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La Cambra insta a cambiar la operativa de pistas de El Prat

Infraestructuras

Un informe llama a reorganizar aterrizajes y despegues o alargar la tercera pista si se quieren alcanzar los 90 millones de pasajeros

El aeropuerto de El Prat está rodeado de zonas protegidas medioambientalmente y del mar

Xavier Cervera

Las aerolíneas llevan tiempo reclamando la apertura de un debate sobre la capacidad operativa del aeropuerto de El Prat. Aunque cada vez se acerca más a su techo, Aena hace oídos sordos y lo apuesta todo a la construcción de la nueva terminal satélite, pasando de puntillas sobre la configuración de las pistas, que es el meollo de la cuestión.

Un nuevo informe elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona busca hacer reaccionar al operador aeroportuario para que vea la importancia de actuar y tomar decisiones con cierta premura ya que la infraestructura no deja de ganar pasajeros y el margen de maniobra cada vez es menor. El año pasado superó los 50 millones de pasajeros anuales y no deja de subir mes tras mes. “La revisión del plan director del aeropuerto debe pensar en la adaptación de la operativa de las pistas para dar respuesta al crecimiento esperable del tráfico aéreo, que puede alcanzar los 90 millones en 2030”, apunta Cristian Bardají, director de estudios de infraestructuras de la Cambra, que presentó ayer el último trabajo encargado por el equipo de gobierno saliente de la institución económica.

El uso de la pista principal para el despegue de aviones triplicaría el impacto acústico en el entorno

La propuesta consiste en pasar de operar con pistas segregadas (una para aterrizar y otra para despegar) a hacerlo con pistas independientes, reorganizando aterrizajes y despegues y permitiendo hacer ambas operaciones a la vez en las dos pistas existentes en el aeropuerto. Esta opción permitiría aprovechar al máximo la infraestructura existente y elevar de 78 a 90 las operaciones por hora sin necesidad de construir una cuarta pista en el mar –ya descartada en su momento– ni ninguna otra obra faraónica.

La modificación de la operativa de pistas tiene una contrapartida que no es menor. El impacto acústico sobre las poblaciones vecinas al aeropuerto se incrementaría. Este tema motivó grandes reivindicaciones vecinales cuando se amplió el aeropuerto hace más de diez años. Si ahora hay 4.199 personas expuestas a niveles de ruido superiores a 45 decibelios en Gavà Mar, la utilización de la pista principal para realizar despegues triplicaría los vecinos afectados por el área de mayor impacto acústico. Serían 12.653 personas, alcanzando también a una parte del litoral de Castelldefels. “La población expuesta aumenta con el cambio de operativa pero el orden de magnitud es inferior al de los aeropuertos europeos estudiados”, considera Bardají, que pone como ejemplo comparable el aeródromo de Munich, con un número de pasajeros similar al de Barcelona y donde hay 11.300 personas expuestas al mayor impacto acústico de los aviones. Un grueso de población mucho mayor afectan las operaciones aéreas en Ámsterdam (62.000) y en el aeródromo londinense de Heathrow (707.600).

La propuesta consiste en pasar de operar con pistas segregadas a hacerlo con pistas independientes

Otra opción existente sería alargar la tercera pista para hacerla equiparable a la principal. Para Bardají, “es la opción más sencilla”. Tendría un impacto acústico más reducido sobre los vecinos pero implicaría ocupar parte de los espacios naturales de Remolar-Filipines o de Ca l’Arana y Cal Tet, zonas especiales de protección de aves blindadas por la Unión Europea que encajonan el aeropuerto a lado y lado y que aparentemente son intocables.

Sea una opción, otra o una tercera que aún nadie haya planteado, la Cambra deja claro que toda decisión debe quedar supeditada a una mesa de concertación territorial donde se valoren las posibles soluciones y sus efectos y se tomen decisiones de manera consensuada. En su último acto público como presidente de la Cambra, Miquel Valls apeló al consenso e hizo un llamamiento a todos los actores implicados a sentarse con voluntad negociadora “para definir los intereses generales en un tema fundamental para una infraestructura clave del país”. Los ayuntamientos afectados ya están trabajando desde hace meses en la creación de un bloque conjunto para crear un frente común que les permita articular una respuesta contundente.

Antes de afrontar un debate que se antoja intenso en los próximos años, la Cambra sugiere a Aena que lleve a cabo un estudio de impacto económico del aeropuerto de Barcelona en el que se evidencie la contribución económica y social que representaría el crecimiento adicional esperable con el cambio de configuración y permita establecer las bases de un reparto equilibrado de los beneficios económicos generados por la actividad aeroportuaria en los municipios del entorno.