Las trabajadoras de una residencia de Terrassa se confinan en el centro

Evitar el contagio

Aseguran que la medida ha sido un éxito porque hasta ahora “nadie ha presentado síntomas” de tener coronavirus

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Trabajadoras de la residencia Gènesis en la residencia, donde viven durante el confinamiento

Residència Gènesis / ACN

La residencia Gènesis de Terrassa “se ha blindado” para impedir que entre el coronavirus. El pasado 22 de marzo, viendo que la pandemia cada vez se estaba extendiendo más y que la mayor parte de las víctimas eran personas de edad avanzada, las trabajadoras tomaron la decisión de confinarse con la veintena de ancianos que viven en el centro.

Así, ahora ya hace dos semanas que trabajadoras y ancianos comparten “casa”. “Dormimos a las buhardillas, hemos habilitado un espacio con colchones donde todas descansamos juntas, un poco como en unas colonias”, explica Maria Martínez, directora del equipamiento.

”Vimos que el virus avanzaba muy rápido y que muchos centros empezaban a tener brotes”, explica Martínez que añade que la decisión surgió de la plantilla. “No entra ni sale nadie”, apunta la directora que considera que la medida ha sido un éxito porque hasta ahora “nadie ha presentado síntomas”.

Martínez afirma que desde el 22 de marzo pasado no ha entrado ni salido nadie del edificio. “Toda la comida, material o medicamentos que necesitamos nos lo dejan a la puerta”, comenta. La responsable de esta instalación asegura que a pesar de la situación, se sienten “muy acompañados” porque cada día les llaman desde el Ayuntamiento de Terrassa para saber como están y también les hacen seguimiento desde el CAP de Sant Llàtzer, el que les toca por zona.

A pesar de que admite que tomar una decisión como esta es “muy complicado”, considera que hubiera estado buena idea que más centros también hubieran actuado de esta forma. “Nosotros hemos podido porque a pesar de que tenemos pocos residentes, disponemos de suficiente espacio para que toda la plantilla pueda pasar la noche, pero sabemos que no todo el mundo puede hacerlo”, señala.

Considera que la iniciativa está funcionando muy bien, puesto que hasta ahora ninguna trabajadora ni ningún residente han presentado síntomas. “No hemos tenido ni una tos ni un dolor de garganta y esperamos seguir así porque hay gente muy mayor, de más de 90 años, y no queremos que les pase nada”.

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Trabajadoras de la residencia Gènesis de Terrassa que se han confinado con los ancianos del centro

Residència Gènesis / ACN

Martínez asegura que lo que peor llevan los residentes es “no poder abrazar sus familiares y no recibir visitas”. Explica que han puesto un teléfono móvil a disposición de las familias para que puedan hacer llamadas videollamadas, pero reconoce que a algunos residentes los cuesta entender como funciona esta tecnología. “Cuando ven a sus hijos o nietos en la pantalla intentan darles un beso o abrazarles y les tenemos que recordar que no los pueden tocar”, comenta. Así mismo, comenta que a pesar de que han mantenido la misma rutina diaria que hacían antes del confinamiento, los usuarios perciben que las cosas han cambiado. “A menudo nos preguntan: que hacéis aquí? No os marcháis?”, recuerda.

En cuanto a las trabajadoras, asegura que tienen “momentos de todo”, pero explica que cuando alguna está más angustiada miran de animarla. “Sabemos que estamos haciendo lo mejor para ellos y que las familias lo han entendido perfectamente y confían plenamente en nosotros”, asegura Martínez que remarca que esto les ayuda a mantenerse firmes y seguir adelante.

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