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La masificación de bañistas rompe la tranquilidad de un pueblo de Lleida

Viajes organizados

La llegada de visitantes el fin de semana provoca las quejas de los vecinos de Camarasa, que denuncian el incivismo y las fiestas improvisadas en este entorno natural

Bañistas en a zona de la "platgeta" de Camarasa

Agents Rurals

Sábado por la tarde, Camarasa (Noguera). Junto a la carretera C-13, el camino que baja hacia el río, se llena con siete u ocho autobuses. Siguiendo el camino, decenas de coches aparcados copan el espacio que alberga una orilla junto al río Segre, entre un antiguo puente romano y una zona boscosa. Se trata del espacio de ocio María Rúbies, más conocido entre la gente de la zona como “la platgeta”. En los últimos años ha pasado de ser un lugar recóndito muy frecuentado por los vecinos, a convertirse en un espacio masificado de bañistas llegados de varios puntos de Catalunya.

Cuando llega el calor la tranquilidad de este pequeño municipio de apenas 600 vecinos se rompe con la llegada masiva de bañistas que quieren refrescare en un entorno natural. Sin embargo, este tsunami de visitantes transforma el espacio en una fiesta improvisada: alcohol, música a todo volumen y basura. El desmadre empieza a incomodar a los vecinos, que poco a poco se han visto desplazados por un ambiente que cada vez les resulta más desagradable.

“Es un problema que hace tiempo que dura y la situación ya se está desmadrando”, apunta la alcaldesa de Camarasa, Elizabet Lizaso, tras comprobar el rastro de suciedad que dejan decenas de bañistas el lunes por la mañana. A través de las redes han denunciado el incivismo de estos turistas y han convocado a los vecinos a una reunión para intentar encontrar soluciones imaginativas que puedan frenar esta problemática.

Restos de basura que dejan algunos de los visitantes que vienen a bañarse a Camarasa.

Cedida

Turismo de masas

El cierre del espacio como último recurso

La alcaldesa se muestra especialmente preocupada por la acumulación de decenas de coches en un espacio reducido que en muchas ocasiones dificulta el paso de vehículos de emergencia. Es por ello que se han planteado cerrar la zona para acabar de raíz con este problema, aunque lamentan tener que tomar medias así. “La gente es bienvenida, queremos compartir este espacio y que también puedan disfrutarlo pero con respeto”, afirma la alcaldesa de Camarasa.

Para el gobierno local, vallar el recinto y cerrar el libre acceso a la zona de baño se trata del último recurso que contemplan para poner freno a la masificación de bañistas. Lo cierto es que el Consistorio ya tuvo que cerrar uno de sus principales atractivos turísticos, la Cova del Tabac, debido al incivismo y los destrozos que algunos vándalos provocaron en las pinturas rupestres de un enclave histórico. El Ayuntamiento no quiere trasladar esta medida a la platgeta y aboga por el civismo. “La masificación nos está llevando a cerrar espacios y cobrar entradas por los problemas de incivismo. Tenemos un problema como sociedad”, lamenta Lizaso quien planea llevar a cabo acciones de voluntariado o la incorporación de agentes cívicos “para recuperar este espacio”.

Un punto negro del río

Nueve muertes por ahogamientos en la última década

Cabe recordar que se trata de un tramo de río muy peligroso que a lo largo de los últimos trece años se ha cobrado la vidas de nueve personas por ahogamiento. La última víctima fue un joven de 24 años el 21 de junio del 2015. El 27 de julio de 2014 perdió la vida otro hombre de unos 30 años. El verano de 2012 hubo dos muertos, un hombre de 37 año el 24 de julio y un joven de 27 años el 15 de junio.

En esta zona del río se cruzan varias corrientes de aguas y generan un remolino bajo el agua en un punto concreto, en el que se han ahogado varias personas. El Consistorio recuerda que el alcohol y el ambiente de fiesta no son buenos aliados en este lugar, donde además la corriente del río baja con fuerza. En los últimos tres años implantaron la figura de un vigilante durante los meses de verano que advierte del peligro a los bañistas y señaliza con boyas la zona de baño.

Fuentes municipales aseguran que estas medidas han ayudado a prevenir más tragedias. “Hemos evitado ahogamientos y ha mejorado la seguridad en la zona”, recuerda la alcaldesa, aunque teme que eso haya producido a su vez un “efecto llamada” para los turistas.

Un cartel advierte de la peligrosidad de este tramo del río Segre a su paso por Camarasa, donde han fallecido varias personas ahogadas.

ACN

Zona masificada

Viajes organizados con agencias desde Barcelona

“Perros sueltos sin correa, música a todo volumen y mucho alcohol que termina derivando en una fiesta”, detalla Lizaso quien puntualiza que se trata de un perfil de visitante muy concreto y que “no tiene respecto por la naturaleza”. Además, recuerda que se trata de un tipo de turismo que no reporta nada al municipio al llegar con la mochila llena de comida y alcohol y no compran en los comercios locales. “En un fin de semana pueden pasar 1.600 personas que no hacen ningún gasto en el municipio”, apunta la alcaldesa que el año pasado llegó a contar 8 autocares en un fin de semana.

Dos autocares recogen a los visitantes tras pasar el día en la zona del río Segre en Camarasa.

Cedida

Los vecinos ven llegar cada fin de semana autocares con grupos de amigos organizados provenientes de otros puntos de Catalunya como Lleida, Solsona o Guissona. Sin embargo algunos llegan a través de agencias de la zona de Barcelona que organizan paquetes específicos para visitar la zona de Camarasa y poder bañarse. Argumentan que la llegada de estos autocares mediante agencias son en parte responsables de la masificación del espacio y lamentan que, a pesar de haber intentado mantener conversaciones con ellos para frenar el incivismo, la situación no ha mejorado.

Fuentes de una de estas agencias consultadas por La Vanguardia niegan ser responsables del incivismo que se produce en la zona y aseguran que en cada uno de los desplazamientos expresan a sus clientes la necesidad de no alterase la naturaleza y por ello les dan una bolsa de basura para mantener el espacio limpio. Estas mismas fuentes detallan que la aglomeración de esta zona también les está perjudicando, ya que “algunos de los clientes que vienen ya no repiten”. El Ayuntamiento respalda este discurso y celebra que en los últimos meses haya algunas de estas agencias (no todas), que notifiquen al consistorio sus viajes. Sin embargo Lizaso recuerda que lo más difícil de controlar son los autobuses y coches que vienen por iniciativa propia.

Una de las primeras medidas

Prohibición de aparcar en la zona cercana al río

De momento, la primera de las acciones que ha emprendido el Ayuntamiento ha sido la prohibición de aparcar en la zona cercana al río. De este modo se aseguran facilitar el acceso a los vehículos de emergencia y evitan las escenas con música a todo volumen en los coches que se sucedía últimamente. Aseguran que se trata de una medida “temporal” hasta que puedan regular mejor este lugar y siguen trabajando para adecuar las normativas para poder regular estas actividades de ocio. Lizaso tiene pendiente una reunión con el nuevo presidente del Consell Comarcal de la Noguera, Miquel Plensa. y también con el recién nombrado presidente de la Diputación de Lleida, Joan Talarn, para abordar este asunto , además de concertar un encuentro con la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).

El Consistorio mantiene un contacto fluido con Mossos d’Equadra y Agentes Rurales para aumentar la presión sobre el incivismo en esa zona. “Nos han ayudado mucho con la redacción de normativas y las sanciones”, detalla Lizaso quien confía en poder redirigir esta situación con la implicación de todos los vecinos. “Pedimos un SOS enorme a las administraciones para poder trabajar este tema”, sentencia.

Varios vehículos y un autocar aparcados junto a la C-13, en el acceso a la zona de la "platgeta".

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