Sin trasvases, desierto y paro

Ayer una caravana de automóviles, tractores y camiones han representado frente al Ministerio de Transición Ecológica a los miles de agricultores afectados por los anunciados recortes en el caudal de agua que el Tajo viene aportando al río Segura desde hace décadas. Como nos narraba en su certera crónica Enrique Bolland en estas mismas ventanas, convocados por el Círculo del Agua, regantes y agricultores de la Comunitat Valenciana, Murcia y Almería, con el apoyo de sus respectivos gobiernos autonómicos, se concentraron para denunciar que semejante medida pondría en peligro su actividad y la prosperidad de nuestra agricultura mediterránea.

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Manifestación de regantes por el Paseo de la Castellana en defensa del Trasvase Tajo-Segura#{emoji}13; EUROPA PRESS#{emoji}13; 24/05/2021

EUROPA PRESS / EP

La inapetente ministra del ramo Teresa Ribera propone sin consenso alguno reducir en un 45% los caudales mínimos que se están enviando en la actualidad bajo el Trasvase Tajo-Segura. Una decisión que supondrá el fin de mucha de nuestra agricultura mediterránea, pues el 44% de las frutas y hortalizas que se producen en España tiene su origen en el territorio regado por el rio Segura. Este cambio de las reglas de explotación de dicho trasvase es una medida no consensuada y antidemocrática que no se puede tolerar por esa España del Este tan asimilada y vilipendiada.

Desde la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) hasta el Consell Valencià de Cultura (CVC) se han pronunciado al respecto denunciando tal tropelía. Por supuesto, junto a la Asociación Valenciana de Agricultores y la Unió de Llauradors i Ramaders. PSPV, PPCV, Compromís… por fin todos a una. Pero como ya pontifiqué hace un mes por estos lares, o recuperamos la reivindicación hídrica como un elemento transversal y definitorio de toda la Comunitat Valenciana o mal vamos. Ante las últimas maniobras sobrevenidas por la torpe visionaria vicepresidenta cuarta Ribera, que haciendo valer su mesetarismo vuelve a cebarse con los legítimos reclamos de la ribera mediterránea. Conculcando el Trasvase Tajo-Segura, última frontera hídrica de salvaguarda del territorio nuestro… sí, sí… de toda nuestra tierra valencianísima de Vinaròs a Orihuela, que nadie se engañe… Como ayer dibujaba brillantemente Víctor Maceda también en esta su edición, superemos la telúrica línea Maginot Biar-Busot…

Todos los actores implicados concitan que existe una voluntad clarísima por parte del Gobierno de Sánchez de acabar con el Trasvase Tajo-Segura, siendo la hoja de ruta clara del molón Ministerio de Transición Ecológica

El maligno proyecto que se cuece y que no encuentra una contundente respuesta en la Comunitat Valenciana como cuerpo uniforme y vertebrado: la merma de caudales trasvasables llegaría a los 95 hectómetros, que equivale a casi la mitad del promedio anual que reciben los regadíos de la Vega del Segura, todo lo sureña que ustedes quieran pero bien valenciana. La consellera Mollà y el president Puig deben ponerse manos a la faena y desgañitarse sin moderación alguna.

La inminente aplicación de las nuevas reglas que reducen los umbrales máximos trasvasables, y el próximo plan de cuenca del Tajo, que aumentará los caudales ecológicos en menoscabao de las transferencias a la cuenca alicantino-murciana, firma la partida de defunción del acueducto, siguiendo la hoja de ruta socialista iniciada por el buenista Zapatero y rebasada por Pedro Sánchez sin importar el perjuicio que con esta decisión unilateral se hace a nuestros agricultores y regantes. Sí, alicantinos y murcianos. Y sí, del global agrícola de nuestra tierra valenciana.

El flamante presidenciable popular de todos los afiliados de la Comunitat Valenciana no se ha quedado quieto: el pleno de la Diputación de Alicante aprobó por unanimidad hace un mes exigir al Gobierno que paralice de forma inmediata cualquier modificación de las normas del Trasvase hasta que se apruebe el Plan Hidrológico del Tajo. Alacant és important y siempre los seguirá siendo. O así debería ser, desde el Cap i Casal y desde la frontera del rio Sénia. Al Segura. Este Carlos Mazón que se presenta con una discursiva centrada e inclusiva, además de sensible con las formas valencianistas, puede estar hilvanando un mensaje acertado.

Todos los actores implicados concitan que existe una voluntad clarísima por parte del Gobierno de Sánchez de acabar con el Trasvase Tajo-Segura, siendo la hoja de ruta clara del molón Ministerio de Transición Ecológica para modificar las reglas de explotación del trasvase: quitar caudales trasvasables para en una segunda fase aumentar los caudales ecológicos del Tajo para que haya menos agua para trasvasar. De este trasvase dependen 100.000 puestos de trabajo y se riegan 44 millones de árboles que tienen el efecto de sumidero de CO2 y por tanto luchan contra el cambio climático… la desaparición de dicha aportación implicaría la desertificación de esta parte de nuestro territorio alicantino y de la Comunitat Valenciana.

Y sigo elevando la voz para no olvidarnos del Ebro, nuestro gran trasvase. Agua para nadie parece que era la consiga y el PSOE de Zapatero decidió dictar por decreto la anulación del agua para el arco mediterráneo. El caudal del Ebro era de 17.000 hm3 por año. El PHN paralizado suponía sólo el 6% del caudal por año, perdiéndose en el mar 5.000 hm3 por año (cinco veces el caudal que se iba a trasvasar). Comparamos la realidad del gasto de agua al Delta del Ebro, la cual ronda los 30.000 m3 por hectárea y día, con la necesidad de nuestras tierras de la Vega Baja, estimada en 6.000 m3. Las cifras cantan desde la racionalidad, la solidaridad y el sentido común. Y despolitizando todas estas decisiones técnicas y todos los Consejos Nacionales del Agua podridos.

El Gobierno del señor Zapatero generó un grave problema al suspender de manera apresurada y sin ninguna explicación convincente el PHN. Y en todos estos años tampoco hemos tenido ninguna alternativa para resolver nuestras carencias de agua. El PSOE, con todo este postureo mediático, ha creado los actuales desequilibrios al respecto de la cesión prevista de agua del Xúquer al Vall del Vinalopó y a la Vega Baja de Segura, puesto que sin agua del Ebro y posible alternativa válida, nos condena a los valencianos a la sequía perpetua in eternum. Que el PP se libere de complejos y vuelva a alzar dicha reivindicación, dentro de su programa marco de rehabilitación, reparación y enmienda para con esta tierra.

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