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La mitad de los accidentes en bici tienen lugar en cruces

movilidad

La tasa de siniestros con ciclistas involucrados se ha mantenido estable durante la última década pese al aumento del uso de la bici en la ciudad

Carreteras metropolitanas como la Laureà Miró en Esplugues y Sant Just han incorporado carriles bici en los últimos años

Mané Espinosa

Las intersecciones son los principales puntos negros de la accidentalidad en bicicleta. Más de la mitad de los accidentes con heridos –concretamente, el 54%– tienen lugar allí donde se juntan dos calles, tanto en Barcelona como en las ciudades de su entorno. En un porcentaje prácticamente idéntico, la mitad de los ciclistas accidentados se deben a siniestros con turismos implicados. Le siguen, con un 11%, las motos.

El peligro en los cruces y con los coches son dos percepciones generalizadas de las que es consciente todo aquel que se mueva en bicicleta, pero ahora queda constatado con datos concretos en un pormenorizado estudio elaborado por el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (Iermb) tras analizar los 7.577 accidentes de bici registrados por el Servei Català de Trànsit desde el 2010 en los 36 municipios de la región. 

Un informe del Àrea Metropolitana de Barcelona sitúa en un mapa todos los puntos negros de la red viaria

Todos los datos han sido volcados en un mapa virtual en el que sobresalen las zonas más calientes en las grandes avenidas como la Gran Via y la Diagonal junto a numerosos cruces del Eixample, los auténticos puntos negros de la capital, donde se concentran arrollamientos y embestidas de coches y motos a las bicis, incluso en los lugares donde están pintadas las alfombras rojas que se extienden para reforzar el mensaje de que la prioridad en el cruce es para el ciclista que sigue recto por el carril bici.

El trabajo estadístico quiere ser utilizado por el AMB para definir sus actuaciones. “Los resultados nos deben ayudar a la hora de diseñar y construir infraestructura pedaleable”, asegura el vicepresidente de Movilidad, Antoni Poveda. Con los datos de accidentalidad en la mano, ahora empieza una etapa de análisis para priorizar la construcción y mejora en los puntos negros, así como para concluir las conexiones seguras que siguen pendientes entre municipios. Este aspecto es fundamental para ganar seguridad en las zonas más alejadas del continuo urbano de la gran Barcelona. 

Los accidentes más graves se dan en vías interurbanas

Aunque la práctica totalidad de los accidentes, el 94%, tienen lugar en el ámbito urbano, es en el 6% restante que se da en vías interurbanas, sobre todo de la segunda corona metropolitana, donde acostumbran a resultar heridos graves. “Es uno de los retos importantes, se debe acelerar la construcción de carriles para favorecer el uso y, a la vez, dar más seguridad”, reconoce Poveda.

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El análisis de un periodo de tiempo tan largo permite observar como la bicicleta ha ido ganando peso como opción de movilidad cotidiana. Según este informe, lo ha hecho hasta un 77% en la última década. En una evolución más o menos paralela, ha crecido el número de accidentes, pasando de los menos de 500 en el 2010 a los cerca de 900 en el 2017. Pese a ello, en todo este tiempo la tasa de accidentalidad se mantiene alrededor de 30 por cada 10.000 desplazamientos. Las bicicletas siguen siendo el modo de transporte con menos siniestros en una negra clasificación que lideran las motocicletas de manera destacada, con más de 7.000 motoristas accidentados por año.