El Ayuntamiento de Figueres ha detectado 804 casos de fraude en el padrón municipal durante el 2024 y les ha dado de baja. El equipo de gobierno ha destinado más recursos a controlar estas infracciones a través de agentes verificadores que acuden a los domicilios a realizar las comprobaciones.
El alcalde de la ciudad, Jordi Masquef, dice que el empadronamiento “no puede ser un cheque en blanco”. En este sentido, explica que durante este año mantendrán la misma política para evitar que haya “un efecto llamada”. Las comprobaciones se hacen de forma habitual, pero se incide en aquellos en los que existe “sospecha” de irregularidad. “Personas que se empadronan en algún domicilio en el que ya consta mucha gente o cambios de domicilio frecuentes”, detalla Masquef.
Son las 11 de la mañana. Dos agentes verificadores del Ayuntamiento de Figueres se dirigen a una vivienda de la calle Germanes Massanet. Quieren comprobar que uno de los inquilinos que consta empadronado en uno de los pisos resida efectivamente. Cuando llegan, no le encuentran.
Les abre la puerta otro hombre, que asegura ser su compañero de piso. Les explica que no está porque está trabajando y suele estar las noches. No puede aportarles ningún documento que así lo acredite y acuerden volver al cabo de unos días. Si no logran corroborarlo, tendrán que abrir un expediente. Entonces, el implicado tendrá diez días para demostrar que realmente vive allí o demostrar su domicilio real. De lo contrario, se les dará de baja.
Es un proceso que puede alargarse entre dos o tres meses. “El tema de las notificaciones cuesta y, por tanto, si la persona no puede ser notificada, debe hacerse una publicación por edictos, a través del BOE y, posteriormente, en el Instituto Nacional de Estadística”, explica el alcalde.
A lo largo de 2024, en Figueres se han detectado hasta 804 casos de fraude en este proceso de comprobación y se han dado de baja del padrón municipal. El equipo de gobierno tiene claro que quiere acabar con la picaresca. “Uno de nuestros objetivos es que el padrón refleje efectivamente la realidad de la gente que vive en la ciudad y, por eso, obviamente hemos volcado más recursos humanos”, remarca Masquef.
En este sentido, dice que se hace una “doble comprobación” de forma habitual, pero poniendo mayor incidencia cuando existe la sospecha de un empadronamiento “fraudulento”. “Por ejemplo, personas que se empadronan en algún domicilio donde ya consta bastante gente, en supuestos de cambio de domicilio frecuente o cuando el propio titular no vive en el domicilio”, detalla. También cuando “se utiliza el padrón para ser, digamos, merecedor de ayudas o servicios”.
A modo de ejemplo, el alcalde dice que se han encontrado casos en los que existe una separación de la unidad familiar entre la pareja con el objetivo de “acceder a ciertas prestaciones de éste o de otros ayuntamientos”. “En estos casos, en los que entendemos que es un movimiento que puede ser más que sospechoso, también enviamos a los agentes verificadores para comprobar que aquella persona realmente habita en el domicilio donde dice habitar y, si no se le encuentra, se inicia el expediente y se emite un decreto”, explica el alcalde.
“La gente debe entender que estar empadronado comporta una serie de prestaciones, de derechos, que nosotros no negamos, pero sí que obviamente queremos que se presten a aquellas personas que realmente y legalmente estén empadronadas”, remarca Masquef. A todo ello, añade que empadronarse en la ciudad “no puede ser un cheque en blanco que comporte derechos y prestaciones a lo primero que pase por ahí”. También, insiste en que el refuerzo en estas comprobaciones busca evitar un eventual “efecto llamamiento”.