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La Generalitat frena la construcción de 15.037 viviendas en el litoral de la Costa Brava

Urbanisme

El nuevo plan que fija qué urbanizaciones podrán construirse, cuáles hay que modificar o, cuáles obtendrán permiso ha sido aprobado inicialmente

El mar de la Costa Brava forma parte del paisaje de sus pueblos.

Carlos Verdaguer / CV

El Pla Director de Urbanisme de la Generalitat ha aprobado inicialmente frenar la construcción de 15.037 viviendas en el litoral de la Costa Brava. La comisión, reunida en sesión extraordinaria este lunes, ha aprobado inicialmente el nuevo plan que fija qué urbanizaciones no pueden llevarse a cabo, cuáles hay que modificar o, finalmente, cuáles obtendrán permiso.

Así, se ha dado luz verde a la aprobación inicial de este nuevo plan de “protección de la Costa Brava”. “No se podrán hacer el 50% de las viviendas teóricas que se preveían”, ha resaltado el secretario de Hàbitat Urbà, Agustí Serra, que considera que se trata de una cifra “muy y muy importante” y sin precedentes en Catalunya o a Espanya.

El plan ha revisado un total de 202 sectores, de los cuales en 91 se prohíbe construir y el Govern obliga a revisar los proyectos en 50 sectores más. Las urbanizaciones que sí que se podrán construir tendrán que cumplir con una normativa nueva de integración paisajística “más restrictiva”.

Entre las urbanizaciones más polémicas que el plan borra definitivamente se encuentran las de Aiguafreda en Begur, Cala Morisca en Tossa de Mar o la de Cap Ras en Llançà. Urbanisme resuelve que no se pueden desclasificar, pero sí reordenar las urbanizaciones de Sa Guarda de Cadaqués o Aigua Xelida de Palafrugell, que se tendrán que adaptar a las nuevas directrices.

A principios de enero, y para ganar tiempo mientras se llevaba a aprobación el nuevo Pla Director Urbanístic (PDU) de revisión de terrenos no sostenibles en el litoral de Girona, Urbanisme implantó una primera moratoria que frenaba el otorgamiento de nuevas licencias para construir a primera línea de mar en la Costa Brava. Un mes más tarde, en febrero, la comisión aprobó una segunda moratoria que ampliaba la prohibición de sacar adelante urbanizaciones en segunda línea de mar.

El secretario de Hàbitat Urbà, Agustí Serra, ha detallado que durante este tiempo han revisado “uno por uno” y de “forma exhaustiva” 202 sectores pendientes de construir en 22 municipios de la Costa Brava que, en caso de desarrollarse completamente, suponían la construcción potencial de 30.843 viviendas nuevas. El objetivo, según Serra, era ser “ambiciosos” dentro de los márgenes legales para preservar el litoral gerundense a nivel paisajístico y medioambiental mitigando los efectos del cambio climático.

Serra ha recordado que muchos de estos planes urbanísticos provenían de un modelo constructivo “que ha tocado fondo” y que había que “corregir” porque estaban basados en crecimientos desmesurados y en urbanizaciones, sin dar continuidad a las tramas urbanas ya construidas.

El Pla Director, como ya habían avanzado cuando aprobaron las moratorias, fija tres tipos de acciones: desclasificaciones, modificaciones o mantenimiento de los proyectos que no se pueden tocar porque la tramitación ya estaba más adelantada. El plan propone que se prohíba construir en 91 sectores, que representaban la construcción de 12.840 viviendas en 981 hectáreas.

Cincuenta proyectos urbanísticos tendrán que adaptarse al nuevo plan

Además, Urbanisme obliga a modificar 50 proyectos que se tendrán que adaptar a una nueva normativa “más restrictiva” que también aprueban con el plan director y que, entre otros, obliga que las viviendas se construyan en las cotas más bajas para reducir el impacto visual, que se preserve la vegetación existente, que las construcciones sean proporcionadas o que los materiales de construcción tengan en cuenta el cromatismo del entorno por no “devaluar el paisaje”.

En estos 50 sectores, inicialmente se podrían haber construido 5.516 viviendas y Urbanisme calcula que, con las reordenaciones y adaptaciones a las nuevas directrices, se evitará que se construyan 2.197. Por lo tanto, el crecimiento potencial es de 3.319 inmuebles.

Agustí Serra ha destacado que todos los sectores que no se han podido tocar, con el plan también están sujetos a cumplir con esta normativa. Eso implica que “en la práctica”, según ha expuesto, los promotores también tendrán que modificar los proyectos para cumplir con estas directrices que buscan “preservar” la fisonomía de la Costa Brava.

Hay cinco municipios de los 22 municipios donde el nuevo plan no puede actuar porque ya tienen el planeamiento municipal adaptado en el Plan territorial parcial de las comarcas gerundenses. Son Palafrugell, Platja d’Aro, Sant Antoni de Calonge, Palamós y Castelló d’Empúries. En estos casos, Urbanisme no puede decidir qué hacer en cada sector pero Serra precisa que, igualmente, tendrán que cumplir con la nueva normativa y eso hará que, en algunos casos, se acabe reduciendo el número de viviendas previstas inicialmente.

Los casos más polémicos

El estallido de la burbuja inmobiliaria dejó en suspense durante años numerosos proyectos para construir urbanizaciones en la Costa Brava. La reactivación durante los últimos meses de algunos de estos proyectos puso en alerta entidades ecologistas de todo el litoral gerundense, que unieron esfuerzos bajo el paraguas de SOS Costa Brava. Algunos ayuntamientos también pedían al Govern soluciones para afrontar urbanizaciones que, a menudo, estaban amparadas por planes urbanísticos antiguos.

De las urbanizaciones que han levantado más polvareda, el plan director prohíbe que se levanten las de Aiguafreda en Begur (374 viviendas), Cala Morisca (122 viviendas) y Pola Giverola (30) de Tossa de Mar, la de Cap Ras de Llançà (76) y tres de los sectores del Paratge Rodors de Pals (582).

No desclasifica pero sí hace modificar los proyectos de Sa Guarda (105 viviendas previstas) o Turó d’es Calders (61) de Cadaqués, donde se mantienen la superficie afectada y el número de viviendas, pero se obliga a dejar libres de edificación las partes más elevadas y expuestas visualmente; otra parte de los Rodors-Roca Blanca de Pals (que pasa de 627 viviendas potenciales a 304) o Riera dels Molinets de Santa Cristina d’Aro (de 214 en 64).

Uno de los planes polémicos que Urbanisme no puede afectar porque es de un municipio con el plano urbanístico adaptado es la construcción de 33 chalés de lujo en Aigua Xelida de Palafrugell. Sin embargo, sí que tendrán que cumplir con las nuevas directrices y, según Serra, de facto eso implicará tener que modificar el proyecto previsto.

El plan ni desclasifica ni modifica proyectos previstos en Begur como el de Sa Riera Living, que ya está en marcha, o el de la pedrera de S’Antiga. Aparte de los sectores previstos, el plan también analizaba 13.950 solares vacantes, mayoritariamente en tramas urbanas que, según Serra, no se han podido desclasificar.