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Las cafeterías con gatos se abren camino en España

Moda internacional

Alicante se suma a Madrid y Barcelona a los establecimientos donde tomar algo rodeado de gatos que han sufrido el abandono y que se pueden adoptar

La bailarina Guillermina Castro y su hija Tania Álvarez gestionan el café con gatos 'Cat Relax' de Alicante

Raquel Andrés

¿Te imaginas tomarte una cerveza, trabajar, leer un libro o simplemente charlar rodeado de gatos? Los llamados ‘café de gatos’ nacieron en Taiwan y se popularizaron enormemente en Japón, donde las viviendas son tan pequeñas que pocos optan por compartirla con mascotas (están prohibidas en muchos pisos). Hace cuatro años la moda llegó a Europa, y en 2013, a España, con la ‘Gatoteca’ de Madrid. Recientemente, en Alicante, abrió la segunda: ‘Cat Relax’, sede física de Abaifa (Asociación Benéfica por la Adopción e Inserción de Felinos en Alicante). Se pueden adoptar los gatos, se paga por tiempo (3 euros media hora; 5 euros una hora) y está incluida la primera consumición.

La bailarina holandesa Guillermina Castro aterrizó en Alicante por amor. Curiosamente, inició el trámite para abrir Cat Relax un 14 de febrero, día de San Valentín. Obligada a dejar la escuela de baile donde daba clases porque le diagnosticaron artritis, se inspiró en un café de gatos de Holanda para crear un refugio felino diferente en Alicante: diez gatos viven en un local donde, de vez en cuando, llegan visitantes para jugar con ellos y relajarse. Todo lo que adorna el local está hecho con materiales reciclados o son donaciones. Se divide en dos estancias: el café, donde permanecen los gatos durante las visitas, y la sala de gimnasio, donde comen y hacen terapias y talleres. Lo gestiona con su hija Tania Ávarez, una estudiante de Turismo de 20 años también amante de los felinos.

Para ir es obligatorio reservar a través de su página de Facebook, aunque también se puede llamar por teléfono. Para garantizar la tranquilidad de los felinos, se establece un límite de 10 personas. “Me parece una alternativa original a los refugios y a las casas de acogida. Se ofrece algo al visitante y tienen toda la casa para ellos. Se les ve muy bien”, comenta una joven pareja visitante. Conocieron el proyecto a través de la página de Facebook de Felinos Lo Morant, la asociación que acogió a los gatos rociados con ácido en el restaurante Las Delicias del Puerto de Alicante, una triste imagen que se convirtió en viral y logró gran apoyo ciudadano.

Un grupo de visitantes en Cat Relax, espacio que conocieron por Facebook

Raquel Andrés

Objetivo: dar los gatos en adopción

La mayoría de los gatos de Cat Relax ha sufrido abandono y maltrato. A uno lo estamparon contra una pared y se quedó completamente sordo; otro lo encontraron encerrado en una bolsa de basura de plástico. En su nuevo hogar, los felinos han aprendido a socializarse o a ir al baño. Se nota que están acostumbrados a las visitas: se pasean libremente, no se alteran, interactúan con las personas e incluso se tumban en sus piernas. Están tranquilos y se les ve saludables. Nadie diría que, hace pocos meses, estaban completamente raquíticos, como explica Castro: “No abrimos las puertas al público hasta abril porque algunos tenían muy mal aspecto, muy delgados y con heridas”.

El objetivo de la asociación es, además de dar una vida mejor a los felinos, conseguir que los visitantes adopten alguno. De momento ya han encontrado un nuevo hogar a cuatro gatos. Castro dice que le llaman a menudo para llevarle gatos que han encontrado abandonados, pero el límite que acogen son diez: más de esa cifra supondría un coste inasumible y no podrían garantizar un espacio adecuado para el bienestar de los animales.

Tania Álvarez busca atraer una suerte de ‘turismo animalista’ de Europa para aumentar las adopciones. “En Europa hay más concienciación animal. En Holanda, por ejemplo, no existen los gatos abandonados. Me gustaría que darlo a conocer a los turistas, que vengan, conozcan a los gatos y adopten alguno”, explica.

La bailarina Guillermina Castro y su hija Tania Álvarez, dando de comer a los gatos de 'Cat Relax'

Raquel Andrés

Uso terapéutico

Guillermina Castro no se levanta del sofá del café con gatos para recibir a las visitas: un felino descansa sobre sus muslos y ella lo acaricia suavemente. Transmite paz. Dice que son su terapia y que hay estudios que hablan de que estar con estos animales es beneficioso para la salud. “Me quitan dolores. Cuando me he ido de vacaciones al pueblo este verano, un día después he tenido que volver a tomar pastillas porque no tenía a mis gatos”, asegura, y descarta que sea “psicológico”.

En esta línea, Cat Relax también ofrece talleres de “yoga con gatos” -donde los felinos corretean entre las personas que lo practican y estas deciden si mantener su postura o acariciarlos-, sesiones terapéuticas de relajación y concienciación del respeto hacia los animales para niños y adultos y terapias especiales para personas con discapacidad. Ahora se plantean extender las charlas para hacer concienciación en colegios.

Tres de los diez gatos que viven en 'Cat Relax' a la espera de que alguien les adopte

Raquel Andrés

Internet y boca a boca

De momento, la mayoría de los visitantes llega a través de internet y del boca a boca. El local luce en su exterior un logotipo de Cat Relax y una pegatina en el escaparate que oculta el interior (la sala con los gatos) para evitar el vandalismo. Se plantean incluso quitar toda identificación a pie de calle para atraer a personas que realmente estén concienciadas y evitar curiosos.

Los visitantes, hasta ahora, han respetado las normas: no hacer mucho ruido o no hacer fotos con flash. Solo han tenido una mala experiencia con un grupo que conversaba “gritando” e incluso pidieron un “whisky con hielo” como consumición (de alcohol, solo sirven cerveza). Tania Álvarez se vio obligada a abrir la puerta de la habitación del café para que los gatos pudieran decidir libremente si preferían irse: todos abandonaron el espacio. En breve cambiarán el sistema de acceso: en lugar de cobrar por tiempo, solo podrán entrar socios, que pagarán las consumiciones y una cuota mensual a partir de los 6 euros.

Las visitas son su principal fuente de financiación para pagar facturas, comida, vacunas, operaciones, esterilizaciones, etc. También reciben de ellas muchos donativos: desde comida hasta golosinas para gatos o juguetes. Guillermina Castro calcula que acuden al local alrededor de 20 personas a la semana. Dice que necesitan más, tienen que darse más a conocer; una persona ya les está ayudando elaborando para ellas un plan de marketing. También buscan voluntarios. “Nos faltan manos”, suspira Castro. Y es que cuando vuelve a su casita, en Mutxamel, le esperan otros siete gatos.

La bailarina Guillermina Castro y su hija Tania Álvarez gestionan el café con gatos 'Cat Relax' de Alicante

Raquel Andrés

Espai de Gats, en Barcelona

Además de Madrid y Alicante, Barcelona también cuenta con un café con gatos: ‘Espai de gats’. Se puede visitar libremente, aunque se recomienda reservar a través de la página web por su aforo limitado. Se encuentra en la calle Terol, 29 (Gràcia).
Web de ‘Espai de gats’