180 personas fallecieron en 165 accidentes mortales registrados el año pasado en la red viaria catalana, lo que supone un 21% menos de víctimas mortales que en el 2023 y una reducción del 26% si se compara con el 2019, antes de la pandemia. Una tendencia positiva aunque todavía queda lejos el difícil objetivo europeo de disminuir a cero las víctimas mortales en las carreteras en el 2050. Para bajar estas cifras, el Servei Català de Trànsit (SCT) de la Generalitat ha anunciado hoy una batería de medidas para este 2025. Una de las actuaciones por la que apuesta es la Inteligencia Artificial (IA).
El director del SCT, Ramon Lamiel, ha explicado que se está trabajando con la Universitat Politècnica de Catalunya para crear un motor propio de IA para predecir el riesgo de accidente, en concreto en un tramo de unos cien kilómetros de la AP-7, entre las localidades de El Vendrell y Granollers. “Ahora se está trabajando en las predicciones de intensidad y velocidad, con un acierto del 95%, si al motor se le añaden otras variables, como la geometría de la vía, la orografía, unas fechas determinadas…creemos que seremos capaces de predecir este riego de siniestro y poder comunicarlo adecuadamente a los conductores”, ha detallado Lamiel, acompañado de la comisaria general de movilidad de los Mossos d’Esquadra, Mònica Luis.
Los nuevos radares móviles de remolque, conocidos popularmente como 'carroradares' ya multan en dos carreteras catalanas
Otra de las iniciativas para frenar los accidentes será la incorporación de seis nuevos carroradares, previstos a lo largo de este 2025 para controlar 150 puntos con alta siniestralidad y que se sumarán a los cuatro ya existentes en funcionamiento. Estos dispositivos comparten las características de un radar fijo pero se pueden mover por distintas zonas al estar colocados en una especie de un pequeño remolque. Los cuatro carroradares instalados en el último trimestre del año pasado han controlado la velocidad de alrededor de 1,2 millones de vehículos, de los que 110.000 vehículos han sido multados. El plan estratégico de seguridad viario 2024-2026 contempla disponer de un total 25 cinemótretos de este tipo hasta el próximo año.
Las acciones también pondrán el foco sobre los vehículos pesados, tanto en los camiones como los en los autocares. Por ello, habrá controles especialmente en la C-32 y la C-33, vías que enlazan con la AP-7, donde el año pasado murieron seis personas, de las que cuatro eran conductores de camión y dos fueron atropelladas.
Por otro lado, se espera empezar las obras este 2025 para instalar un sistema de velocidad variable en la C-58, algo que los conductores no verán hasta finales de este año o el próximo. Además, se intensificarán los controles de los Mossos por las tardes y los fines de semana, momentos en los que se dan más accidentes con víctimas mortales.
Uno de los colectivos que más preocupa y ocupa a las autoridades son los motoristas. El año pasado perdieron la vida 47 moteros en la red viaria interurbana catalana. En este sentido, el SCT ha hablado con el Departament de Territori sobre la opción de que las motos puedan circular por el carril bus de la B-23, una vez acabadas las obras. Tras hacer balance de la siniestralidad del año pasado y analizar las cifras, el director de SCT quiso lanzar un mensaje en el que indicó que en la seguridad vial es vital no bajar la guardia.
Refuerzo formativo para las furgonetas
Por tipo de vehículos, las autoridades alertan del repunte de la siniestralidad de las furgonetas. 13 personas que viajaban en este medio de transporte fallecieron en la red viaria interurbana en Catalunya, mientras que en 2023 solo se contabilizó una víctima y nueve en el 2019. Por este motivo, el SCT realizará un refuerzo formativo para los conductores de furgonetas en cursos de recuperación de puntos de permiso. Por otro lado, se fomentará la información viaria en los centros de reconocimiento para las personas mayores de 65 años cuando vayan a renovar su permiso de conducir. La franja de edad con un mayor incremento en comparación con el 2023 es la de entre 65 y 74 años, con 17 víctimas, un 89% más.
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