Badalona quiere evitar que el mar vuelva a engullir sus playas
Problema costero
Según Ayuntamiento, la costa badalonesa ha perdido de 30 a 50 metros en las últimas dos décadas, lo que pone en peligro el colector de Llevant, una canalización de aguas residuales
A principios de 2017, uno de los temporales más fuertes que se recuerdan en Badalona le dio un buen susto a toda la ciudad. Fuertes corrientes y olas de más de 5 metros golpearon la costa y crearon algunos desperfectos importantes. Los más mediáticos y que más interrumpieron la vida diaria de vecinos y vecinas fueron los del Pont del Petroli, que estuvo muchos meses cerrado debido a una compleja reparación estructural. Pero el más problemático en términos ambientales fue la fractura del colector de Llevant en la playa de la Mora, cerca del ámbito de las Tres Chimeneas, en la frontera con Sant Adrià.
Desaparecida la playa y maltrecho el rompeolas, el temporal acometió contra la infraestructura, que discurre en paralelo al mar y canaliza las aguas residuales de casi todo el Barcelonès Nord hacia la depuradora del Besòs. Durante horas, se vertieron líquidos tóxicos al mar, por lo que el incidente hizo movilizar rápidamente a distintas administraciones, más allá del Ayuntamiento, para hacer una reparación y un desvío provisional exprés. El accidente dejó claro el peligro de que el importante colector quede al descubierto, y planteó un problema más serio que el turístico o estético si los arenales de Badalona retroceden, como está sucediendo en buena parte de la costa catalana.
En un año
Un 25% menos de superficie de las playas del AMB
“La superficie de playas del AMB ha pasado de 2,2 millones de metros cuadrados a 1,7 millones, este 2018. Hemos perdido un 25% de superficie total, y, si hablamos de playa libre, aquella que los usuarios utilizan de forma real, la reducción se acerca al 35%”, avisa el jefe de playas del Área Metropolitana de Barcelona, Dani Palacios. El Barcelonés y el sur del Maresme, apuntan desde el AMB, son los sectores que más están sufriendo este fenómeno, Montgat y Badalona especialmente. “En Badalona ha desaparecido la playa de la Mora y el resto son cada vez más estrechas y con mayores pendientes. El colector ha sufrido graves daños en dos puntos distintos el 2017 y 2018”, detalla Palacios.
El Ayuntamiento no dispone de datos exactos, pero desde Medio Ambiente sostienen que se podría hablar de entre 30 y 50 metros de pérdida de playa en los últimos 20 años, dependiendo del tramo. “Y suerte de las regeneraciones del Maresme, que acaban llegando a Badalona. Eso nos ha ayudado a mantener cierta amplitud, pero la realidad es que la erosión y la pérdida de arena son uno de los grandes problemas de nuestro litoral”, destaca el jefe del departamento, Gregori Muñoz, quién cree que esto es un reto que hay que afrontar de manera conjunta, en vez de que cada municipio libre una batalla por su cuenta.
“Pedimos al AMB que se hiciera una comisión de los ayuntamientos metropolitanos del norte, para elaborar un programa de estabilización de playas. A largo plazo, deberían entrar diversas administraciones”, considera Muñoz. Las labores deberán corresponderse a cada tramo, argumenta, porque técnicamente las soluciones serán distintas en función de la zona. Y si no se ejecutan de manera global por fases, augura, todo lo que se haga supondrá “tapar agujeros”.
Más allá de hipotéticas soluciones, el colector se sitúa en el centro de las preocupaciones de la administración local, que hace pocos meses tuvo que afrontar un nuevo contratiempo relacionado con la infraestructura. Un nuevo temporal se comió la arena en parte de la costa e hizo mella ante el Club Natació Badalona, donde el colector volvió a quedar al descubierto, y descalzado. El Consistorio tuvo que tomar cartas en el asunto con celeridad para evitar que el episodio de la Mora se reprodujese y se construyó un rompeolas, se protegió el colector y, en última instancia, se desplazó unos metros hacia el interior. “En los 80, cuando se instaló, había mucha más anchura de playa y no había ningún problema. Pero ahora, en algunos tramos, queda al descubierto”, lamenta Gregori Muñoz.
Es por eso que Badalona trabaja en vistas a llevar a cabo un desplazamiento de la infraestructura, para evitar más sustos similares en años venideros, para cuando la previsión del retroceso de las playas empeore todavía más.
“Estamos trabajando con el AMB un proyecto de alternativas para el desvío, para que quede fuera de la posible afectación de los temporales”, subraya el jefe de Medio Ambiente. No obstante, el tramo sobre el que se trabaja, en pleno centro de la ciudad, en el área de influencia de la estación de Renfe, no pone las cosas nada fáciles.
La obra afectaría a una zona en la que hay vías de tren, pasos a nivel, canalizaciones principales de suministros y edificios a pie de playa. Unos trabajos costosos y complejos que Badalona tendrá que afrontar tarde o temprano, de la mano del AMB, a quién, apunta el Ayuntamiento, ya han pedido la elaboración de un proyecto ejecutivo.