Lourdes Mora vive con su familia en una antigua casa de campo en Bellpuig, una vivienda de tapia, alimentada con energía solar y con una caldera de pellets.
“Lo primero que hace el sol cada mañana en nuestra casa _cuenta_ es cargar las baterías, luego calienta el agua de dos termos, bombea agua para el depósito y en verano depura la piscina”. De día va todo y de noche no tiene que funcionar casi nada. Es el lema de la casa. “Somos cinco, es divertido, nos hemos educado todos, si un día ha hecho poco sol y pensábamos hacer pizza en el horno, esa noche hacemos tortillas”.
Cuando la familia quiso cambiar su casa adosada por la casa aislada, la compañía eléctrica de la zona pedía “una barbaridad” y optaron por instalar las primeras placas. Hace cuatro años instalaron otra serie de placas, en algo parecido a una pérgola, que funciona como parking para un coche eléctrico y una moto, también eléctrica. Tienen su propia electrolinera. “Nuestro reto _afirma_ en casa es buscar qué más podemos enchufar al sol”.
Directora del departamento de responsabilidad social corporativa de la fundación Aspros, que atiende a personas con discapacidad, Lourdes Mora, extrabajadora de banca, es la persona a la que, por su manera de vivir, el Ayuntamiento de Bellpuig le ha pedido que presida la comunidad de consumidores locales Energies Compartides de Bellpuig i Seana (ECOBS). El alcalde de Bellpuig, Jordi Estiarte, asesorado por Femmes Solucions, buscaba personas sensibilizadas con un cambio de vida, con un cambio sostenible. Tras su reticencia inicial, Lourdes se puso al frente dándose una curiosa circunstancia: preside una cooperativa de la no es usuaria. Es socia por principios.
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Lourdes Mora con socios e impulsores de la cooperativa.
Por su trayectoria, es una de las mujeres del proyecto Lleida, Terra de Dones Transformadores, impulsado por la Delegació del Govern de Lleida para dar visibilidad a las mujeres del mundo rural que generan cambios en su entorno con impacto social, económico, territorial, medioambiental, artístico, tecnológico o agrícola.
“Lo primero que sientes es sorpresa, porque realmente no tienes percepción de este impacto o esta visión que otros te atribuyen”, afirma sobre su inclusión en el proyecto.
“Quizás las mujeres tenemos la ventaja de tener una sensibilidad especial, que te hace conectar con la tierra, con la naturaleza, conectar espiritualmente, incluso. Cuando miro todo lo que he hecho en los últimos 20 años, sí creo que hemos intentado transformar primero nuestro pequeño entorno y después el entorno donde nos movemos y trabajamos, como por ejemplo con la comunidad de consumidores que se ha formado Bellpuig”, dice también.
Hace un año, 50 familias hicieron una aportación de 100 euros para constituir la cooperativa, el ayuntamiento ha cedido tejados de edificios públicos para instalar placas solares y han 170.000 euros de fondos europeos para un proyecto de 300.000. En el primer trimestre de 2025 instalarán las primeras placas.
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La vivienda de Lourdes Mora es una antigua casa de campo.
“Ahora estamos en el punto de empezarlo todo, es muy emocionante, hemos hecho un plan de negocio del resto que nos falta para pedir financiación al Institut Català de Finances, al ICF y nos l han validado.
La electricidad les lllegará de una planta solar fotovoltaica situado tejados de Bellpuig, seis públicos cedidos por el Ayuntamiento y tres de empresas privadas que nos lo ceden a cambio de energía.
“Lo primero que haremos _avanza_ va a ser adquirir el vehículo eléctrico, porque creemos que esto va a dar mucha visibilidad y la gente va a ver que esto es posible. La gente se puede organizar para hacer cosas que parecen imposibles, como comprar un coche eléctrico y compartirlo con una app. Esto es posible, no solo se hace en Barcelona o en Madrid, también puede hacerse en un pueblo”.