Barcelona ha concretado cómo quiere ser en los próximos diez años. El Ayuntamiento dio a conocer ayer el informe de la Agenda 2030 de la ciudad que recoge las iniciativas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marcan las Naciones Unidas. El trabajo se inició antes de la emergencia sanitaria, por lo que ha obligado a adaptar la hoja de ruta a la realidad actual. “Esta pandemia es una prueba de estrés de la validez y la necesidad urgente de implantar esta Agenda 2030”, destacó ayer en rueda de prensa la tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet.
La elaboración del documento se ha realizado mediante un trabajo en red a través de una comisión formada por los diferentes gerentes municipales y ha contado con el asesoramiento de un consejo compuesto por una treintena de expertos del ámbito académico, además de realizarse un proceso participativo ciudadano.
El Ayuntamiento presentará en el pleno de este viernes el informe la Agenda 2030 de Barcelona
El siguiente paso será llevar a cabo una evaluación del proceso e impulsar una mesa en la que participen diferentes agentes de la ciudad. Para conseguir los objetivos de la Agenda 2030, Bonet apeló a la colaboración de las distintas administraciones, de entidades y del sector privado.
En cuanto al presupuesto, se irá definiendo en función de las políticas concretas diseñadas que se incluirán en el Plan de Acción Municipal (PAM), el Plan de Inversiones Municipal (PIM) y los presupuestos municipales anuales.
Por su parte, Miquel Rodríguez, el comisionado de la Agenda 2030 Barcelona, explicó que de las 169 metas marcadas por Naciones Unidas, Barcelona asumirá 139. “Supone un 82% de todos los objetivos. Normalmente las administraciones locales adaptan alrededor de un 60%”, señaló Rodríguez.
El informe se presentará este viernes en el pleno y también se pone en marcha una campaña de comunicación para dar a conocer esta iniciativa a la ciudadanía. Los objetivos abarcan aspectos sociales, ambientales y económicos que se ajustan a la realidad de la ciudad. Entre los futuros retos para cumplir en diez años destacan situar la tasa del paro por debajo de las 70.000 personas, lograr que el 50% o más de la energía eléctrica consumida sea de origen renovable y reducir a menos del 15% las personas en riesgo de pobreza o exclusión.