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La organización de la Mercè se muestra satisfecha, pese a que muchas plazas de público reservadas finalmente han quedado vacías

Fiesta mayor de Barcelona

El piromusical, que en esta edición consta de cuatro castillos de fuego que se lanzarán desde cuatro extremos de la ciudad, pone esta noche punto final a una atípica fiesta

Escaso público en un espectáculo del castillo de Montjuïc este domingo en el que se pasó un poco de frío

Ana Jiménez

La Mercè más extraña de todas, marcada por la pandemia, que ha obligado a programar pequeños actos con aforo reducido y reserva previa, diseminados por toda la ciudad, en la edición más descentralizada de la historia, dice este domingo adiós con el piromusical, que comienza a las diez la noche. El tradicional espectáculo de fuego y música también será distinto, con cuatro castillos lanzados en los extremos de la ciudad, diseñado para verse desde casa, en balcones o azoteas, o por televisión. La norma ha sido celebrar la fiesta, con atención especial a la oferta cultural, evitando aglomeraciones.

El resultado ha sido satisfactorio, según el primer balance realizado esta tarde por el teniente de alcalde de Cultura, Joan Subirats, antes de la celebración del piromusical. El edil ha destacado que prácticamente todas las entradas, unas cien mil en total, todas gratuitas –48.000 para espectáculos musicales, más de 45.000 de artes de calle y 5.000 de cultura tradicional– se agotaron. Pero no todo el público acudió. “Es cierto que ha habido una cierta dosis de absentismo –ha reconocido–. Gente que no siguió la recomendación, que al final no ha venido y no anuló la reserva”.

Absentismo

En los dos primeros días de la fiesta, con casi todas las localidades agotadas, la ocupación fue del 60%

Los dos primeros días –el jueves y el sábado– se ocuparon dos de cada tres plazas, alrededor del 60%. Pero, ha insistido Subirats, “estamos contentos, es la primera vez que lo hacemos y es una buena prueba de cara a futuros eventos”. Así, ha avanzado que el mismo sistema se aplicará en la Bienal de Pensament, este octubre.

El seguimiento de las fiestas por televisión también ha sido notable, 250.000 telespectadores el jueves y 270.000 el sábado. El pregón de Tortell Poltrona lo vieron 43.000 personas; el recital de Maria del Mar Bonet, 70.000 y la actuación de Sabor de Gràcia, 67.000. Betevé ha emitido 30 horas en directo.

“En los últimos años se ha querido acercar la fiesta a los barrios– ha destacado también Subirats– y este ha llegado a Ciutat Meridiana, a la Model, al Park Guell, a la Casa de l’Aigua de Trinitat Nova, al Parc dels Drets Humans en la Marina, al Camp Nou... Y a interiores de manzana. Esto puede tener continuidad”.

Muestra de cultura popular este domingo en el Park Güell, un nuevo espacio ganado este año para la Mercè

Ana Jiménez

Otro elemento clave es la demostración de que en plena epidemia y con preocupantes datos de propagación del virus, sólo se tuvieron que anular tres de los 371 espectáculos programados. Y no porque algún participante estuviese infectado, ha asegurado el concejal, sino porque estuvo en contacto con alguna persona positiva. “La cultura es segura –ha enfatizado el teniente de alcalde–; hemos hecho todo lo posible para que la presencialidad y la prevención se pudiesen mantener”.

En suma –y a la espera de una valoración más completa–, satisfacción en la organización. “Ha sido una Mercè sin llenar las calles, pero la queríamos hacer y la hemos hecho”, ha señalado Subirats. “Y los artistas –ha destacado– han podido trabajar estos días; hemos tenido 150 grupos y compañías de la escena local”. En este sentido, el edil ha recordado un cartel del campo de fútbol de Ciutat Meridiana con el lema, seguramente del club que allí juega, Con fe, garra e ilusión. “Esto es lo que hemos querido para esta atípica fiesta”, ha sentenciado.

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