Loading...

La relación de Colau y Torra se encona por Barrera

Municipal

La alcaldesa abre la posibilidad de fijar criterios sobre los reconocimientos municipales para evitar su politización

Heribert Barrera, en la Rambla, en el año 2001, increpado por sus opiniones respecto a la inmigración

Àlex Garcia / ARCHIVO

En los partidos del Govern de la Generalitat no gustó que el pleno del Ayuntamiento aprobara el miércoles, con los votos a favor de BComú, PSC, PP y Barcelona pel Canvi (autor de la propuesta), iniciar los trámites para revisar y previsiblemente retirar la Medalla de Oro de la ciudad al desaparecido dirigente de ERC, Heribert Barrera, por “su pensamiento profundamente racista y xenófobo”. Pero en el gobierno sociocomún también han irritado no sólo los ataques contra la medida y contra quienes la suscribieron, protagonizados por dirigentes independentistas, sino que el president Quim Torra haya entrado de lleno en la polémica llegando a asegurar en redes sociales que con esta decisión la capital catalana “se empequeñece” y es “provinciana y mezquina”. La relación entre los dos máximos dirigentes vecinos de la plaza Sant Jaume no ha brillado nunca por su complicidad, pero ayer en el lado de la Casa Gran ya había quien hablaba abiertamente de deslealtad.

Aunque el primer teniente de alcalde Jaume Collboni no dudó en comparar a Torra con Trump en una entrevista en Ràdio 4, la alcaldesa Ada Colau, en TV3, no quiso abundar en la polémica, si bien no dudó en defender la postura de los comunes de retirar la medalla concedida en el 2012, de manera póstuma, al que fuera el primer presidente del Parlament tras la restauración de la Generalitat. “Sus declaraciones racistas no fueron declaraciones aisladas”, insistió la alcaldesa, que no entró en valorar que Torra expresara una “vergüenza inmensa” por quienes votaron a favor de revisar la medalla a Barrera. El malestar se queda de puertas adentro, pero encona unas relaciones que nunca fuero buenas (siempre ha habido mejor relación con el vicepresident Pere Aragonés, con la que fuera responsable de Empresa, Àngels Chacón o, incluso, la consellera de Presidència, Meritxell Budó).

En las filas del gobierno municipal no se quiere hacer ruido, aunque se habla incluso de deslealtad

Para evitar nuevas polémicas, Ada Colau sí se abrió a acordar con todos los grupos los criterios sobre cuándo otorgar, pero también cuándo retirar las medallas de la ciudad para evitar, dijo, “el juego partidista lamentable”. Para que pleno no se convierta en el escenario de “batallita de medallas”. En este sentido, criticó también la proposición presentada por ERC y JxCat en un pleno extraordinario celebrado el pasado mes de agosto, en este caso, para retirar también la medalla de Oro de la ciudad al rey emérito Juan Carlos I. Una moción que, eso sí, pudo prosperar gracias a que BComú se abstuvo (el resto de fuerzas no independentistas votaron en contra).

En filas del gobierno municipal se teme que las “batallitas de medallas” puedan provocar una depreciación de los reconocimientos municipales, pero que también pueden restar valor a otras medallas que se han retirado con anterioridad en actos que han estado llenos de simbolismo y que se enmarcan dentro de la recuperación de la memoria histórica.

Después de todo, fue en el anterior mandato de Ada Colau cuando el Ayuntamiento retiró la medalla el dictador Francisco Franco, así como a otros dirigentes franquistas como Luis Carrero Blanco o el general José Solchaga.

Con anterioridad, en el año 2016, se retiró la medalla a la infanta otorgada en 1997 (todos los partidos votaron a favor salvo PP y Cs, que se abstuvieron). En el 2009, Fèlix Millet se acabó quedando también sin medalla (aunque los trámites burocráticos no fueron tan rápidos) cuando estaba a punto de conseguirla: estalló el caso Palau en medio de todo el proceso.