El urbanismo táctico se impone en las soluciones de movilidad tras la pandemia. El proyecto de carril bus en la C-31 norte de acceso a Barcelona, que lleva años sin ejecutarse por el alto coste que representa, se hará efectivo en uno de los tramos más importantes a base de pintura y poco más.
La solución pasa por convertir en carril bus-VAO uno de los tres carriles existentes a su paso por Badalona, desde Montgat hasta el río Besòs, en lugar de ampliar la calzada para encajar un cuarto carril en el que se diera cabida al transporte público, como se preveía antes. De los más de 32 millones que podía llegar a costar la actuación, proyectada hace casi una década, se pasa a unos pocos miles de euros que se invertirán en dos contratos menores: uno para pintar la calzada y otro para instalar la señalización.
La intención del Govern es que las obras se hagan durante el mes de junio y pueda entrar en servicio a principios de julio. “Es una transformación importante para mejorar los servicios interurbanos con un coste pequeñísimo”, celebró el conseller de Territori, Damià Calvet, al anunciar la actuación en comisión parlamentaria telemática.
Actuación provisional
La transformación rápida se completará en el futuro con un nuevo viaducto
El nuevo carril bus de la C-31 norte no llegará a conectar con el que ya existe en la Gran Via de entrada a Barcelona porque el nudo viario en el que se encuentra con la ronda Litoral lo hace imposible. Esta actuación requerirá unas obras de mayor calado con la correspondiente inversión para construir un nuevo viaducto presupuestado en 15 millones de euros. Esto queda para más adelante. Cuando se haga esa parte, también está previsto convertir en permanente la actuación táctica de ahora entre Montgat y el Besòs con otra inversión de cinco millones más destinados a habilitar un cuarto carril, exclusivo para que el vehículo privado recupere el carril que ahora perderá temporalmente.
Con todo, el conseller de Territori está convencido de que el paso de tres carriles de circulación privada a dos no comportará problemas a corto plazo. Pasa de una capacidad de 5.600 coches en hora punta a 4.000, pero, según el titular de Territori, esa cifra no se alcanzará debido a la reducción de la movilidad por la flexibilización horaria y la extensión del teletrabajo.
Otro carril bus largamente reivindicado que de momento no tiene actuación táctica ni permanente es el de la B-23, de acceso a la Diagonal desde el Baix Llobregat. La Generalitat y el Gobierno siguen negociando la letra pequeña del convenio de traspaso de titularidad de la vía junto a la dotación económica necesaria para construir el carril bus y llevar a cabo el posterior mantenimiento.
Más carriles urbanos
El Àrea Metropolitana planifica 35 kilómetros de carril bus táctico dentro de las ciudades
Mejor pronóstico tiene el carril bus de la C-245, entre Castelldefels y Cornellà, una obra conjunta de la Generalitat y los ayuntamientos implicados que se presentó antes de que el coronavirus lo paralizase todo y que está previsto iniciar las obras este mismo verano. El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha solicitado a Territori que se avancen los trabajos todo lo posible y que, mientras se llevan a cabo, se realice una señalización táctica que permita mejorar la velocidad comercial de los autobuses interurbanos.
Por su parte, el AMB anunció ayer la construcción de 35 kilómetros de carril bus táctico para implementar de manera inmediata. Se trata de actuaciones en diversos municipios de la primera corona metropolitana que, en la mayoría de casos, ya estaban planificadas, pero no se acababan de tirar adelante nunca. Ahora se realizarán con pintura rápidamente. En paralelo, se crearán un centenar de paradas dobles en el entorno metropolitano. Es una fórmula que funciona desde hace años en grandes avenidas de Barcelona y que permite parar a la vez a dos autobuses, uno detrás de otro, pudiendo incrementar así la capacidad.