aguantar el tirón, y junto con el apoyo de los alcaldes de la coalición, hacer un buen papel en las urnas. 

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También está por ver si tras la salida de Oltra, enfrentada desde hace tiempo con Ximo Puig, la tensión entre los socios se rebaja y los socios empiezan a entender que solo con un buen resultado de las tres patas del Ejecutivo, la reedición del Botànic será posible. Lo que es cierto es que el estado de ánimo del PP valenciano es el mejor desde que perdieron las elecciones en 2015, así como sus esperanzas.

En el bando contrario, cierto pesimismo se ha instalado en las fuerzas del Botànic. Aunque desde el PSPV y Compromís siguen convencidos de que los valencianos sabrán "premiar la gestión" de estos años en Sanidad, Educación y Bienestar Social. Y que los grandes logros en materia industrial - la gigafactoría de Seat o la apuesta por la Ford de Almussafes - tendrán rentabilidad electoral.

Aunque es pronto para dilucidarlo, lo que nadie cuestiona es que el "viento de cola" está apoyando al PP. Queda menos de un año para confirmarlo o desmentirlo.