El Delta necesita más comunicaciones
El Ministerio de Transportes y Ferrocarrils de la Generalitat estudian ampliar sus redes ferroviarias en el delta del Llobregat, una zona, además, con déficits de comunicación interna. La infraestructura más importante en el sector es el aeropuerto de El Prat, bien comunicado con Barcelona, pero no con el resto de poblaciones del Delta, especialmente con las del litoral, como Gavà y Viladecans. En su momento, se decidirá cuál de las dos opciones en estudio, la del ministerio o la de Ferrocarrils, se llevará a cabo, pero también será necesario planificar en un futuro otros medios de transporte, como una red de tranvía, que solucionen las interconexiones dentro del área.
Las cifras son contundentes. Las poblaciones del Delta suman unos 350.000 habitantes. Las empresas de la zona cuentan con 50.000 trabajadores, sin contar con los 25.000 del aeropuerto, a los que habría de añadir otros empleados externos,, pero estrechamente vinculados, como taxistas y otros operadores de transporte. También hay que tener en cuenta que están planificados unos dos millones de metros cuadrados para futuras actividades económicas en Gavà y Viladecans, así como unas 4.000 nuevas viviendas.
Es urgente planificar una ampliación de los servicios de transporte en una zona con tanto potencial
El potencial del Delta en los próximos años será muy significativo, por lo que es urgente planificar también una ampliación de los servicios de transporte. Los dos citados proyectos ferroviarios tienen como objetivo mejorar la conexión entre Castelldefels y Barcelona. El estudio de la alternativa del ministerio se contrató en octubre del 2022 y contempla una nueva entrada de la línea R2, la de la costa, que daría servicio a Gavà, Viladecans y Sant Boi. De este modo, se doblaría la oferta ferroviaria ya existente en estas poblaciones. La opción de Ferrocarrils todavía está en estudio y tiene uno de sus puntos fuertes en una variante con parada en el centro de Sant Boi –la actual línea Llobregat-Anoia tiene un trazado periférico respecto a esta ciudad– y una prolongación hasta Castelldefels.
Excursionistas en el espacio natural del Delta del Llobregat.
Todo lo anterior es más que suficiente para que el conjunto del Delta tenga una planificación ambiciosa que, dado el carácter de espacio natural de la zona, sea además absolutamente respetuosa con el medio ambiente. Sin embargo, los criterios proteccionistas no pueden ser blandidos continuamente como freno a cualquier avance. Este país cuenta con profesionales altamente cualificados capaces de hacerlo compatible.
La alternativa sería mover el aeropuerto y las ciudades y devolver su suelo a la naturaleza. Puede que sea una utopía para algunos, pero irrealizable. Cuando hace un siglo se ubicó el primer campo de aviación en el delta del Llobregat, aun sin entonces saberlo, se hipotecaba para siempre la zona para el desarrollo de la actividad aeroportuaria. Y esto ya no se puede cambiar.
Hay que tomar decisiones ya, no solo en la ampliación del aeropuerto, sino también en la mejora de las comunicaciones del Delta.