Tiana y Mataró demuestran el fracaso del sistema con la opacidad y la lentitud en las residencias geriátricas
Coronavirus
El drama de las residencias Sant Cebrià de Tiana y Gatassa de Mataró que ha aflorado con la pandemia revela las graves carencias de un modelo de gestión desatendido durante años
Hermetismo y falta de información. Es la crítica más común por parte de los familiares que tienen ancianos ingresados en residencias. Estos centros, por su parte, temen que el anuncio de las muertes causadas por la pandemia de coronavirus incida directamente en su economía y en el prestigio que algunos sí han modelado durante años. La estrategia del silencio y la opacidad de algunas residencias no sólo exaspera a los familiares sino también a los ayuntamientos, que para actuar necesitan saber qué está pasando detrás de esas paredes. En muchos casos, estas tácticas tienen una nefasta consecuencia: provocan que las actuaciones de urgencia se retrasen. La situación vivida en residencias como la Sant Cebrià de Tiana y la Gatassa de Mataró, en el Maresme, ha causado en las familias una honda desconfianza hacia las administraciones y las propias residencias, a la vez que rabia ante la impotencia.
En el caso de Tiana, el centro geriátrico de Sant Cebrià ha registrado 18 muertes por coronavirus. De los cerca de 70 residentes que tenía cuando empezó la pandemia, 15 fueron derivados a otros centros y cinco a domicilios familiares, 23 han dado positivo y otros 26 muestran síntomas de la enfermedad. El Ayuntamiento de Tiana ha anunciado que presentará una querella contra los gestores de la residencia Sant Cebrià, un centro que dispone de una concesión a 40 años (hasta el 2046). Los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía del TSJC, además, investigarán si allí se han cometido las irregularidades denunciadas por la alcaldía con el apoyo de los familiares. Entre otras, se acusa a la dirección de no cumplir las órdenes sanitarias y hacer caso omiso de las indicaciones de los gestores que el Departament de Salut ha designado para impulsar el plan de choque medicalizado, la organización sanitaria Badalona Serveis Assistencials. Se incumplían las órdenes sanitarias e intervenciones tan básicas como aislar a los enfermos con síntomas.
La policía nos amenazó para que no preguntásemos por nuestros familiares en la residencia
Familiar de la residencia Sant Cebrià de Tiana
La alcaldesa de Tiana, Marta Martorell, ha reconocido que hace tiempo que “veíamos insuficiente el servicio ya que no disponían de bastante personal”, por lo que reclamó a la Generalitat la intervención global inmediata de la residencia. Los primeros positivos se detectaron el 2 de abril, 12 días después de que las familias y el propio Ayuntamiento hubieran exigido toda la información. Ahora, tras la denuncia de la alcaldesa, será la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia quien coordine la investigación de los Mossos. En este punto, la propiedad del centro ha omitido hacer declaraciones.
La oposición municipal que lidera Junts per Tiana ha forzado un pleno extraordinario para activar una comisión de investigación sobre la grave situación por la que pasa la residencia municipal, así como en el caso de la ocultación continuada de datos. Exigirán, igual que las familias de los residentes, conocer todo lo relativo al contagio masivo de la gente mayor del centro y los motivos que llevaron a la reiterada falta de información. Pero además, mantienen que “el Consistorio no puede amagar su responsabilidad como titular del equipamiento durante las semanas del contagio de gran parte de los residentes”.
Entretanto, la oposición municipal que lidera Junts per Tiana ha forzado un pleno extraordinario para activar una comisión de investigación sobre la grave situación por la que pasa la residencia municipal, así como en el caso de la ocultación continuada de datos. Exigirán, igual que las familias de los residentes, conocer todo lo referente al contagio masivo de la gente mayor del centro y los motivos que llevaron a la reiterada falta de información. Pero además, mantienen que “el Ayuntamiento no puede amagar su responsabilidad como titular del equipamiento municipal durante las semanas del contagio de gran parte de los residentes”.
Las familias de estos residentes, por su parte están seguros de que de haber podido reaccionar cuando dieron la primera alerta”se habría evitado gran parte de la tragedia que ahora vivimos”. Explican que “ni el Ayuntamiento, ni la dirección nos hacían caso cuando advertíamos que se incumplían los protocolos para el covid-19” insiste Diana, la hija de una anciana de 90 años internada en el geriátrico que al no tener los síntomas “me la pude llevar a casa, pese tener una grave discapacidad que la hace totalmente dependiente”. Nunca perdonarán estas familias “la falta de apoyo de los responsables” y mucho menos olvidarán el día que decidieron hacer frente al oscurantismo de la concesionaria y se dirigieron al centro a pedir explicaciones, “la policía nos cortó el paso, nos instó a irnos y nos amenazó con ponernos multas”. Otro vecino, Ernest, que tiene ingresado a su padre de 85 años, lamenta que “ni siquiera nos dejaron hacerles los tests” pese a disponer de un laboratorio privado que los realizaba gratuitamente. Esther, otra familiar, describe una situación funesta en el servicio: “no había medidas de seguridad, los trabajadores no tenían mascarillas ni protección y no había suficientepersonal” por lo que la higiene de los internados era inexistente.
No he recibido respuesta a la carta que envié a los consellers de la Generalitat”
Las familias de estos residentes están seguros de que, de haberse reaccionado cuando dieron la primera alerta”, se habría evitado gran parte de la tragedia que ahora vivimos”. “Ni el Ayuntamiento, ni la dirección nos hacían caso cuando advertíamos que se incumplían los protocolos para la Covid-19”, insiste Diana, la hija de una anciana de 90 años internada en el geriátrico. A esta nonagenaria , su hija se la llevó a casa “al no tener los síntomas, pese tener una grave discapacidad que la hace totalmente dependiente”. Nunca perdonarán estas familias “la falta de apoyo de los responsables” y mucho menos olvidarán el día que decidieron hacer frente al oscurantismo de la concesionaria y se dirigieron al centro a pedir explicaciones: “La policía nos cortó el paso, nos instó a irnos y nos amenazó con ponernos multas”. Otro vecino, Ernest, que tiene ingresado a su padre de 85 años, lamenta que “ni siquiera nos dejaron hacerles los tests” pese a disponer de un laboratorio privado que los hacía gratuitamente. Esther, otra familiar, describe una situación funesta en el servicio: “No había medidas de seguri-dad, los trabajadores no tenían mascarillas ni protección, no había suficiente personal y la higiene era inexistente”.
En Mataró, un caso similar mantiene en vilo al alcalde, David Botel. Se trata de la residencia Gatassa, en la que ya se cuentan 19 muertes por coronavirus, con el agravante que los 90 internos estaban al cuidado del ICASS, que depende de Afers Socials. Ante la falta de acciones para paliar las incidencias, Salut decidió intervenir el centro, que ya ha sido desinfectado por los Bombers y se ha sectorizado las tres plantas aislando los casos más graves.
La primera muerte por la Covid-19 en la residencia Gatassa se conoció el 6 de abril. Desde entonces el alcalde socialista asegura que sigue esperando la respuesta a la carta en la que reclamaba explicaciones a los consellers de Salut y de Afers Socials. Por otra parte, el Consorci Sanitari del Maresme comunicó ayer que asume la gestión de Ca N’Amell en Premià de Mar, también denunciada por negligencias y por incumplir los requisitos mínimos de atención sanitaria. La residencia Sant Cebrià de Tiana será intervenida por la Generalitat Mané Espinosa [Autor] La residencia Sant Cebrià de Tiana será intervenida por la Generalitat Mané Espinosa [Autor]