Regreso al pasado con el Euromed Valencia-Barcelona
Análisis
Fomento afirma que en 2018 el tiempo entre ambas ciudades en tren se reducirá en 30 minutos hasta las 2:45 minutos; el mismo que en 1997
El secretario de Estado de infraestructuras, Julio Gómez Pomar, lo anunciaba hace apenas dos semanas: las mejoras en el corredor mediterráneo permitirán reducir el tiempo en tren entre Valencia y Barcelona en treinta minutos en el año 2018. Se ejemplificaba esta sustancial mejora con el tren Euromed, unidad que en ocasiones resulta desesperante por su lentitud y por sus continuos retrasos (el verano pasado llegué a tardar más de 4 horas en dos viajes). De inmediato, todos los medios aplaudían tal objetivo, pues supondría aliviar un trayecto que en estos momentos tarda en realizarse, si todo va bien, 3:15 minutos. Pero tal logro, de alcanzarse, traduce una mejora muy relativa; en materia de tiempos la solución de Fomento supone más bien un “regreso al pasado” pues, al fin, el tiempo de recorrido, de 2:45 minutos, será el mismo del año 1997, cuando se inauguró el Euromed.
El Euromed se ha convertido en un tren que genera desesperación por su lentitud y retrasos”
La alegría con la que los medios difundimos la noticia traduce, al fin, el hartazgo de los valencianos y catalanes de una línea que Fomento promete adaptar al ancho europeo en sus tramos más complejos, como el de Castellón-Vandellós (de tramo único ahora) y el de Vandellós-Tarragona. Una adaptación importante, que responde a la exigencia mínima para superar su actual estado y para concretar entre las dos capitales el ansiado corredor mediterráneo, en muchos tramos ampliado con un Tercer Hilo, pero que, vista en perspectiva, no supondrá una mejora de los tiempos que ya se alcanzaban el pasado siglo. Lo que debería entenderse también como un fracaso. Fomento de alguna manera vuelve (nos devuelve) a la casilla de salida del año 1997, año en el que ya se habían trazado la mayoría de las actuales líneas de AVE de España.
Comparar distancias y tiempos
Resulta, además, irritante comprobar que el trayecto entre Madrid-Barcelona con AVE se realiza en ese mismo tiempo, en 2:45 minutos, cuando la distancia es el doble. Isabel Domingo, redactora de Las Provincias, me pasa algunos datos que Germà Bel, profesor de la Universitat de Barcelona, ha divulgado en la revista del Consejo General de Economistas. Por ejemplo, que realizar el viaje en tren de Barcelona a Alicante es más corto por los “por los catetos (Barcelona-Madrid-Alicante) que por la “hipotenusa” (Barcelona-Valencia-Alicante), con casi 20 minutos menos. O que es más rápido ir de Madrid a Alicante, 2:15 minutos para 420 kilómetros, que entre Valencia y Alicante, de 1:30 minutos para 156 kilómetros. Que quede claro que Fomento habla, además, de logros en un futuro próximo, y esperemos que sea así pues hace cinco años que se anunció el Tercer Hilo para acelerar el corredor mediterráneo de Murcia a Francia y, con los datos en la mano, suerte habrá si esto se logra en el 2020.
En el 2018 se tardará los mismo de BCN a VLC que de BCN a Madrid con el doble de kilómetros”
Lo peor de esta reflexión es que Fomento no garantiza reducir más ese tiempo de 2:45 minutos más allá del 2018. La línea de ancho europeo no es una línea que permita circular unidades de AVE, sino un tramo de velocidad alta, con unidades que pueden rodar a 220 km/h como el Euromed, muy lejos de los 350 km/h que alcanza el AVE de Madrid a Valencia. De tal manera, que los valencianos y catalanes deberán, por muchos años y de no haber otras mejoras, conformarse con recorrer esa distancia en un tiempo que siempre estará muy lejos de las conexiones radiales de Madrid con el resto de las capitales. Es decir, ese “regreso al pasado” amenaza con permanecer durante muchos años.
Una propina para valencianos y catalanes
La buena noticia será que una vez adaptado al ancho europeo los trenes de mercancías podrán rodar por el corredor mediterráneo en condiciones de incorporación a las redes transeuropeas, que es la justa reivindicación que lideran las patronales y las organizaciones empresariales de Catalunya, Valencia, Murcia y Almería. Pero en materia de tiempos, seguiremos atrapados con los tiempos del pasado siglo, como si en todos estos años el salto al futuro en materia ferroviaria fuera un sueño imposible (o solo fuera posible en relación a Madrid). Fomento afirma sentirse muy satisfecho de lograr esa reducción de tiempo, lo que parece ser una triste propina para una red que seguirá instalada en el pasado.
La solución de Fomento dejará a valencianos y catalanes “atrapados” en el siglo pasado en tiempos de tren”