Hay detalles que dan cuenta del progreso de las sociedades. Los que tienen que ver con facilitar las cosas a las personas que les cuesta moverse son una de las manifestaciones más claras, especialmente en las ciudades. Lo que se puede hacer en este campo es amplísimo. Un ejemplo que llama la atención son los reposabrazos que se han instalado en dos estaciones del metro de Barcelona (Universitat y La Sagrera). Además de la respuesta que tratan de dar a un problema, tienen como particularidad que han sido diseñados por estudiantes universitarios. También es relevante que se han construido con materiales reciclados –tubos de acero inoxidable de autobuses retirados–, impulsando procesos de economía circular, otra cuestión que ilustra el avance social antes citado.
La experiencia, que arrancó en septiembre del 2021, es fruto de la colaboración del área de innovación y el servicio de accesibilidad de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Elisava –la Faculdad de Diseño e Ingeniería de la UVic-UCC, con sede en La Rambla de Barcelona–, que ha aportado un equipo de nueve estudiantes tutorizados por dos profesores, y Barcelona centre de Disseny (BcD), que entre otras funciones ha hecho el control de calidad. El resultado son unos prototipos que durante seis meses se someterán a la valoración de los usuarios del metro y que, si es positiva, se industrializarán para poderlos poner en toda la red. Las opiniones pueden enviarse vía web mediante los códigos QR que hay junto a las piezas o a encuestadores que estarán en las estaciones.
Una viajera prueba el prototipo
Los prototipos han sido desarrollados por alumnos de Elisava y supervisados por Barcelona centre de Disseny (BcD)
“Estos reposabrazos están pensados para personas que pueden sentirse inseguras al sentarse o levantarse y necesitan un punto de apoyo”, explica Pau Redó, uno de los participantes en esta experiencia, que cuando se llevó a cabo estaba en tercer curso del grado de Ingeniería de Diseño Industrial. Para él, lo más complejo del proceso ha sido “tener en cuenta todas las necesidades de los usuarios, que se dan por supuesto, pero también de las personas que se ocupan de instalarlas, para que sea fácil, del mantenimiento, las del personal limpieza, por eso las piezas no tienen ángulos, y todos los requerimientos técnicos de TMB, que son muchos”.
Otro de los estudiantes que ha participado en el proyecto, Ander Antelo, estaba en cuarto curso del grado de Diseño y ahora, ya graduado, trabaja en una empresa de ese mismo ámbito en Madrid. Él abunda en la cantidad de personas que tienen dificultades para moverse y que son las destinatarias finales de esta iniciativa. “Son muchas más de las que creemos y lo más difícil es llegar a todas ya que estos reposabrazos están pensados, por ejemplo, para personas que tienen problemas de espalda o que se han roto una pierna”. Ander se ha ocupado de la comunicación del producto, un aspecto importante, destaca, “porque no se trata sólo de crearlo, también de explicar a quién se dirige y para qué sirve, cómo se utiliza”.
Los prototipos son universales y pueden adaptarse a todos los bancos de la red de metro de TMB. Para evitar su deterioro y protegerse del vandalismo, están hechos con tubos de acero de calibre 30. Son no porosos (antigrafiti) y no transmiten corrientes erráticas. El perfil es redondo, para mayor comodidad del usuario, y la superficie es rugosa, lo que ayuda a que se agarren mejor. El diseño tiene en cuenta la ergonomía de la mano. Las piezas se han colocado en los bancos que quedan alineados con las puertas de los vagones adaptados a viajeros con movilidad reducida.
Asientos isquiáticos en pruebas
TMB también prueba unos asientos que favorecen el descanso lumbar
A la vez que los reposabrazos, TMB ha puesto en marcha otro proyecto piloto de asientos isquiáticos que permiten estar de pie, pero apoyarse en ellos para el reposo lumbar de los viajeros durante las esperas en las estaciones del metro. También se enmarcan en el fomento de la economía circular de tal modo que se han fabricado a partir de materiales reciclados, en este caso de barras y chapas del interior de autobuses en desuso de la compañía. Se han realizado un total de ocho prototipos con dos diseños distintos para alturas diferenciadas.
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