El fiasco de los nuevos parquímetros anticontaminación de Barcelona
Fallos de funcionamiento
Los trabajadores de BSM denuncian el mal funcionamiento de los dispositivos de pago que se adjudicaron en el 2017 por la mitad del precio previsto
A finales del mes de noviembre el Ayuntamiento de Barcelona presentó los nuevos parquímetros que permiten múltiples opciones a la hora de pagar –se adaptan a las nuevas tarifas de las zonas azules y verdes en función de lo contaminante que sea el coche aparcado– y que acabarán con la necesidad de poner el papelito en el salpicadero porque el vigilante tiene desde su dispositivo acceso a cuando se ha pagado y quién... Pero el desembarco de estos nuevos modelos no está exento de debate: los primeros en ponerlos en cuestión, los propios vigilantes del servicio, que señalan que alrededor del 10% de lo que se han instalado funcionan mal, que algunos quedan inutilizados por horas y otros ni siquiera arrancan. En el terreno más político, el proceso de adjudicación, con una baja del 50% que ya fue polémica en su momento, vuelve a estar en el punto de mira.
“Se están desplegando con tres años de retraso. Nos decían que iban a salir al 100% sin fallos, pero lo cierto es que nos estamos encontrando muchos problemas”, explica el presidente del Comité de Empresa de Barcelona Serveis Municipals (BSM), Fernando Delgado.
Los problemas más habituales que han detectado hasta ahora los trabajadores son parquímetros que ni siquiera encienden y otros que se bloquean casi sin previo aviso: muestran un reloj que no para de dar vueltas. También se ha detectado que, en ocasiones, no llega a los dispositivos de los vigilantes el aviso de que un conductor ha pagado en el parquímetro (una de las principales novedades era que no hace falta dejar justificante en el salpicadero).
JxCat pedirá en enero explicaciones sobre el proceso, que llegó al Tribunal de Contratos del Sector Público
“Los ciudadanos aparcan y cuando van a pagar no pueden hacerlo y nos buscan y no siempre nos encuentran”, señala el presidente del comité que, también se queja de una plantilla limitada. La tecnología iba a ser suficiente pero un parquímetro funcione o no, no informa, no da la cara. “Nos dicen que cuando estén colocados todos se podrán subsanar mucho de los problemas actuales”, añade Delgado.
Según datos de la empresa municipal, actualmente ya hay instalados un total de 1.206 unidades del total del 2.068, el 58% del total. Desde BSM, ante las quejas del comité, apuntan que del conjunto de peticiones recibidas por la Oficina de Atención al Cliente, tan sólo el 25% es sobre los nuevos parquímetros y el 70% es para obtener información.
“El proceso ha sido larguísimo, es un proyecto que iniciamos en nuestro mandato”, explica la concejal de JxCat, Francina Vila, en referencia al mandado del Xavier Trias y apunta que los dispositivos que se están colocando, en algunos casos, llevan más de tres años guardados. Vila también pone en tela de juicio el proceso de adjudicación que se llevó a cabo en enero del 2017. Los nuevos dispositivos, que se tenían que haber instalado en agosto de ese mismo año, se adjudicarán por 13 millones de euros, cuando el precio de licitación ofertado era de 25 millones de euros. Fue una adjudicación “temeraria”, conocida técnicamente también como “baja anormal” o “desproporcionada”.
JxCat, raíz de los recientes problemas, tiene previsto llevar también la cuestión de la adjudicación a la próxima reunión del consejo de administración de BSM del mes de enero. Desde la empresa pública municipal, apuntan que, en su momento, ya pidieron justificación a la empresa adjudicataria que justificara su baja anormal y que también se hicieron varios informes internos, dentro de BSM, sin que se detectara ningún problemas. Esas mismas fuentes municipales de la empresa pública señalan que una de las firmas que no ganó acudió al Tribunal de Contratos del Sector Público de Catalunya, que tampoco vio ningún problema.
Un sistema adaptado y hecho a la medida de Barcelona
Desde BSM apuntan que debido a que se trataba de un gran número de parquímetros se valoró con la empresa adjudicataria que el hardware se comenzara a fabricar a comienzos del proyecto. Y que el desarrollo tecnológico ha hecho que los dispositivos estuvieran más tiempo almacenados de lo inicialmente previsto. Desde la empresa municipal explican que el proyecto ha sido muy complejo desde el punto de vista de innovación, ya que el software se ha desarrollado a medida de Barcelona hasta el punto que algunas tecnologías se han desarrollado ad hoc para este proyecto. BSM, que no niega el retraso sobre los problemas actuales, señala que se trata de ajustes que ya se están subsanando.