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Alarma por el incremento de los accidentes de moto en Barcelona

Movilidad

El Ayuntamiento, el RACC y las empresas de motos por minutos se conjuran para frenarlo

Cada vez más habitual.Las motos de alquiler por minutos se han convertido en un elemento más de movilidad en Barcelona

Ana Jiménez

Los motoristas son el colectivo que se ve más involucrado en accidentes en Barcelona con diferencia. El porcentaje no hace más que crecer desde hace tiempo, a la vez que el número de siniestros en coche va disminuyendo. El año pasado perdieron la vida 14 motoristas en las calles de la capital catalana y este año ya van cinco víctimas mortales pese al parón de la movilidad durante varios meses. El último fue el pasado sábado. En conjunto, las motos representan algo más de la mitad de las muertes en el asfalto y un porcentaje aún mayor de heridos graves pese a ser un medio de transporte utilizado únicamente para el 6% de los desplazamientos urbanos.

La cuestión es motivo de debate en los encuentros de seguridad vial desde hace meses pero los responsables en la materia no dan con la tecla que resuelva unos números –con sus vidas detrás– cada vez más alarmantes. No ayuda a ello la regularización del servicio de motos de alquiler por minutos, que ha supuesto el despliegue de cerca de 7.000 vehículos de una decena de operadores distintos.

Representan una ínfima parte de las 280.000 motos que se mueven por Barcelona habitualmente, pero durante las noches de fin de semana ya se dan más accidentes con motos compartidas que particulares. Durante el día, en cambio, la ratio de accidentalidad es similar indistintamente si la moto es de propiedad o de un operador de motosharing . Según el presidente del RACC, Josep Mateu, los usuarios de motos compartidas “son más prudentes”. Que muchos de ellos sean novatos influye, para mal por la falta de formación viaria, pero también para bien porque van a menor velocidad y con más atención.

Nuevo canal informativo

Unas pegatinas en las motos de alquiler recuerdan las normas de seguridad básicas

La primera acción de concienciación precisamente se hace con las propias empresas de alquiler de motos por minutos, que se han convertido en aliadas del Ayuntamiento y el RACC para trasladar de manera directa un mensaje de concienciación con el que llegar a sus usuarios y a los motoristas en general. Todos los vehículos incorporarán durante las próximas semanas unas pegatinas en las que se recordará la obligatoriedad de llevar el casco puesto y evitar el consumo de alcohol y drogas. Obviedades reiteradas desde hace años pero que requieren ser recordadas. Algo más nuevo y específico es la obligatoriedad de utilizar debidamente la identidad digital real para desbloquear las motos por minutos. Las empresas disponen de un seguro en caso de accidente, por lo que debe conducir la persona que realmente dice ser, sin utilizar el perfil de un amigo o familiar.

Los operadores de motosharing de Barcelona han firmado un código de buenas prácticas con la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, y el presidente del RACC, Josep Mateu

Ayuntamiento de Barcelona

La pegatina dispuesta en las motos, elaborada de manera conjunta por los operadores, el Ayuntamiento y el RACC, también recuerda que no se puede circular ni por el carril bus, ni por el carril bici, ni por las aceras. “Es importante dejar claro que las motos solo pueden ocupar el espacio que les corresponde”, remarca la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón. En ese sentido, también se recuerda la obligatoriedad de aparcar en plazas habilitadas y no en aceras de menos de tres metros. Todos los operadores han firmado un código de buenas prácticas y si un usuario incumple alguna de las normas de manera reiterada pasará a ser expulsado del sistema, sin poder utilizar ninguna de las marcas disponibles.

“Bajar la velocidad supone bajar la accidentalidad”

La campaña de concienciación del Ayuntamiento para reducir la accidentalidad se complementa con acciones más contundentes que buscan una Barcelona en la que se corra menos. “Bajar la velocidad supone bajar la accidentalidad”, resume Alarcón, que apuesta por ir extendiendo la limitación a 30 km/h al máximo de calles posibles como medida global. La conversión de la calle de Sants en zona 30 fue el primer gran paso al que le seguirán más.

Para la concejal de Movilidad, “es una manera eficiente de reducir la siniestralidad y rebajar la gravedad de los accidentes”. Es la función, por ejemplo, de los cojines berlineses, una vieja solución habitual en muchas calles secundarias pero cuya extensión a otras vías más principales ha soliviantado a muchos motoristas.