María, la ferviente activista que presuntamente ha matado a sus hijos en Godella
Valencia
La detenida sufría problemas mentales y su familia ha reconocido que dejó de tomar la medicación
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Godella, entre la incredulidad y la indignación: “Se sabía en qué condiciones vivían”
Los dos niños de Godella (Valencia) hallados muertos este jueves habrían fallecido a golpes. La Policía ha detenido a ambos padres. No obstante, fue la madre de los pequeños la que, tras un extenso interrogatorio de más de cuatro horas marcó este jueves a la Guardia Civil el lugar exacto en el que se encontraban los cadáveres. Algunos de sus familiares reconocían a la Guardia Civil que hacía un tiempo que había dejado de tomar la medicación para tratar un problema mental que, a menudo, la desconectaba de la realidad.
Fueron algunos vecinos los que alertaron a las autoridades de que hacía mucho tiempo que no veían a los niños. Una sospecha a la que pusieron especial alerta después de que la pareja tuviera una fuerte discusión. Pero, además de ello, ¿qué les hizo verdaderamente sospechar?
La familia vivía con los menores en una casa medio derruida y de condiciones insalubres, que no contaba con luz y agua
La familia llevaba una vida fuera de lo corriente. Vivían con los menores en una casa medio derruida y de condiciones insalubres, que no contaba con luz y agua. Aseguraban que ese era su modo de denunciar al sistema. María, así se llamaba la progenitora, venía de familia acomodada, pero pretendía dejar atrás la pequeña fortuna familiar, optando por este nuevo estilo de vida.
La madre se definía a sí misma como ecologista. De hecho, en los últimos años, se solidarizó con los pueblos indígenas sudamericanos y con la tala de árboles. Su activismo a veces lo llevaba hasta los extremos. Ocurrió, por ejemplo, durante las protestas del 15 M, pues acabó pasando por el juzgado y fue condenada a trabajos sociales. “No pueden tratarnos así. No pueden quitarnos los derechos fundamentales que todos tenemos como es la libertad de expresión”, declaró ante los medios en ese momento.
También la captaron las cámaras tras las elecciones que ganó Francisco Camps en la Comunitat Valenciana por mayoría absoluta pese a estar imputado en Gürtel. Junto a otros indignados, protestó con fervor en la sede de las Cortes Valencianas. Una jornada que se saldó de nuevo con su detención y la de otros cuatro activistas después de que agredieran a varios policías nacionales. Acabó condenada por un delito de atentado a los agentes de autoridad y un delito de lesiones a un total de un año y siete meses de prisión y a indemnizar con 900 euros al Policía nacional.