El Gobierno aprobará en el Consejo de Ministros del lunes una prórroga de las bonificaciones a mitad de precio de los abonos de viajes ilimitados en el transporte público para los próximos seis meses. La Generalitat, en cambio, ha querido ir más lejos y mantendrá los descuentos vigentes durante todo el año en la T-Usual y la T-Jove.
La medida continuista con el escenario actual se ha dado a conocer sin esperar la letra pequeña de las ayudas determinadas por el Ministerio de Transportes. Si se mantiene el mismo criterio que hasta ahora, el Gobierno aportará un 30% del descuento y el 20% restante irá a cargo de la Generalitat. Esta medida ha costado 222 millones de euros a las arcas autonómicas en el 2024 y se prevé para el próximo ejercicio una cifra similar, aunque irá al alza si siguen aumentando los usuarios como ha venido sucediendo en los últimos meses.
La prórroga de la medida le costará a la Generalitat más de los 222 millones del 2024 si el Ministerio retira las ayudas en junio
En el caso de que a mediados de año el Ministerio de Óscar Puente modifique su política de bonificaciones, el ejecutivo de Salvador Illa se compromete no solo a mantener su 20%, si no también a asumir el 30% que dejaría de cubrir el Gobierno. Es un escenario posible ya que el Ministerio de Transportes quiere avanzar hacia ayudas con criterios sociales o de renta en lugar de lineales y universales.
De hecho, es una postura compartida por el secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, que hace un mes decía que "sería mejor destinar el dinero a incrementar servicios que lo necesitan en lugar de bonificar la mitad del billete como hasta ahora”. Si la aportación llegada desde Madrid se reduce, el coste de la medida para la Generalitat se disparará e incluso podría hipotecar algunas inversiones en transporte público.
La prórroga de las bonificaciones se ha anunciado este sábado por sorpresa a través de un escueto comunicado del departamento de Economía como fruto de un acuerdo entre el Govern y el grupo parlamentario de los comunes. Lo cierto es que dicho acuerdo es irrelevante a efectos prácticos ya que la decisión de las tarifas en Catalunya es un debate que se ciñe al consejo de administración de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), donde están representados la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), todas ellas en manos socialistas y sin depender de ninguna votación externa.
El mantenimiento de las bonificaciones no exime de una posible subida del precio
El mantenimiento de las bonificaciones, aún así, mantiene abierta la incógnita del precio final del transporte público en el 2025, ya que aún está por ver si se congelarán las tarifas o se actualizarán de algún modo, como se hizo el año pasado, cuando la T-Usual siguió al 50% pero su precio subió un 6,75% y pasó de los 20 euros redondos a 21,35. Esta cuestión se resolverá en el consejo extraordinario de la ATM que se celebrará antes de final de año.
En el caso de introducir alguna modificación en las tarifas, ya sea en la T-Usual o en la T-Casual –la cual perdió las bonificaciones en el 2023–, pasarán a estar vigentes una vez ya empezado el 2025 porque la proximidad al 1 de enero hace inviable a nivel técnico adaptar la maquinaria de los distintos operadores. Ya sucedió el año pasado, cuando las tarifas no se aprobaron hasta el 29 de diciembre y entraron en vigor el 15 de enero, lo que a su vez prolongó el tiempo de uso de los billetes comprados con anterioridad.