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El guardia urbano utilizado por Rosa Peral

El crimen de la urbana

La estrategia de la acusada al descubierto: culpó a su exmarido y luego a Albert López

Rosa Peral, en la primera sesión del juicio por el crimen de la urbana

Àlex Garcia

- ¿Es consciente de que pudo ser manipulado por Rosa? – ha preguntado, José Luís Bravo, abogado del acusado Albert López.

- La verdad es que después de todo el tiempo que ha pasado yo no me sentí así. Evidentemente no se me facilitó toda la información, y de volver atrás mi actuación hubiera sido diferente, ha respondido Osman.

Osman es agente de la Guardia Urbana con quien Rosa Peral trabó amistad los días posteriores al crimen de su novio hasta el punto de convertirse en una persona muy cercana. Este miércoles ha declarado en el juicio por el crimen de la Guardia Urbana con Rosa mirándole fijamente desde el banquillo junto al otro acusado Albert López. Pese a no ser amigos, Osman acudía a casa de Rosa cada vez que la mujer lo llamaba, jugaba con sus hijas y se intercambiaba mensajes a diario. La acusación considera que Rosa trató de cautivarlo para alejarse de Albert y urdir una nueva estrategia para acusarle por el crimen de su novio.

La acusación apunta que Rosa trató de cautivar a Osman para alejarse de Albert y acusarle por el crimen de su novio

Con Osman se produce la modificación del plan inicial. Primero, Rosa Peral difundía la sospecha de que tras el crimen de Pedro estaba su exmarido Rubén. A partir del día 10 de mayo- diez días después del crimen- empezó a apuntar a su amante. “Me dice muy explícitamente que tiene miedo de Albert”, ha explicado Osman.

El cambio de táctica se produce después de que Rosa recibiera una llamada de un abogado amigo de Pedro en el que le decía que renunciaba a representarla en otro asunto “por razones de incompatibilidad”. Si quería dirigir la representación de la familia de Pedro en la causa judicial por su asesinato no podía llevarla a ella ya que era sospechosa. Ese fue el mensaje que se leía entre líneas. Y a partir de ahí, Rosa decidió salvarse ella e incriminar a Albert, según las acusaciones.

En la sala se ha escuchado una conversación entre Rosa y Osman. “Tengo miedo, espero que después de esto Albert no salga de aquí, que vaya a por mis hijas. No es que yo quiera acusarlo, pero esas miradas de psicópata, ¿tu también las ves?”, se preguntaba Peral. Osman fue el hombre que animó a Rosa a presentarse a una comisaría de los Mossos para acusar Albert. El 13 de mayo Rosa fue a la comisaría de Sant Feliu de Llobregat de donde ya nunca salió. Fue detenida y enviada a prisión.

Un jurado popular conformado por cinco mujeres y cuatro hombres juzga a partir de este lunes en la Audiencia de Barcelona a los guardias urbanos Rosa Peral (d) y Albert López (i), acusados de matar a un compañero, que era pareja sentimental de ella, en 2017

Quique Garcia / EFE

Rosa desde entonces siempre ha señalado a Albert como responsable de la muerte de su novio. Ha justificado que tardara trece días en ir a la policía porque se sentía coaccionada por él. Sin embargo, una visión muy diferente la ha aportado un guardia urbano. El 6 de mayo- dos días después de que se encontrara el cadáver de Pedro - Rosa organiza una cena en su casa a la que invita un matrimonio de guardias urbanos amigos suyos. “Pido unas pizzas que viene Albert”, les anunció Rosa. El amigo ha relatado en el juicio que pensaba que Albert y Rosa, que eran exnovios, habían retoma la relación al apreciar “su forma de comportarse”. Pedro llevaba seis días muerto. El amigo conocía la relación que había entre los dos acusados y ha descrito que “la que más dominaba era ella”.

Por aquel entonces, Rosa todavía difundía que detrás del crimen se encontraba su exmarido Rubén de quien se estaba divorciando y con quien el malogrado Pedro mantenía varias disputas judiciales. “Rosa insistió que era Rubén, que se había puesto violento”, ha explicado. La Fiscalía considera que los dos acusados trataron de endosarle el muerto al exmarido.

El guardia urbano también ha revelado que le sorprendió que Rosa no diera ningún síntoma de tristeza pese al hallazgo del cuerpo sin vida de su novio. “Estaba muy tranquila, muy normal. Me llamó la atención”.