Hoy será un día “especialmente complicado en las carreteras y por eso hacemos un llamamiento para que los ciudadanos sean conscientes y hagan un ejercicio de escalonar la salida”. El conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, hizo ayer esta petición, que acompañó de una petición a la prudencia en el uso de material pirotécnico, durante la presentación del dispositivo especial para la verbena de Sant Joan de esta próxima noche.
El Govern ha depositado toda su confianza en el comportamiento de la población para que esta festividad que se prevé multitudinaria después de dos años de excepcionalidad no se convierta en una auténtica pesadilla. Para minimizar los efectos de la previsible marabunta, el de este año será el mayor dispositivo de la historia en la noche de Sant Joan, según cifras de Interior. Un total de 4.545 mossos trabajarán en el dispositivo ordinario mientras que otros 2.393 los harán en los controles específicos para este momento tan señalado.
Las noches de verbena no suelen ser origen de grandes incendios forestales pero sí de muchos conatos
Interior espera poder minimizar las retenciones de la operación salida –la previsión es que 450.000 vehículos salgan del área de Barcelona entre las tres de esta tarde y la misma hora del viernes– aplicando una serie de medidas. Ese primer puente de verano, aprovechando que Sant Joan cae en viernes, ha animado a muchos a preparar la maleta del fin de semana largo.
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Entre esas medidas puntuales para paliar las colas, el conseller Elena explicó, por ejemplo, que hoy se habilitarán dos grúas en dos tramos de la AP-7 para poder socorrer los vehículos averiados o protagonistas de una colisión con la máxima rapidez, minimizando las retenciones que generan. Las grúas se situarán en dos puntos estratégicos de la autopista, en la Roca del Vallès, para cubrir el tramo norte de la AP-7, y en Martorell, para ocuparse del sector sur.
La previsión es que 450.000 vehículos salgan del área de Barcelona a partir de las tres de esta tarde
Otra medida para tratar de evitar que la AP-7 vuelva a convertirse un ratonera afectará a los camiones. En el tramo central de la AP-7, entre los dos antiguos peajes de la Roca y de Martorell, tendrán que circular a 80 km/h, hacerlo solo por el carril de la derecha y tendrán totalmente prohibido realizar adelantamientos. La infracción de estas normas será castigada con una multa de 500 euros. Pensando también en los camioneros se habilitarán zonas de descanso en las antiguas playas de las vías de peajes.
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El domingo será con toda seguridad otro día complicado desde el punto de vista de la movilidad. Para mejorar la gestión de la operación retorno se instalará un total de 100 kilómetros de carriles adicionales en sentido contrario al habitual. Esta medida se aplicará en la AP-7 norte, entre Sant Celoni y Montornès del Vallès; la AP-7/B-23, entre Vilafranca del Penedès y Molins de Rei; la C-32 norte, entre Sant Andreu de Llavaneres
y Montgat, y la C-32 sur, entre Gavà y Cornellà de Llobregat. Habida cuenta de la gran cantidad de desplazamientos internos que se esperan para este largo fin de semana, también habrá medidas especiales en carreteras de la Costa Brava (C-31, C-65 y la GI-662), en la N-II en Tordera, en la N-340 en el Vendrell, en la C-14/N-240 en Montblanc, y en el carril bus-Vao de la C-58, que se abrirá a todos los vehículos.
Trànsit instala 100 km de carriles adicionales en sentido contrario al habitual y dos grúas para agilizar rescates
La prevención de accidentes incluirá, tanto en las vías de máxima circulación y en algunas secundarias, un total de 1.031 controles, entre los que destacan por el número los 308 de alcoholemia y drogas, los 200 de distracciones al volante, los 147 de velocidad y los 141 de motocicletas.
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La hemeroteca es testigo de que la noche de Sant Joan, pese a las previsiones casi apocalípticas con las que se gestionan sus dispositivos de prevención, acostumbran a desarrollarse con bastante normalidad. Más allá de la movilidad, que no se salvará de las retenciones ante las ganas generalizadas que hay de escapada larga, en materia de incendio forestal los pequeños conatos de fuego son muchos pero nunca han desembocado en un gran incendio. La gran mayoría de los Bombers de la Generalitat y Bomberos de Barcelona tienen que ver esa madrugada con fuegos en contenedores, papeleras y algún arbusto o parterre urbano; sin olvidar los cohetes voladores que se cuelan en las casas vacías de los inquilinos que dejaron las ventanas abiertas y el fuego les incendió las cortinas.
Agents Rurals logra la prohibición de lanzar al aire farolillos con velas ante el alto riesgo que suponen
La normalidad de las temperaturas, más acordes para la época en los últimos días, con algunas pequeñas lluvias en las últimas horas y la subida de los porcentajes de humidad, han dado un respiro a los bosques y en la misma proporción a los Bombers. Tras una semana crítica por la ola de calor y el fenómeno de la tormenta eléctrica seca que provocó una cifra prácticamente insostenible de incendios forestales, los servicios de extinción, Bombers y Agents Rurals, afrontan Sant Joan en alerta, pero más tranquilos.
La prohibición para manipular todo tipo de pirotecnia a 500 metros de cualquier vegetación se mantiene y estos días cada ayuntamiento ha reforzado sus campañas para recordarlo a la población. Además este año, Interior hace suya una petición de Agents Rurals, que han visto cómo la proliferación de echar a volar farolillos con velas dentro se estaban literalmente yendo de las manos. “Uno los echa a volar, se queda boquiabierto con la escena, pide tres deseos y con un golpe de viento, el artilugio se pierde y cae en el peor de los sitios. Como ya nos ha pasado y la moda va a más, mejor frenarlo en seco”, indica un responsable de Agents Rurals.
Desde el 2016, se han producido 91 incendios forestales en Catalunya que tuvieron su origen en la pirotecnia y que quemaron una superficie de 152 hectáreas. El más grave ocurrió la noche de Sant Joan de ese mismo 2016 cuando un menor de 13 años lanzó un petardo que provocó un incendio que quemo 102 hectáreas en Vallbona de les Monges, en el Urgell.
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