La regata preliminar de Barcelona ha supuesto un estreno con todo, perfecto para mostrar el espectáculo de la Copa del América actual y para que los espectadores se acerquen un poco más a la competición que protagonizará un show único durante los dos próximos meses en el litoral de la capital catalana. La clave fundamental de las regatas, el viento, no faltó a la cita de presentación. Unos 12 nudos del típico viento térmico de la costa que hicieron alcanzar a los veleros velocidades de entre 40 y 50 nudos (74-92 km/h), lo que muestra la dimensión en la que ha entrado el mundo de la vela para convertirse en un deporte sumamente atractivo también para quienes hasta ahora quizá no le prestaban atención.
El equipo francés y el suizo, en plena regata
Es natural, además, que sea la Copa del América el emblema de esta revolución tecnológica en busca de velocidades inimaginables. El trofeo deportivo más antiguo de cuantos se disputan en el mundo ha querido ser siempre el no va más en el desarrollo y la evolución de los veleros. Ayer, precisamente, se cumplían 173 años de la victoria de la goleta America en la regata alrededor de la isla de Wight, que abrió la leyenda. Desde entonces, los mejores regatistas y los mejores diseñadores navales han protagonizado las 36 ediciones anteriores de la competición. En la actual, los superordenadores, la inteligencia artificial y los simuladores que reproducen la realidad hasta extremos asombrosos han dado un protagonismo sobresaliente a la tecnología en los barcos, por más que el factor humano siga siendo esencial a la hora de pilotar o de tomar decisiones.
Las cuatro pruebas de ayer sirvieron también para entender cómo se desarrollan los enfrentamientos match race (barco contra barco). Desde la buena salida de Alinghi en la primera prueba, que ya estableció su ventaja sobre Orient Express , hasta la mayor igualdad entre American Magic e Ineos en la tercera, resuelta poco a poco a favor del velero del New York Yacht Club. Y quedó de manifiesto lo que supone sufrir un problema técnico, como el de Luna Rossa en la segunda regata, o una falta de concentración, traducida en dos penalizaciones para Orient Express en la cuarta, que se traduce directamente en que ya no hay disputa con los rivales.
De este estreno amistoso, que todavía no puntúa en la competición, hay que quedarse con esos detalles. Y, desde luego, con el magnífico campo de regatas que ha montado Barcelona. Como señala Ben Ainslie, prestigioso patrón del Ineos Britannia , esta podría ser una de las mejores ediciones de la Copa del América. Eso también sería hacer historia.
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Así se viven las regatas desde la Fan Zone de la Barceloneta
