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Crece el turismo de invierno en los hoteles de la Costa Brava

Turismo

Un 25% de los huéspedes de 2022 optaron por los meses más fríos del año

Servicio de comedor en el hotel Santa Marta de Lloret de Mar, municipio que tiene abiertas el 19% de las plazas hoteleras

Pere Duran / NORD MEDIA

Desde 2018, Jordi Imbert y su pareja, vecinos de Calella (Maresme), tienen una doble cita en temporada baja con el hotel Santa Marta de Lloret de Mar. En octubre celebran que hace años se dieron el sí quiero y en noviembre, el cumpleaños de él.

 “Simplemente venimos a relajarnos, bajamos a la playa, vamos al spa... La Costa Brava se puede disfrutar también en invierno; en verano hay colas y tráfico en cualquier parte, es otro contraste”, explica. La suya será una visita corta. Una noche, a lo sumo dos.

Aumento

Durante los meses de enero, febrero, marzo y octubre se han alojado en hoteles del litoral de Girona unos 800.000 turistas, un 20% más que en el mismo periodo que el año anterior

Son los otros turistas. Los que eligen disfrutar del destino con abrigo. Un colectivo obviamente minoritario pero que va en aumento, según datos facilitados por el Patronat de Turisme Girona-Costa Brava. 

En 2022 un 25% de los 3,6 millones de viajeros que se alojaron en hoteles, optaron por los meses más fríos del año. Fueron unos 925.000 que generaron unos 2 millones de pernoctaciones. Una cifra que se superará este año. 

Ocupaciones

Los que abren en temporada baja se garantizan ocupaciones de entre el 20 y el pleno en función del día y la zona

Entre enero, febrero, marzo y octubre los hoteles del litoral de Girona han recibido un 20% más de visitantes que en el mismo periodo del año anterior. Todavía son pocos –alrededor de un 20%– los que se atreven a abrir en temporada baja por el elevado coste que implica, pero los que lo hacen se garantizan ocupaciones que oscilan entre el 20% y el lleno en función de la zona y el día de la semana.

El crecimiento del turismo de invierno en los hoteles de la Costa Brava es atribuible a varios factores, según explica el presidente del Patronat de Turisme, Miquel Noguer. Entre otras razones, a un clima cada vez más benévolo, una mayor actividad en el aeropuerto de Girona –se vuela a más destinos que el pasado invierno– y los esfuerzos para desestacionalizar el destino con actividades culturales, deportivas o gastronómicas.

Las causas del incremento

Un clima cada vez más benévolo, más vuelos en el aeropuerto de Girona y más actividades para desestacionalizar el destino

Poniendo el foco en Lloret de Mar, el municipio catalán con más plazas hoteleras de Catalunya tras Barcelona (29.000 repartidas entre 120 hoteles), las ocupaciones que están teniendo en temporada baja han superado con creces las registradas hace un año. 

Los 59 establecimientos hoteleros abiertos en octubre cerraron con una ocupación media del 65% y del 70% el fin de semana, diez puntos porcentuales más que hace un año. Este noviembre apenas quedan 15 alojamientos que mantengan la actividad, pero el sector augura que harán el pleno durante el puente de la Purísima, periodo que concentra un buen número de acontecimientos deportivos y congresuales.

El perfil

El turista francés y el catalán de mediana edad o parejas jóvenes son mayoría durante estas fechas

"Las ocupaciones son muy variables entre semana. Podemos pasar del 0 al 100 en 24 horas”, explica Andrea Noguera, directora del hotel Santa Marta. Este hotel familiar de cinco estrellas y 76 habitaciones, ayer contaba apenas con quince habitaciones reservadas. 

Hace un par de días eran casi treinta, cifra que doblan si se alojan en él congresistas. El turismo de convenciones de empresa y congresos, que Lloret ha recuperado plenamente tras la pandemia, es uno de los colectivos que se afianzado en temporada baja en esta plaza turística.

Las ocupaciones son muy variables entre semana, podemos pasar del 0 al 100 en 24 horas

Andrea NogueraDirectora hotel Santa Marta de Lloret de Mar

El otro gran motor fuera de la temporada estival es el turismo deportivo. En 2022 recibió más de 65.000 personas vinculadas a este perfil turismo, entre deportistas y acompañantes, cifra que se prevé superar este año. 

Las perspectivas también son buenas durante las fiestas navideñas con la celebración del Campeonato de España de Selecciones Autonómicas de Balonmano, que traerá en enero a más de 4.000 deportistas.

Turistas a la salida de un hotel de Lloret de Mar, a finales de noviembre.

Pere Duran/Nord Media

“Si abriéramos más hoteles, también se llenarían”, constata la gerente de Lloret de Turisme, Elizabeth Keegan. “Hace siete u ocho años habíamos alcanzado la cifra de 10.000 plazas hoteleras activas en invierno, el doble que ahora”. 

Aunque la demanda existe, abrir ahora en invierno es más complicado que nunca por la inflación, el aumento de costes energéticos o la gestión de personal

Elizabeth KeeganGerente de Lloret Turisme

Pero varios factores han contribuido a ese descenso: la inflación, el aumento de costes energéticos, la gestión de personal y el turismo Imserso, que es cada vez menos apetecible para los hoteleros. “Aunque la demanda existe, abrir ahora en invierno es más complicado que nunca”, afirma Keegan.

En el litoral del Alt Empordà, muy dependientes del turismo francés, la ocupación ronda el 15 o 20%. “Noviembre quizás sea el mes más flojo. La competencia de los mercados navideños, una tradición muy popular y arraigada en Francia nos resta una parte de este turismo”, reconoce Miquel Gotanegra, 

A pesar de estos datos, dice que merece la pena alargar al máximo la temporada para “retener talento”. En su caso, abre nueve meses al año, de mediados de marzo a fin de año. “Hay una parte del año que nos cuesta dinero estar abiertos, pero nos compensa. Si ofrezco trabajo solo cuatro meses al año, difícilmente encontraré personal calificado; alargar temporada nos permite ofrecer una estructura laboral de mayor calidad”, admite Gotanegra, director del hotel Spa Terraza, con 81 habitaciones, y del hotel boutique 1935, ambos en Roses.

Hay una parte del año que nos cuesta dinero estar abiertos, pero compensa; alargar temporada ayuda a retener talento

Miquel GotanegraPresidente de la Associació d’Hostaleria del Alt Empordà.

En la misma línea se posiciona Andrea Noguera, del Santa Marta, situado frente a la playa de Santa Cristina, en Lloret. “El gasto fijo de la finca es muy grande, pero mantenerla con el hotel abierto se pierde menos que con el hotel cerrado”, explica. Lo tienen más fácil los hoteles pequeños o familiares que los grandes para quienes mantener la infraestructura en funcionamiento es mucho más complicado.

En la Costa Brava Centre también se nutren durante estas fechas del turismo francés y del catalán. Mayoritariamente turistas de mediana edad y parejas. “Es un colectivo que además gasta bastante más que en verano”, explica la gerente del grupo Costa Brava Centre, Judit Lloberol que cifra en un 20% los establecimientos del grupo que estan abiertos, con ocupaciones medias del 40 o 50%. 

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Muchos, como el hotel La Terrassa de Platja d’Aro abre solo los fines de semana. “La noche del viernes al sábado estamos al 50% y el sábado, llenamos”, explica Carles Ordiales, su director. Platja d’Aro, con una potente actividad comercial (sus tiendas abren los 365 días del año) y de ocio se ha convertido en un reclamo importante durante estas fechas, según subraya el presidente de los hoteleros, Lluís Moliné.