El presidente Ximo Puig dijo el lunes que la idea de las ayudas que recoge el nuevo ‘plan Resiste’ es que “ningún proyecto empresarial viable caiga por falta de financiación”. Es decir, que aquellas empresas cuya cuenta de resultados era positiva antes de la llegada del virus serán las beneficiadas con estas ayudas. Pero, ¿qué pasará con todas aquellas ya endeudas antes de la Covid y que ahora no resisten el embiste de la crisis?
Para Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y catedrático de la Universitat de València, “si una empresa tenía un negocio viable, hay que apoyarla para que pueda hacer frente a sus compromisos de pago, incluyendo el servicio de la deuda”. Defiende también que la crisis de la Covid debería acelerar la desaparición de empresas con problemas de viabilidad por exceso de deuda y baja rentabilidad.
En esa dirección apuntan las medidas aprobadas por el Gobierno Valenciano, considera el economista. Sin ir más lejos, los préstamos participativos que a partir de hoy pone a disposición el Institut Valencià de Finances (IVF), de hasta 800.000 euros, son para empresas “con una situación financiera límite y que antes de la pandemia sí que eran viables”.
Si una empresa tenía un negocio viable, hay que apoyarla”
La empresa viable es aquella que ya lo era antes del inicio de la pandemia y, por tanto, en aquel momento tenía un negocio rentable. “El problema es conceder ayudas a empresas que antes de la pandemia ya tenían problemas de viabilidad por exceso de deuda y baja rentabilidad”, explica Joaquín Maudos. El economista recuerda que esas empresas hipotecan recursos financieros en perjuicio de empresas con proyectos interesantes que requieren financiación. El objetivo para el director adjunto del Ivie es que que cuando volvamos a la normalidad, esa empresa siga generando riqueza, en términos de renta y empleo.
La forma habitual de identificar una empresa como muy vulnerable es con indicadores como la deuda en relación al beneficio, en relación a sus recursos propios, el peso del servicio de la deuda en su margen empresarial, etc. “Es muy difícil hacer frente al endeudamiento, esa empresa es muy vulnerable, por ejemplo, si caen sus beneficios”.
Cuando regrese la normalidad, la empresa que sobreviva tiene que poder seguir generando riqueza
Para Maudos, las medidas aprobadas el lunes por los representantes sindicales, patronal y Consell, son “muy oportunas para paliar el impacto de la crisis y ayudar así a empresas y trabajadores evitando la desaparición de negocios viables”. El economista destaca la importancia de que los sectores a los cuales se dirige el plan concentran una parte muy importante de la caída de la renta y el empleo por ser los más afectados por las restricciones impuestas para frenar la COVID.
La fluidez del crédito: el colchón que se está agotando
Durante el inicio de la crisis del coronavirus, el IVIE ya alertó que para evitar la propagación y amplificación de la crisis, es necesario que fluya el crédito. Los análisis del IvieLAB, lanzados a propósito de la pandemia, alertan que en la contención de la crisis es clave la solvencia del sector bancario unida a los mecanismos de apoyo del Banco Central Europeo. También señala el Ivie el papel de los avales públicos que “permitirán dar respuesta a las necesidades de las empresas, pymes y autónomos que eran viables para que superen la crisis”.
Para los economistas, la viabilidad presente y futura de la empresa depende en última instancia de su capacidad para obtener recursos de su actividad ordinaria, esto es, de su rentabilidad. El matiz “viable” es importante, según los economistas. Porque además es una de las claves para entender las ayudas que se van a repartir en este próximo período.
Se podrán acoger, por ejemplo, un hotel que iba viento en popa antes de la pandemia; un pequeño comercio que tenía beneficios… Añade el economista Joaquín Maudos que “no tiene sentido dar ayudas a empresas cuyo negocio antes del COVID no era viable, porque sería un despilfarro de recursos públicos”.
En la convocatoria de la Línea IVF - FEDER Préstamos Participativos CORONAVIRUS, reeditada ahora, ya queda clara la importancia de la viabilidad como requisito, pues apunta que el solicitante deberá acreditar un EBITDA positivo en alguno de los ejercicio 2018 o 2019, entre otros requisitos. Es decir, haber llegado fuerte a la línea de salida de la crisis del coronavirus es básico para poder optar ahora a las ayudas públicas.
El Ivie también reconoce en el informe ‘Salud financiera de las empresas valencianas: capacidad de resistir el impacto del COVID-19’ que la situación financiera de las empresas valencianas antes de la crisis del coronavirus había mejorado mucho y los porcentajes de empresas vulnerables estaban "muy acotados”. Solo el 13,7% de las empresas valencianas (datos de 2017) estaban en riesgo frente al 14,6% del resto de España.
En 2017 solo el 13,7% de las empresas valencianas estaban en riesgo
En este punto, surgen las llamadas ‘empresas zombies’ que son aquellas empresas que normalmente sobreviven muy endeudadas. A estas alturas, la pregunta es saber cuántas dejará la pandemia en la Comunidad Valenciana.
La estimación de la Generalitat Valenciana es que el ‘plan Resiste’ de cobertura a 21.000 empresas -que dan empleo a 170.000 trabajadores- y a 43.000 autónomos, 26.000 de los cuales están en una peor situación económica.
Las cifras surgen de un minucioso recuento -afirman desde el Gobierno valenciano- de los sectores más afectados por la restricción de la movilidad social, principalmente cultura, ocio y hostelería, que ahora se agravan con las restricciones que anunció ayer el presidente Ximo Puig.